En enero de 2025 subió al poder en Estados Unidos el presidente número 47, Juan Donaldo Trump. Desde sus arrebatos místicos en donde frunce el rostro y cierra un poco los ojos, hasta sus despistes completos sobre un tema cualquiera, sus insultos a la prensa y sus represalias contra todo aquel que ose interponérsele, revelan una personalidad clínica conocida como megalomanía. Un narcisista con delirios de grandeza que se cree omnipotente y a quien no le importa nada más que sí mismo. Promete las mismas locuras que un conocidísimo fascista de la historia y se enfrasca en una guerra comercial donde aduce que los demás países juegan sucio. Las razas no americanas, los no nacidos en Ojiazulandia, los intersexuales, los inmigrantes mexicanos, nicaragüenses, chilenos, salvadoreños y todo aquel que hable español será perseguido y deportado como un criminal: con grilletes en manos y pies y de la manera más vil y déspota: "este parque es mío y me lo desocupan" dice el megalomano que sufre de un caso de adolescencia aguda. No le falta más que llenar sus plazas, como en aquel lejano Deutschland con letreros que digan: "Juden sind hier unermünscht". Aunque cambiando el juden por einwanderer. Las escuchas oficiales proponen delatar a todo aquel que sea judío o que hable español y la gente teme ir a sus trabajos o hablar español en público. En las escuelas se señala y degrada a los que no pronuncian la lengua yanqui y llaman a una policía especializada —dónde habré oído yo algo similar— La ICE, cuya vista aterroriza latinos y nativos por igual: déspotas, tiranos, abusadores, ciegos a la ley impuesta: "degradar judíos y expulsarlos del territorio". No escuchan a quien tiene sus papeles en regla, menos a quienes no los tienen: estás arrestado bajo la ley federal de ser inmigrante. Se crea el DOGE, otra maravilla que pretende recortar presupuesto empezando por los pobres y nombra a Elon Goebbels como máximo dirigente del aparato informativo. No hacía falta, ya los medios no leales al poder habían sido notificados que hablar en contra del jefe se consideraba traición y un acto de desinformación para con el pueblo que lo había elegido. El mandatario dictador se aferra a tres cosas que considera importantes: el ingreso de fentanilo de méxico y de china, la pérdida de control de fabricación en américa y la consigna MAGA: "Make America Great Again". A raíz de lo cual inicia una guerra de prepotencia que supera cualquier ejemplo que pueda darles. Saca una tablita y va nombrando países con su multa por traer productos a América, en su euforia e ignorancia impone una multa a un islote habitado sólo por pingüinos: 29% de arancel para las islas McDonalds y Heard. Pobres pingüinos, han de estarse sintiendo muy mal por ello. Sheinbaum contraataca y cree haber vencido pero apenas si es títere del otro títere y se apresura a cerrar fronteras y a convertirse en aliado del fascismo. A China le impone 245% en un arrebato de arrogancia tan vil como asqueroso, que luego revierte a 125% o 140%. En las alocuciones presidenciales, ni parece responder correctamente, repite mucho y apresurado, casi veo a un AMLO o a un Virgilio Barco tratando de decir algo inteligente pero incapaz de ello. Amenaza jueces, periodistas, universidades, cadenas comerciales, cadenas de noticias y hasta a sus propios republicanos que organizan protestas donde lo caricaturizan —aunque siempre ha parecido un personaje sacado de Los Simpsons— y levantan la bandera "Hands off Trump". Quien no le teme arriesga su cabeza y ahí están nuestros queridos congresistas invitados a su posesión por error y que deciden hacer una comisión para llevarle incienso, mirra y oro y ofrecer su lealtad incondicional. El país se desangra y las grandes empresas, Wall Street y las bolsas de valores del mundo se desploman. Las cosechas se quedan sin recoger y los supermercados desabastecidos, pero él sale diciendo que no se preocupen que los aranceles los pagan los otros países y como si nada se va a jugar al golf donde indefectiblemente gana cada año su copa del "Trump internacional golf club". Vende gorras MAGA hechas en china, Corbatas hechas en Tailandia, Guitarras presidenciales de fabricación asiática, biblias, relojes, criptomonedas... el comité de propaganda en su máxima expresión pues los productos tienen un valor exorbitante y seguramente muchos son de procedencia exterior a los estados Unidos. Sus aliados comerciales, que seguramente estuvieron allí por proteccionismo: Bezos, Zuckerberg, Musk, aceptan sus condiciones y esperan no salir lesionados, pero esta guerra lesiona gravemente los intereses de todos y quienes están en su nómina, a su inmediato alrededor no osan siquiera dudar de que es la salvación de Alemania y el inicio indiscutible del IV Reich. Aún no se ha quemado el Reichstag, pero seguro ocurrirá en algún momento y viviremos de nuevo la noche de los cristales rotos. El gobierno se rodea de aplaudidores profesionales, el niño requiere no ser contrariado y aún algunos plantean que su locura tiene un método y una conclusión feliz. Seguramente me equivoco como siempre, pero a mí, como alguna vez le oí decir al Holmes de Miller, me parece que este presidente es un idiota o un genio para representar el papel. Megalómano, egocéntrico, dictatorial, abusivo, psicópata e incapaz de reconocer sus errores que defiende como estrategias, seguramente al ser juzgado por la historia repetirá que lo hizo por su América amada. Ya sus indultos a los que tomaron por asalto a la casa blanca y sus múltiples acusaciones penales le proponían como una mala idea, pero los electores en todas partes del mundo son seguidores de Shakira: ciegos, sordos y mudos.
PS: Geográficamente américa es un continente compuesto por tres secciones: sur, centro y norte. Para los gringos y gran parte del mundo América son sólamente lo gloriosos Estados Unidos.
PS 2: América nunca ha jugado sucio comercialmente, ni en cuestiones de fronteras, ni de estados, ni de persecuciones. Bástese ver en cuántos países han puesto su bandera y cuántos más quiere el agente naranja anexar a su grupo de estrellas: Groenlandia, Canadá, el resto de México, Venezuela, Panamá...
PS 3: La SD o La NSPDA, la Schutzstaffel y las Einsatzgruppen, todas tienen homólogas en este gobierno de siglas y caricaturas. No crean, las juventudes Trumpianas existen, los Hitlerjugend son sus aplaudidores profesionales.