No niego que algunas ideas ya han sido llevadas, arrastradas y mancilladas hasta la ignominia, pero como la filosofía y la virtud permiten seguir discutiendo sobre el contexto, no veo problemas en volver a traer a colación a dios y a la ciencia. Me preguntaba una niña de 10 años esta semana: "¿si dios creo todas las cosas quién creó a dios?" En buena mamera me metí; ¿Cómo explicarle, a su edad, que dios es un invento humano para explicar lo que no puede entender? decirlo y ya es fácil y traumatizar a la pequeña con poca finura no es mi estilo. Dije para mi mismo: "qué belleza, si todos nos preguntáramos lo mismo, sería difícil que hubiese hoy día creyentes" pero me engaño, la humanidad es naturalmente servil y cobarde y requiere de un dios que le simplifique el mundo y le prometa paraísos que lo conserven después de la muerte. Grave enfermedad que contrajimos por culpa de la razón; la conciencia de nuestros cuerpos y mentes, nos hizo pensar que algo superior eramos o que algo superior nos dio vida; triste pero cierto, sin la conciencia, andaríamos menos preocupados por alabar una deidad pero, con certeza, aún estaríamos en las selvas primitivas sin señales posibles de avance cultural y científico. No puedo explicarle a la niña estos conceptos; no puedo decirle simplemente que dios no ha muerto a la manera de Nietzsche, sino que, a mi manera, jamás ha existido; tal vez cuando pase los traumas de la niñez y de la adolescencia pueda decirle a la manera de Vargas Vila: Se tu propio dios y adórate con delectación; tal vez ni siquiera deba explicarle nada, sino que ella irá comprendiendo la mentira en que estaba o, tal vez se hunda más en ella y se revuelque en ese estercolero de la fe y la plañidera a dioses que ni siquiera miran al rebaño estúpido que crearon.
Lo cierto es que la religión lo explica todo con la fe, la ciencia trata de explicar todo con la razón y el método científico de la experimentación; la fe es inmutable y sacra, la ciencia permite que nuevas teorías se posesionen si son capaces de complementar o explicar mejor un determinado fenómeno y en ella no hay sacrilegios. si estuvieramos aún con la religión pura y ciega, la humanidad todavía no podría llamarse a si misma de esa manera porque aún no saldríamos de las cavernas, a la manera de Platón. Ya podré darle a escoger, por el momento me quedo con aquel pensamiento juvenil de Simone Beauvoir: Renuncié a la fe porque prefiero no creer, que creer en un dios tan contradictorio y con tantos compromisos; Aunque en mí, como en el adorado maestro, la fe murió de un sólo golpe y para siempre.