sábado, 14 de septiembre de 2024

Real como la vida misma

 Nos hemos venido preguntando qué es lo real en nuestras vidas y parecen existir varias realidades y eso de "Real como la vida misma" no es más que un cliché para minimizar la historia. ¿En qué realidad vivimos? Yo se la pregunto a más de uno o lo veo en la actitud que cada uno maneja con los eventos del cotidiano y me subo en este insermo para dejarlo asentado. Hay unos que viven en ese mundo de las novelas y hacen cada drama por que el novio, la novia, el esposo o la amante tienen otro amante, novio, novia, esposo o amante, cuando en la vida real cada hombre o mujer ha cometido el desliz de probar otras camas en más de una ocasión y como guardan celo en el secreto, han llegado a la tumba con fama de ser leales y exclusivas. Algunas señoritas y hasta hombres saltarán de sus asientos para protestar y yo les anuncio que tranquilos, oh venerados santos y vírgenes, que la taruguez existe. En serio. Fíjense en el promedio de "la verdad" y no escapa que hemos compartido amantes con algunos de nuestros amigos, sin llegar al trio o al bar swinger. En un grupo de amigos de juventud se tienen unas cuatro parejas estables que van cambiando de ideas y de amigos hasta que toman un partido cualquiera ¿Cuántas veces tuvieron sexo entre ellos sin más drama que el deseo y la pasión? Limitar el deseo y la pasión a un sólo individuo no es natural ni útil al necesario intercambio genético. Las parejas que a sí mismas se llaman fieles, esconden un historial de infidelidades que asustaría un lupanar. Está el otro drama de la verdad y el derecho y hay una verdad en la que cuando nos presentamos juramos sobre una biblia que no hemos cometido perjurio o mejor, que nunca hemos mentido. Hagan la prueba con la persona más honorable del planeta y seguro muchos padres dirán que nunca han mentido cuando la realidad nos obliga a mentir varias veces en una hora. ¿Ha dicho usted mentiras? Si dijo que no súmese una más. Todos decimos mentiras y no es mentira blanca decir que el niño Jesús te trajo los regalos o papá Noel o los reyes magos, ni ocultarle la verdad de las relaciones sexuales a un niño por no considerarlo apto para tal verdad y menos decir mentiras por ignorancia que hoy hay muchos que juran con una mano en el escapulario, sobre la espada de Simón Bolívar y las tres carabelas. La historia misma miente a pie juntillos porque está escrita por los vencedores. En ese grupo de amigos que puse como ejemplo en una sola hora pueden contabilizarse, mientras hablan, unas sesenta mentiras. ¿Alguno ha roto la ley? Seguramente al preguntar esto juramos de nuevo sobre el libro sagrado para cometer perjurio. ¿Nada hemos robado? ¿No hemos pecado ni de pensamiento? Falso de todos los falsos. Si ha copiado una canción o grabado una película sin el consentimiento del autor, ya hizo la tarea. Creado el libro donde se tipifican las infracciones de la norma, hemos venido faltándole a la verdad y a la ley, si es que tal cosa  es factible. No puede faltarse a una ley escrita por los hombres porqué es una ley no natural y tal cosa es artificial. ¿Has robado? ¿Juras que no? Pues sí, todos hemos robado algo, un libro, un cassette, un disco, un lápiz, un borrador, hemos dejado de pagar una deuda que a su manera es un robo, nos hemos quedado con alguna devuelta o recibido un cambio con ganancia a nuestro favor... El ladrón de profesión tampoco reconocerá que lo es o por lo menos no reconocerá la propiedad como ley universal que deba ser respetada. ¿Hemos ido más allá de la ley? ¿Un asesinato o una complicidad con él? ¿Un robo o un silencio frente a un robo conociendo al ejecutor? ¿Debo ser más oscuro? ¿Hemos salido con jóvenes de escasa edad para tomar decisiones maduras sobre su cuerpo? ¿Lo hemos imaginado siquiera? Claro que la vida misma nos empuja, y no es por echarle culpas a una línea recta, a tratar de acomodarnos al entorno o cuando el entorno trata de controlar esos impulsos con leyes escritas por el hombre o dictadas por dioses inexistentes. Nuestra esencia es ser pervertidos, transgresores, buscar sexo en donde nos sea posible, ocultar nuestras intenciones para no ser descubiertos por los sujetos incorrectos, mentir si es necesario y lo será para pasar desapercibidos, para acercarnos a la presa, robar la presa de un predador más apto... Esa mentida sociedad donde todo se convierte en drama es falsa y se vive del chisme y la mentira y se vanagloria de ser casta y pura cuando todos son patrañas sociales y enseñanzas hipócritas.

PS: Quede claro que no existe un ser humano impoluto, pero también quede claro que si no es puro es por la manía de esconderse detrás de normas, leyes y morales artificiales de las que trata de salir lo mejor parado posible para enfrentar el juicio social y qué, si un árbol cae donde nadie lo escucha no hace ruido, por tanto, mientras esa sociedad que impone trabas a la personalidad y al instinto no se entere de sus andadas, no ha hecho ruido y sale indemne del juicio. En lo que a mí respecta sólo aclaro que deje el maldito escándalo que una revisión juiciosa de su vida, así sea el maldito papa o la Madre Teresa no sale libre de robo, injuria, escándalo, pederastia, falsedad o asesinato, así sea en segundo grado.

PS 2: David me escribía esta anécdota circunstancial. En la oficina un compañero me decía: "¿Has estado juicioso?" y el mismo compañero se respondía: "Obvio no... somos humanos". Un claro precepto del instinto. Los seres humanos no somos juiciosos, ni éticos, ni moralmente aceptables, ni...