Es, de nuevo, José Ortega y Gasset, en su libro "El Espectador" quien plantea algo similar que ya había pasado por mi cabeza. ¿Son las democracias democracias? Sería necesario viajar al diccionario para resolver las definiciones pero a veces no resultan tan útiles como se quiere. Demo se refiere al pueblo como cratos al poder, el poder en las democracias procede del pueblo, similar a como la monarquía que es una reinocracia donde el poder se deposita en un solo hombre que se adora como rey, aunque este tenga una hueste de primeros hombres que le aconsejan. La monarquía es una autocracia donde la voluntad procede de una sola persona. Igual procede en las tiranías y en los regímenes. El abuso y la imposición nacen en una única figura. Las monarquías son regímenes y estos reyes, siendo humanos, se declaran provenir de algún ente divino del que devienen su poder, entonces aquí caben los césares, los zares y los emperadores, para los cuales un experto tendrá definiciones diferentes pero que en suma son tiranías apoyadas o no por un pueblo que cree tales ascendencias y las respeta en alto grado. La monarquía es entonces una dictadura y no paran las comparaciones. Nicolás Maduro es un dictador, aunque se escuda en que las elecciones presidenciales siempre salen a su favor, es decir, el pueblo sigue votando por él porque está muy contento siendo pisoteado. ¿Por qué el pueblo vota por él? Sabemos que las elecciones en Venezuela son un teatro bien organizado y no tengo pruebas pero la propaganda, los llamados a ser elegidos, las audiciones y el conocimiento de que N. M. es un retrasado mental con varios problemas de dicción y de conocimientos generales que no le hacen apto para gobernar, me es más que suficiente. No queda sino suponer que por él votan aún más retrasados mentales o que la orquestación de la democracia es falsa. ¿Son verdaderas las democracias latinoamericanas? A mí se me hace que no, aunque el ejemplo que tengo es apenas el de Colombia donde en 50 años no se ha podido comprobar un presidente que no haya recibido dinero del narcotráfico o de las familias dueñas del país. Dejemos pan para la leche y ahora volvemos sobre eso. ¿Es la democracia el gobierno del pueblo? Con los problemas que conlleva, es el pueblo convocado a las urnas quien elije a su representante: Presidente, alcalde, gobernador y deposita en tres cámaras el poder que le corresponde. Luego esas tres cámaras hacen lo que se les venga en gana y deponerlos es toda una cinta de marvel. Ya en el poder, por el poder del pueblo decretan a favor de quien les convenga y ponen toda su saña en el servicio de sí mismos. Dejemos las cámaras: el senado y la cámara de representantes que no se representan más que a sí mismos y vamos al presidente, al alcalde o al gobernador. ¿Qué hacen por el pueblo? Lo llenan de ideas de que se está haciendo algo y que se hace bien hecho, que se mejora con respecto al anterior mandato porque son genios para enlodar a sus predecesores, que tampoco es que ser la pongan difícil. Convencen al pueblo que la inversión social, las carreteras, los nuevos parques y los nuevos decretos son siempre a favor de la población, lo que resulta apenas un populismo irrefrenable que muchos tarugos defienden porque les toca alguna tajada. En general el pueblo se muere de hambre, no hay trabajo, no hay igualdad, la educación carece de recursos, no hay servicios de salud o están todos podridos, los impuestos son criminales y, groso modo, al de abajo no le toca nada. Me pareció estar catalogando una monarquía donde los nobles salían ganando en todo y los villanos en nada. Vale, de nuevo, los nobles de hoy son las familias económicas que salen beneficiados de los gobernantes ─plutocracia─ porque aportan grandes cantidades a uno y otro candidato en las urnas para que, no importa quien gane, les devuelva los favores en plata blanca, en decretos arbitrarios para el pueblo y contratos. Esa historia se repite en los pueblos con los alcaldes y en los departamentos con los gobernadores, nos parece que el pueblo tiene el poder pero lo que hay es una monarquía disfrazada, ganan los burgueses que se hacen más fuertes con sus candidatos, los nobles que se han instituido como grandes próceres y eximios hombres y la voz del pueblo queda reducida a un presidente que corta relaciones con Israel y las abraza con Palestina, en un presidente que aprueba la compra de millones de vacunas que se desaparecen, en contratos con Odebrecht y Reficar, que ganan nobeles por antibelicistas y que le venden la diversidad genética a Monsanto.
PS: Definitivamente la democracia de hoy es vote que le damos medio día de descanso, un diez por ciento de la matrícula y una patada en el trasero al terminar. ¿Lo ven ustedes? ¿O será que yo soy problemático sistemáticamente?