Se me ha juzgado de ateo en algún banco de la calle y se me han presentado los seguidores de dios, o dioses, que al fin son muchos y firme estoy convencido en que la mejor forma de mostrar ateísmo es despreciarlos a todos; se me ha juzgado apátrida por no querer lanzarme a la defensa de una tierra que no me pertenece y por no importarme en lo más mínimo el destino de las decisiones de la dichosa Haya, que a veces ni siquiera se halla allá. Mal padre me han dicho por dejar en libertad el instinto de mis engendrados...eso no compete a mis perseguidores y a mi la verdad me importa un pepinillo-illo, lo más absurdo e ínfimo, un palito cagado y cosas así...
Me preguntan por los días de la semana y sólo veo una combinación alfabética de los dioses de Grecia y Roma, copias de copias: Lunes por la luna, martes por el dios de la guerra, miércoles por el dios mensajero y jueves por el dios de dioses y viernes por la bella del amor y sábado por el padre desventurado del jueves y así...La bandera tiene vuestros colores maravillosos: el azul de un mar que está negro de podredumbre y de cadáveres arrojados allí por pensar distinto y por protestar y por no ser del partido político que lleva la violencia en el alma y que en verdad, parafraseando a Sartre: ¿Cuál mar azul no os dejéis engañar? las profundidades son negras y abismales no existe tal azul. Vuestra bandera muestra el amarillo por las infinitas riquezas que hoy reposan en los bancos de Portugal, Inglaterra y Estados Unidos, porque aquí las únicas tierras que tienen minas son las que compran los gringos y el oro es una idea ficticia en los billetes que pagaban "en oro al portador". No existe tal riqueza para el ciudadano de a pie que es el que adora la banderita. Me falta el rojo que representa la sangre de los mártires que dieron la vida por nuestra libertad... cuál libertad, votaron la donación, sois y seréis esclavos, aunque no conozcáis los dueños. Y los tales mártires desangraron al país para imponer sus ideas. Si debierais tener unos colores, serían más bien negro, rojo y más rojo, representando el saldo total de vuestras cuentas y el pésame por los difuntos. Del escudito si, un hermoso cóndor casi extinto en los andes, un lema que no se puede creer y una ramita de olivo, de esas que daban a los vencedores en los juegos olímpicos de antaño, no en los de ahora. ¿qué ganamos? verdad que somos grandes por adorar al santo sepulcro y al niño en brazos de la madre del que está caído. ¿o será al revés? es que ese cuento de la trinidad es muy complejo, casi como volver al futuro, ir al pasado a matar al padre del que viaja en pos de desaparecer del mundo...Me olvidaba, el escudito, el canal de Panamá que aún aparece en algunos es aún más absurdo, pero déjenme y verán: el gorro frigio, es claramente Frigio y eso de que represente la libertad, me suena más a que lo usaron los traidores de Brutus y Casio que empuñaron el puñal contra su padre César (violento aquel tirano o no, no es mi tratado en este vulgar coloquio); seguramente que un dios extranjero como lo es el monito de las estampas lo usó para representarse, eso no lo duden y ¿el cuerno de la abundancia? que aquí son dos para delicia de los sufrientes de TOC que necesitan que todo esté en perfecta simetría, fue un robo a la mitología Griega que recuerda como aquella nodriza Amaltea violentada por un Zeus púber pierde un cuerno que, por promesa del futuro dios, será de grandes atributos y riquezas. ¿Nos quedó algo? Un himno cuya mayor belleza fue compuesta por un Italiano? ¿Una palma que se extingue con las fiestas de ramos de las semanas santas en honor al barbado Judío que dijo ser mesías? ¿Una flor nacional que no es parásita por definición, pero que igual vive sobre otra planta?
¿Habrá algo de lo que yo deba estar orgulloso?
¿Alguien quiere juzgarme de nuevo?
No hay comentarios:
Publicar un comentario