viernes, 23 de enero de 2015

A propósito del perro del infierno.

"Y el cancerbero detiene perfectamente el esférico..."
Yo no pertenezco a la RAE, ni falta que me hace, no faltan cuatro o cinco peludos que lo corrijan a uno mientras da un discurso o se desafina en el escenario. Para hablar mal no hace falta estudiar, eso si. Los periodistas y toda esa patota de gentes que abusan de las "patadas" u coces, que eso es lo que dan en verdad, nunca han tenido tiempo para leer un clásico de la literatura o unos clásicos; que ese dichoso perro lo mencionan ene mil veces, en la Iliada, en la Odisea, en la Batracomiomaquia, en la Eneida, en las tareas de Hércules. Todos los que han escrito sobre una cosmogonía antigua, no dejan de mencionarlo. Cada que alguien pasa de la tierra de los vivos a la de los muertos y cruza el Aquerón, debe, por suerte encontrarse con un perro tricéfalo que resguarda las puertas del infierno; Si alguien se fija en la mitología egipcia hay un perro o perra, Ammyt y en la escandinava teogonía también hay un perro amarrado con una poción y un lazo invisible, que espera se acabe el mundo para devorar a los dioses, no sé el cuento pero algo vigila y se llama Fenrir. Nuestros periodistas debieron tomar aquel apelativo de alguien más. Me gustaría que alguien hiciera el seguimiento a ver cual fue la primera "pelota" que se le ocurrió usar "Cancerbero". Apénome mucho, porque esa educación pasa a la plebe que escucha "sólo fulbol" y se matan cada ocho días por dizque el "mejor partido" "el clásico" y "la fecha" y se olvidan del todo de la madre lengua, que como todos sabemos la crea el pueblo, aunque se indigeste hasta el fantasma de Gabo y don B.B haga gárgaras y toque madera. Si el pueblo repite insistentemente "Haiga" la locución pasará a ser parte del idioma. Aunque "haigan quienes se enojen". Todo sea para aclarar a mis queridos usuarios que no soy un seguidor de la RAE, pero la lectura me aplica y hace días quería decir mi desfachatez, ya que Charli Hebdo, nos dio potestad para despotricar contra el que sea y lo que sea en nombre de la sublime "Libertad de prensa" y les agrego, el perro ese de tres cabezas del infierno, se llama Cerbero, como dice el poeta el can Cerbero, y no Cancerbero y mucho menos Canserbero. Dejen de ofender al poeta ciego, o por lo menos lean, manada de ígnaros y dejen de tratar a los pobres guardametas de perros, así lo sean.