Mientras los seguidores de este festival, casi octogenario sobre cuatro, acuden en masa a los escenarios, se ha demostrado que los organizadores no cuadran con los seguidores. Los primeros invitan las bandas que, algún visionario les asegura que es rock y los otros piden a gritos bandas que no conoce sino el "manager". Quisiéramos creer que el rock es underground, pero nada más falso, el rock es una empresa de miles de millones de dólares y todos quieren una tajada. Eso de subterráneo nos queda bien a algunos idealistas que pensamos que tal impersonalidad, es provocada, no por la estridencia de los sonidos, sino por la dirección de las críticas, todas hacía y contra el poder. Quisiéramos ver cada año un festival que trajera por gusto popular en los términos del rock o que se cambie el nombre del festival a Tropical al parque, reaguetton al parque, softrock al parque o un nombre más acorde. Pero nos jodimos, el poder está demostrado; "traemos lo que queramos los elegidos para tal (habría que mirar quién los eligió y quienes son); demostrando nuestra sapiencia musical sobre los gustos del pueblo rockero o en su defecto imponiendo nuestra santa voluntad."
En fin, el festival no está jodido porque la asistencia lo legitíma ante las organizaciones gubernamentales y las protestas no muestran validez contra asistencia y comportamiento. (parece claro que los seguidores de Ilia Kuriaki -discúlpenme no saber la ortografía correcta- se porten mejor que los fanáticos de "me cago en el poder" o de "Assasins by terror") y así per secula seculorum.
Me refiero a que este festival seguirá diciendo e impartiendo cátedra sobre lo que es y no es rock y sobre lo que cada rockero del país debe querer y adorar y sobre la forma correcta como debe comportarse el rockero de hoy: La asistencia a la meca del rock cada año "rock al parque" a ver las bandas que los hombres más poderosos del país han preparado para mantener y producir tabula rasa a la grande masa. Ave imperator...moriturus te salutant. y como no "qué viva Ilia kuriaki."