lunes, 20 de julio de 2015

Creando mundos

Los Siempretenses son seres gigantes que habitan montañas flotantes cuya flotabilidad depende de un material milenario que adquiere la capacidad de repeler la gravedad con el paso de los siglos. Se dice que algunas montañas son tan viejas que hoy día son los objetos celestes del planeta.

Los Aaronios son una clase aparte de reptiles que solo velan por condenar al prójimo. Siempre que pueden están del lado de la ley que los defiende a sí mismos y nunca pierden un caso porque jamás están en contra del poder. Habitan un planeta similar al fuego, pero no es tal, es una especie de sopa de protones y electrones, similar al plasma, pero aún disímil de la sopa primordial del universo.

Nuncarotes es el nombre de una raza más bien altiva, pero extremadamente pequeños y por eso sus voces son chillonas y fastidiosas, no componen por sí mismas una legión aparte pues viven en los intersticios del mundo, separados de la realidad por un velo himeneoso que les impide captar la verdad existente.

El Arruinalotodonte es un componente primordial de las selvas vírgenes del universo, los hay de muchas formas y tamaños, pero siempre está atento a la creación para desvirtuarla, en lo poco y en lo mucho. Algunos pretendieron exterminarlo, pero, como las plagas, ha sido una tarea ineficaz y sosa.

Los Sigoacualquierentes son personas comunes con tres manos y cuatro pies que, en teoría, se arrastran, por lo que han sido clasificados por los biotantes en insectos rastreros, no tienen un esqueleto interno, pero su caparazón es dura como el aluminio aeronáutico. No resulta difícil observarlos sin microscopio, pues tienen el tamaño natural de un Impertinosaurio de la era antediluviana.

Los Zigmapialfa no son seres vivos propiamente dicho, Carecen de ADN, pero como ciertos virus se les ha encontrado una especie de cadena ARN que les permite reproducirse y subsistir, Abundan en las academias, esperando subir en la cadena evolutiva.

Los Filozoontes son seres de carne, pero curiosamente se alimentan de piedras y minerales para evitar la carne de cualquier especie en el universo, pues consideran de mal gusto el consumo y usufructo de cualquier otra especie en la forma que sea, incluso, maldicen las transformaciones provocadas por las bacterias pues el efluvio resultante les ofende las entrañas.

Las Cucarapiedras no fueron catalogadas hasta hace apenas unos milenios, porque definitivamente no se mueven en los términos conocidos por los seres fumados. 12 parantes en un siglo, algo así como el equivalente a un par de milímetros, esto les permite vivir eones, pero casi en estado latente para nuestros ojos, aunque, en los "anales de la historia cucarapiedra" del cucarapiedrano ahnssss (léese sólo an) se cuentan épicas de victorias y derrotas llevadas a cabo por esta raza.

Los Cacomantes son pastores de la tierra, pero viven de los azotes a otras culturas impuestos en cuotas o en especie que cobran por derecho divino ya que según la historia de sus mitologías, son descendientes directos del primer fundador.

Los Nuncarotes son gente de confianza que jamás se responsabilizan de nada y no tienen la culpa de nada porque nada hacen, habitan una amplia región del espacio y puede vérseles incluso en planetas sin atmósferas respirables (Salve decir que aún en atmósferas de metano y sulfuro como la de Antarsis, la luna maldita del planeta Fócido), es decir, si entramos en definiciones humanas, son una plaga.

Existe una raza, diríase que también son una plaga universal llamada los Creetulianos, que creen sin ver, y aunque tienen 12 pares de ojos no los usan, porque no requieren sino creer en el camino. Nunca se les ha encontrado masa cerebral suficiente para suponerlos inteligentes, pero uno de los colonizadores de la galaxia M87 hoy conocida por su nombre común, Tarantelia, asegura que llegaron allí hasta a desarrollar algo que primitivamente podríamos llamar ciencia.

De los límites del universo llegóme un aviso de que por allí se habían visto unos seres que fueron bautizados Ankilotrustes, dice ella -mi fuente- que son especiales porque defienden una idea a capa y espada y unos meses despúes se cambian a la perfectamente opuesta a defenderla con dientes y garras, así viven, no desarrollaron una tecnología o algo que se le parezca (Es claro que si una idea no se defiende no puede ser demostrada, por más falsa que esta sea), dicen que no es necesario colonizarlos, sino infundirles ideas de libertad, que ellos llegan por sí mismos a la conclusión opuesta.

miércoles, 1 de julio de 2015

Un mundo deportivo

Siempre al punto de que lo que digo no es para ofender a alguno, es para corroborarme a mí, ser pensante que se pregunta a sí mismo y trata de responderse con lo poco que sabe, pero que a veces sin saber, sólo con lo que me sale del coco, con lo que pienso, logro dar por sentado, no sólo la pregunta que me hice, sino también la que no me he hecho.< 
El deporte es tan malo, que la mayoría de las personas que practican un deporte se la pasan enfermos, lisiados y heridos. Miren estadísticas y corroborarán mis datos. Nada tan malo como el deporte. De todas maneras acepto que un trote, un partido de balompié o de baloncesto, sin mucho esfuerzo puede darnos mayor capacidad pulmonar y destrezas como la fuerza y la velocidad, lo que a su vez nos libra de herirnos con cosas leves como una caída o un resbalón. Eso queda muy claro, pero a mí me aterra es que me pregunten si estoy viendo el partido, si quiero verlo, si vi la copa américa o el mundial o que pienso de tal o cual o jugador y hasta de cual equipo soy hincha. Quiero alejarme de aquellos que ven el deporte de los puntapiés porque  no me gusta ningún deporte. Me gusta practicar artes de guerra, pero sólo practicar, muy poco ver, casi nada tener colecciones de los últimos 70 campeonatos y no vivo preguntándole a los demás si les gusta, si quieren o de quienes son hinchas en las peleas de artes marciales. Seamos claros que para evitar la desinformación a la que se somete un pueblo cuando se hace fanático, lo mejor es cortar de raíz esa vagancia; la vagancia de andar en el estadio o aplaudiendo artistas del balón, defendiendo un color o un logo estampado, Haciendo el ridículo por la punta de la tabla y hasta coreando y lanzando fluido no newtoniano por haber ganado. ¿Celebro? si parcamente. No me llena el alma saltar y brincar como un púber sin conciencia. Allá lo que cada uno haga. Pero a mí no me dan premios por seguir un equipo en la tele ni por gritar los triunfos de su sudor; a mí no me patrocinan canales ni marquillas ni me pagan por tomarme unas botellas de ron. A mí no se me declaran 12 chicas por juego, ni me paran bolas las del pom pom. a mí no se me da nada que ganes o que pierdas y si alguien se muere...uno a su salud. Cuando me da frío le pego a una guitarra y si me siento solo le pego al tambor, repito, no se me da nada que ganes o que pierdas porque no me motivas la revolución. Me inspiré, pero igual me da lo mismo el Deportivo Tapitas que el Real Godzovia o el Club Social Cascarita y prefiero irle al Atlético Inodoro o al Independiente Pisingaña que compartir con la absurda masa el gusto por ver a 23 idiotas detrás de un balón y saberme las estadísticas, jugar a la polla millonaria y andar de pelea con otro ser humano porque le va a un equipo diferente.