viernes, 3 de octubre de 2014

Yo mismo (I)

No hago de cada fiesta una razón para visitar o entregar una sarta de sandeces o de regalos inútiles al son de "feliz cumpleaños" o "feliz día mamá". Las cosas más tristes en esta vida son las que nos recuerdan que nos acercamos a la tumba y nos obligan a agradecer a los coequiperos que a su vez deberán ser felicitados por las mismas razones los mismos días. Y, los días que el comercio impone para celebrar nuestros parientes, resultan tan deshonrosos como la razón por la cual han sido instaurados: el vil comercio. No acostumbro colocar mis "me gusta" en las paginas sociales, ni compartir mis estados: "almorzando con Juanita" "En una relación con Abelarda"...Los verdaderos momentos que me gustaría compartir están vetados en el corazón de las páginas de este lema -Aunque supongo que por publicidad, brincarían de poder colocarlas allí- No acudo a los bares de moda a tomarme unas cervezas. Siempre me ha parecido bebida de niñas y eso de que sea la bebida nacional de un país deja mucho que desear, los rusos son 40 veces más machos. A más los acordes sonoros que yo no escojo se me hacen tediosos, a un bar, van quienes no tienen música en su casa o quieren escuchar lo que anda de moda y, conmigo, no cuenten. No voy a entierros de ninguna índole, suficiente dolor para los deudos tener que repetir a cada uno y a todos, la forma tan abrupta como murió el finado y lo bueno que era y las alabanzas que repiten los más cercanos y los que pasan que se santiguan y... La  máxima expresión de la hipocresía. Pero, eso si, no dejaré de asistir al mío, aunque no están invitados. Ninguno. Mis huesos al ustrinum, sin sentencias, sin fiestas patrias, sin cámara ardiente, sin oraciones, no me ofendan, soy ateo, la vida eterna es para mí una cosa cierta de inexistencia y las despedidas me causan desaliento ¿qué más da si en el resto de la eternidad no los vuelvo a ver? La navidad me es tan inocua como una inyección de agua, celebro estar en vacaciones para poder escribir y gritar, pero esas tonterías de niños, novenas y adultos queriendo revivir un pasado muerto donde, al igual que engañan, fueron engañados, me aterran: Imbéciles arrojando harina y huevos o espuma, mantequeros de pobres cerdos sacrificados para que la novena no se empañe, Fiestas y música decembrina que no cambia entre año y año, regalos, más farsas, "feliz año".
¿Asistencia a los conciertos? Si una banda es buena y me dice cosas valiosas, creo que es inapelable una visita a ese escenario, aunque el impuesto sea alto, pero ¿asistir por la dichosa moda y la farándula por la que asiste la inmensa mayoría? No han oído una banda en su vida, pero dicen que viene "street fighter" y se bajan por internet todas las canciones para llegar a cantarlas en primera fila y tomarse fotos con el vocal. Nunca se ven más camisetas de una banda que cuando anuncia que viene a Colombia. Me aterran los fans y los sabios que saben de todo. Si es una chica que quiere acostarse conmigo, bienvenida, lo demás no me agrada. No veo canales nacionales porque las novelas de pillos y los dramas noticiados los veo en la esquina de mi barrio en vivo y en directo. Eso me hace aborrecer a cualquiera que me pregunte por lo que dijo J. Mario en su programa o por como va el desafío o por como va a terminar la novela brasileña o por lo que dijo Maluma en su serie copiada de otras tantas que no buscan entretener, sino embrutecer, dos verbos, si, y bien parecidos pero de fines distintos, el segundo es el que muestra la visión de las súper cadenas nacionales que no pasan un documental ni a palos y dicen "estar comprometidos con la ciencia y la formación del pueblo Colombiano.
Me gustan los amigos sinceros que no tienen que repetirse que se aman y las fiestas de todos los días, sin ninguna razón y con una guitarra en la mano para expresar con música el odio y la verdad que llevamos dentro.

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