Rozaba la una de la mañana cuando la walkiria a mi lado me desconcertó con la pregunta ¿Y si Eva no hubiera mordido la manzana? y se me destapó la cesera, la epifanía, una especie de himno órfico me llenó el tinglado y afiné puntería, ¿A quién le corresponde si Eva no muerde la dichosa manzana? Pues a nadie, si Eva no se rebela -En este caso diríamos que es una excusa para comer- Si Eva no prueba del árbol "de la sabiduría y de la ciencia", con seguridad Adán no habría hecho nada, el temor a ser pisoteado por el dios creador no lo habría dejado. Allá estaríamos como borregos, sirviendo al patrón de la finca sin más ropa que la que estaba colgada, sin pensar en ella, sin pensar en nada, sin apercibirnos de las leyes del universo, sin manifestar sueño, hambre, sed, lujuria... Estaríamos en la más perfecta inocuidad, ociosos, a no ser de los cánticos y preces al señor del patio, sin más oficio que ambular en todo sentido de lado a lado y de punta a punta del dichoso jardín, al lado de las fieras y de los peces, al lado de los mosquitos del chikungunya, de la malaria y de la fiebre amarilla, que en un arrebato de obediencia, estarían incapacitados para dañarnos, porque lo único que puede dañarnos, y lo dice claro el sermón bíblico, es la sabiduría y la ciencia. Allá andaríamos sin casa propia y sin deudas de UPAC o UBR; sin bancos mundiales ni gringos acéfalos queriendo dominar por el poder del dinero y la fuerza; Allá estaríamos sin saber lo que es hurgar en la basura y sin la necesidad de buscar el pan, ¿para qué? ahí está el patrón que todo lo resuelve, un par de plegarias y listo, servido el desayuno; Allá estaríamos todavía sin más remedio que la nada, el terrible vacío del ocio y la sinrazón; Allá estaríamos sin el asesinato de Caín que tanto bien le hizo al mundo; Sin el nacimiento de Hitler y sin la filosofía de Aristóteles o de Camüs; sin la irreverencia de Vargas Vila, Sin la muerte que es una bendición celestial sobre el cuerpo cansado; Sin césares, de no ser por aquel que convirtió el vacío en algo; Sin gobiernos, de no ser por el estado deicrata que instauró el magnífico dios de los cristianos. Sin la lucha, sin la rebeldía, sin el deber cumplido que es denunciar y matar al césar...
Podríamos escribir un libro sobre las consecuencias de que Eva no mordiera la manzana, pero no se justifica, la idea está clara...Gracias Eva por tú encantadora manía y tú gracia para afrontar el dilema: Ciencia o no ciencia...Gracias Eva. Salve, tú legado está a salvo...Gracias Eva.