Hace unos días mis amigos me decían que ya no se puede sembrar en Colombia como se ha hecho desde los tiempos inmemoriales en que el hombre abrazó la agricultura (unos 10 o 12 mil años). Me burlé de ellos por lo inconcebible del asunto. Me hicieron ver un documental y leí sin pestañear la resolución 970 por la cual se verifica que es un delito sembrar lo que da la tierra y que las semillas deben ser compradas, junto con abonos y pesticidas al señor obtentor que, en un laboratorio, modificó una semilla para que "fuese más productiva y rindiera mejores cosechas". Deplorable la presentación de los funcionarios del ICA y peor aún la presentación del señor presidente. Increíble la desfachatez de un imperio que pretende destruir los pequeños productores con "semillas certificadas" y de paso apoderarse del mercado... si señor, cual doctrina Monroe, nada de América para los americanos, eso no es suficiente, Asia para los amercicanos, Africa para los americanos, no señor, el mundo para los americanos. ¿Que más podría uno pedir? ya lo pidió el insigne presidente bellanita M.F.S. con su terrible Respice pollum y hasta lo defendió el envigadeño F.G. Nada como la doctrina Monroe para evitar impertinencias europeas...Y no falta que más de uno diga que ese TLC o como se llamó antaño, ALCA es una bendición para todos y por eso la policía apagó las miles de revueltas de las universidades en contra de dichos tratados; porque para colmo en esas universidades "no hay sino guerrilleros" y aunque se dan cuenta y piensan en las cosas, a pocos les prestan atención a sus protestas. ¿A qué repetirlo? Lo dijimos a voz en cuello, ese tratado nos va a matar y lo hará como el maldito colesterol... lenta m e n t e. Pero tampoco sirve rezar como dice el poeta en su canción. Ignominia me parece y trastada del gobierno en contra de su gente. Anomalia en cuanto a evolución se refiere, reemplazar el poder evolutivo por algunos pincelazos en el ADN de una planta, ya se ha demostrado lo fatal que puede resultar eso. ¿Qué hacer? ¿Cruzarnos de brazos y dejar que nos penetren por el trasero y tratar de disfrutarlo? ¿Morirnos lentamente y adherirnos a las doctrinas del ser y la nada? ¿Declararnos, no colonia, estado americano, a ver si recibimos algunas de sus prebendas y sus leyes? No sé. Me queda un amargo sabor en la boca y un saber que mañana seguiremos adorando esta hermosa democracia y, como no reeligiendo a los mismos, porque garantizo sino vaticino -a veces me siento un Nostradamus- que mañana un pueblo amnésico reeligirá a un Santos y a un Uribe y a un Michelsen y a un López y a un Pastrana; No por aquello de que aquel que olvida el pasado se condena a repetirlo sino por aquello de que el corazón de Jesús es piadoso y perdona a los que se equivocan y les da más de una oportunidad. ¿A que preocuparnos? Ya lo dijo mi hermano Evaristo: "Ésta es tú casa tenemos la mejor patada para tú culo".
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