Empezar con una canción de Paco Ibañez con letra de Georges Brassens puede no ser muy original. Igual lo que pensaba decir tiene que ver justo con esa frase de la canción "La mauvaise reputation". Si decimos exactamente lo que dicen todos nadie nos voltea a mirar feo si no que se siguen el venga vamos, yo apoyo, yo tengo y a mí me parece. Si decimos lo contrario nos miran como en la canción, exceptuando a los cojos que nos quieran seguir, a los que no nos pueden ver mal y a los mancos que no nos pueden señalar. Ejemplos por favor. Tan lindo el perro dice uno y lo acaricia. Los otros empiezan a hablar de sus mascotas y de cómo les hace falta, cómo lo miman, lo visten con las camisetas de su equipo favorito, le cuentan cuentos de cuna, lo arrullan y cómo les espera en casa como gran animal de compañía. ¡Bravo! El problema es que me pregunten a mí. ¡No me gustan los animales! Sencillo. Si son compañía, no necesito compañía, si son muy tiernos no necesito ternura, si son excelentes amigos no necesito amigos. Suficiente expresar que no me gustan los animales para que mancos, cojos y ciegos descerebrados me miren, señalen y persigan, porque la fe que hay que tener es la maldita fe de la mayoría. Todo el día escuchas esas expresiones de plañidera sobre si dios quiere, gracias a dios, dios le bendiga, dios le acompañe y otra tanta charla de sumisión que cuando expresas tu sentir respecto a la idiotez de los que la esgrimen, te asaltan a la mesa, te encuentran catequistas y hasta ejemplos te dan de la importancia de dios en la vida porque yo no puedo tener mi propia fe y para colmo tengo que aguantarme la fe de los demás. Se habla de patria y todos tienen bellas cosas que contar sobre ella, yo la desprecio, me vale un adarme y nada tengo para agradecerle, no soporto los patriotas con banderitas ni los hinchas con escudo y no me voy de este país porque no tengo cómo sobrevivir en otra tierra que igual despreciaría, como quien dice, para ir a otro sitio a sentirme igual, me quedo donde la cédula me indica que pertenezco. Sí, tengo cédula y dice colombiano, pero a mí Colombia me parece una feca de perro recién parida. Tolerancia dicen unos pero solo con los que opinan lo mismo que ellos. ¿Igualdad? ¿Dónde? A mí no me importa si usted tiene cuarenta gatos y veinte perros, no me los traiga al puesto de trabajo ni a mi casa. No me interesa si le reza a ocho dioses y once mil vírgenes, no me los traiga al puesto de trabajo, en su casa están bien y seguro recibirá la visita de mil turiferarios que vayan a halagarlo por su amor a los animales y su ardorosa fe, a mí los animales sólo me gustan a la parrilla, fritos o en su salsa y los dioses no me los trago de ninguna manera. Claro, olvidaba a los vegetarianos que te acusan por malvado aunque los toleres a ellos. Jamás te servirán un beefsteak en su casa. ¿A qué se debe la intolerancia hacia quien profesa cosas diferentes? A que estamos siendo constantemente bombardeados por la maquinaria de control: amad al prójimo, ayudad al necesitado, dad de comer al hambriento, adorad la patria, amad la bandera, sed buenos, quered tu terruño, votad, pagad impuestos, sed sumisos, enseñad sumisión... El que se salga de los cánones impuestos debe ser señalado, el que salte le cortamos la cabeza, el que se exprese en términos diferentes no es de este lado de la raya, el que tenga una fe diferente es diferente y hay que señalarlo, perseguirlo, amputarlo de la sociedad que corrompe... Si georges, si Paco... a esta sociedad no le gusta que uno tenga su propia fe y lo dejan bien claro. Termino como la canción: yo no pienso estar haciendo ningún daño queriendo vivir fuera del rebaño y no pienso hacer un lío porque no va a Roma el camino mío.
PS: El problema de la fe es encontrar alguien con una idea original que no sea copia de la de un montón de bobitos. Religiones hay demasiadas para seguir alguna y decir que se tiene una fe diferente. Gustos alimentarios hay demasiados para no seguir alguno, pero olvidar que nuestra especie es omnívora es lo más ridículo que he oído. Amar una patria por haber nacido en ella es ostentosamente común, ahí no hay una fe diferente. Creer es demasiado común, por eso esta frase es tan hermosa: ¡No creo!
PS 2: Sin sesgo, podemos decir que ir contra la religión o criticar el poder, también es ir contra la propia fe de otro, pero nos mentimos, justo es ir contra la fe general que es donde se apoya el título. Tenga su fe, crea en lo que quiera y déjeme a mí creer en lo que pueda.
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