viernes, 24 de octubre de 2014

Liebre por liebre

Supongo yo que a muchos les aterra el proceso de pensamiento sano, ¿quién diría que pensar es insano? Leyendo a un autor oscuro, Ambrose Bierce y sus ricas definiciones, encuentro un detalle increíble pero con certeza adecuado, refiere que muchos humanistas, sociólogos y filósofos usan de aquella frase "la excepción que confirma la regla" y afina que ninguna excepción confirma una regla, todo lo contrario, la desvirtúa y eso es tan claro como: ningún hombre vuela y como allí hay un hombre que vuela, está confirmado que los hombres no vuelan...santo dios de los cristianos y de los muiscas. Recáspita: Me gustan tanto las mujeres que me acosté con un hombre para comprobarlo y "la excepción confirma la regla": Me gustan las mujeres. 
De igual ímpetu, aunque no de igual cuantía, expongo mis procesos de pensamiento, que a veces son molestos para mis amigos, aunque les recalque que son procesos de pensamiento y no deben afectar a nadie que no haya usado el cerebro para dichos procesos: Jamás en la vida ocurre: "estaba en el lugar correcto a la hora equivocada" Nunca, dos negaciones son una afirmación: Mire como le queda: Estaba en santa helena (lugar equivocado), a la hora en que no había incendio (hora equivocada). Total no le pasó nada; pero, si estaba en Santa Helena (lugar equivocado) a la hora del incendio (hora correcta), tema por la suerte del augurado sin que ningún arúspice se harte de saber lo que le pasó. Para más señas yo siempre he estado en el lugar equivocado a la hora equivocada. Cuando Pablo repartía millones en Aranjuez yo estaba en Santa Rita y pasé por Aranjuez 10 años después de que lo mataron. Tuve un orgasmo con Mónica y quedó en embarazo (lugar y hora equivocada). No me alargaré en disertaciones profanas.
En las películas de mala muerte afirma el héroe: "es mi peor enemigo" que yo digo deberá decirse "mejor enemigo" difícil de vencer, astuto, mañoso, bueno en todo lo que hace, hasta en la ejecución de la maldad. Pero el peor enemigo es el imbécil que cuando ejecuta un plan le pasa la del coyote, "el enemigo del correcaminos es el peor enemigo del avestruz, malo, terrible, no le sale ninguna y nunca triunfa.
De las películas holiwoodescas es también aquella en la que un personaje le pregunta a otro: "¿estás mal herido?" No, si está mal herido es un rasguño insignificante, no se va a morir, ni siquiera sangra; si está bien herido es una herida fatal, le queda poco tiempo de vida, la bala o el cuchillo le rompieron la crisma, le despedazaron el hígado y el bazo, le queda un litro de sangre, se le esparció medio cerebro y está a punto de morir, eso es estar bien herido.
¿Alguna vez han oído la expresión: "lo cosió a puñaladas" para referirse a un asesinato sangriento con arma cortante o punzante? Si lo cosió le hizo un favor, le metió lo que se le había salido y a punta de puñal e hilo lo emparejó como pudo. Suena más burdo pero lo que el malo hizo fue que lo descosió a puñaladas y no fue precisamente por las costuras.
Para algunos es lo mismo ocho que ochenta, pero a mi me pasa como a mi tío Alfonso que es un comerciante exitoso: "a mi me da lo mismo ocho que ochenta, mientras los ocho sean de a diez"
Dejemos por hoy.

domingo, 19 de octubre de 2014

De incensarios y usuarios de los mismos

Esta semana me encontré con un antiguo compañero de la universidad, Julián. Me preguntó por mis proyectos musicales y caímos en la dificultad que tengo de hablar bien de los demás. Me aclaró algo tan simple y tan sencillo que me caí para atrás. Luego de haberme oído despotricar del altavoz, de las bandas y de los sonidos, me dijo que los gustos varían mucho, que a la gente la mueve la música no las letras y que la música no necesariamente tenía que ser virtuosa. Tres acordes  en quintas y un sonsonete de batería hacían temblar a una muy buena cantidad de gente y era absolutamente respetable. Eso está muy claro.
Yo no critico los tres acordes, y menos las quintas. Mis canciones están hechas en tres acordes y casi siempre son los mismos. Le dije que la verdad es que me molestaba la facilidad con la que subían grupos de porquería y eran invitados a festivales y a eventos, no por su "feeling", sino a pesar de no tenerlo y simplemente porque movían influencias y eran capaces de arrodillarse, lamerle los zapatos al primer imbécil que pudiera llevarlos a tal o cual sitio. Lo mismo pienso de los que ganan los concursos de cuentos, novelas, el premio nacional de periodismo, el oscar, los grammys y demás concursos y eventos televisibles nacionales y extranjeros.
Julián me añadió de nuevo que las personas que hacían eso estaban en  una muy buena posición y disfrutaban de honorarios, iban a muchas partes con giras pagas y en resumen les iba bien y podían vivir de su oficio. Sea. Esa es la verdad. Los grupos capaces de arrodillarse van a todas partes con fechas pagas, buenas chicas y excelente comida. 

Esas cosas están bien claras y son respetables. Sólo quiero aclarar que me caí para atrás por la simpleza del planteamiento: ¿Querés ir al Altavoz o al Rock al parque? mamáselo al alcalde o a los encargados de la selección. ¿Querés salir en revistas y periódicos? arrimáte a los que están en la pomada y listo, un par de sobadas de chaqueta con lenguaje turiferario y de hombres de turíbulo y zas. ¿Querés aparecer en las listas de canciones del top forty paisa? tranquilo, unos regalito$, un par de sillas movidas aquí y allá y, voilá, 11 semanas en primer puesto. (supe que los Beatles fueron lanzados así, un bombardeo mediático ordenado por su asesor de imagen y el cobro de algunos favores que le debían los de las emisoras).

Tengo pues la incapacidad de ser el mejor escritor de filosofía porque no sólo soy malo, sino que mi estética personal me prohíbe arrodillarme o alaraquear de mis triunfos. No puedo ser el pensador de la música porque lo que digo yo, lo hacen personas que son capaces de doblar las rodillas y están constantemente en la palestra pública. Ni por pienso puedo ir a un festival como rock al parque o altavoz, porque cada que puedo despotrico de su manejo y asusto a los que han osado invitarnos o proponernos para semejante desacato a la consecuencia y no puedo aparecer en periódicos o revistas porque no tengo la facilidad de doblar la cabeza para hacer amigos en los círculos del poder.

Dígase lo que se quiera, envidia dice la mayoría, por mis blogs habla la envidia. ¿Pero que me digan si a alguno lo he bombardeado con publicidad de mis blogs? ¿Si alguna vez le he regalado un libro para que me acepte o un disco o hasta una camiseta. Si trato de buscar prosélitos o aliarme con otras bandas para que me inviten a tocar o acaso llegar a un evento a "pedir que me dejen tocar porque fui con todos los integrantes?

viernes, 3 de octubre de 2014

Yo mismo (I)

No hago de cada fiesta una razón para visitar o entregar una sarta de sandeces o de regalos inútiles al son de "feliz cumpleaños" o "feliz día mamá". Las cosas más tristes en esta vida son las que nos recuerdan que nos acercamos a la tumba y nos obligan a agradecer a los coequiperos que a su vez deberán ser felicitados por las mismas razones los mismos días. Y, los días que el comercio impone para celebrar nuestros parientes, resultan tan deshonrosos como la razón por la cual han sido instaurados: el vil comercio. No acostumbro colocar mis "me gusta" en las paginas sociales, ni compartir mis estados: "almorzando con Juanita" "En una relación con Abelarda"...Los verdaderos momentos que me gustaría compartir están vetados en el corazón de las páginas de este lema -Aunque supongo que por publicidad, brincarían de poder colocarlas allí- No acudo a los bares de moda a tomarme unas cervezas. Siempre me ha parecido bebida de niñas y eso de que sea la bebida nacional de un país deja mucho que desear, los rusos son 40 veces más machos. A más los acordes sonoros que yo no escojo se me hacen tediosos, a un bar, van quienes no tienen música en su casa o quieren escuchar lo que anda de moda y, conmigo, no cuenten. No voy a entierros de ninguna índole, suficiente dolor para los deudos tener que repetir a cada uno y a todos, la forma tan abrupta como murió el finado y lo bueno que era y las alabanzas que repiten los más cercanos y los que pasan que se santiguan y... La  máxima expresión de la hipocresía. Pero, eso si, no dejaré de asistir al mío, aunque no están invitados. Ninguno. Mis huesos al ustrinum, sin sentencias, sin fiestas patrias, sin cámara ardiente, sin oraciones, no me ofendan, soy ateo, la vida eterna es para mí una cosa cierta de inexistencia y las despedidas me causan desaliento ¿qué más da si en el resto de la eternidad no los vuelvo a ver? La navidad me es tan inocua como una inyección de agua, celebro estar en vacaciones para poder escribir y gritar, pero esas tonterías de niños, novenas y adultos queriendo revivir un pasado muerto donde, al igual que engañan, fueron engañados, me aterran: Imbéciles arrojando harina y huevos o espuma, mantequeros de pobres cerdos sacrificados para que la novena no se empañe, Fiestas y música decembrina que no cambia entre año y año, regalos, más farsas, "feliz año".
¿Asistencia a los conciertos? Si una banda es buena y me dice cosas valiosas, creo que es inapelable una visita a ese escenario, aunque el impuesto sea alto, pero ¿asistir por la dichosa moda y la farándula por la que asiste la inmensa mayoría? No han oído una banda en su vida, pero dicen que viene "street fighter" y se bajan por internet todas las canciones para llegar a cantarlas en primera fila y tomarse fotos con el vocal. Nunca se ven más camisetas de una banda que cuando anuncia que viene a Colombia. Me aterran los fans y los sabios que saben de todo. Si es una chica que quiere acostarse conmigo, bienvenida, lo demás no me agrada. No veo canales nacionales porque las novelas de pillos y los dramas noticiados los veo en la esquina de mi barrio en vivo y en directo. Eso me hace aborrecer a cualquiera que me pregunte por lo que dijo J. Mario en su programa o por como va el desafío o por como va a terminar la novela brasileña o por lo que dijo Maluma en su serie copiada de otras tantas que no buscan entretener, sino embrutecer, dos verbos, si, y bien parecidos pero de fines distintos, el segundo es el que muestra la visión de las súper cadenas nacionales que no pasan un documental ni a palos y dicen "estar comprometidos con la ciencia y la formación del pueblo Colombiano.
Me gustan los amigos sinceros que no tienen que repetirse que se aman y las fiestas de todos los días, sin ninguna razón y con una guitarra en la mano para expresar con música el odio y la verdad que llevamos dentro.