Esta semana me encontré con un antiguo compañero de la universidad, Julián. Me preguntó por mis proyectos musicales y caímos en la dificultad que tengo de hablar bien de los demás. Me aclaró algo tan simple y tan sencillo que me caí para atrás. Luego de haberme oído despotricar del altavoz, de las bandas y de los sonidos, me dijo que los gustos varían mucho, que a la gente la mueve la música no las letras y que la música no necesariamente tenía que ser virtuosa. Tres acordes en quintas y un sonsonete de batería hacían temblar a una muy buena cantidad de gente y era absolutamente respetable. Eso está muy claro.
Yo no critico los tres acordes, y menos las quintas. Mis canciones están hechas en tres acordes y casi siempre son los mismos. Le dije que la verdad es que me molestaba la facilidad con la que subían grupos de porquería y eran invitados a festivales y a eventos, no por su "feeling", sino a pesar de no tenerlo y simplemente porque movían influencias y eran capaces de arrodillarse, lamerle los zapatos al primer imbécil que pudiera llevarlos a tal o cual sitio. Lo mismo pienso de los que ganan los concursos de cuentos, novelas, el premio nacional de periodismo, el oscar, los grammys y demás concursos y eventos televisibles nacionales y extranjeros.
Julián me añadió de nuevo que las personas que hacían eso estaban en una muy buena posición y disfrutaban de honorarios, iban a muchas partes con giras pagas y en resumen les iba bien y podían vivir de su oficio. Sea. Esa es la verdad. Los grupos capaces de arrodillarse van a todas partes con fechas pagas, buenas chicas y excelente comida.
Esas cosas están bien claras y son respetables. Sólo quiero aclarar que me caí para atrás por la simpleza del planteamiento: ¿Querés ir al Altavoz o al Rock al parque? mamáselo al alcalde o a los encargados de la selección. ¿Querés salir en revistas y periódicos? arrimáte a los que están en la pomada y listo, un par de sobadas de chaqueta con lenguaje turiferario y de hombres de turíbulo y zas. ¿Querés aparecer en las listas de canciones del top forty paisa? tranquilo, unos regalito$, un par de sillas movidas aquí y allá y, voilá, 11 semanas en primer puesto. (supe que los Beatles fueron lanzados así, un bombardeo mediático ordenado por su asesor de imagen y el cobro de algunos favores que le debían los de las emisoras).
Tengo pues la incapacidad de ser el mejor escritor de filosofía porque no sólo soy malo, sino que mi estética personal me prohíbe arrodillarme o alaraquear de mis triunfos. No puedo ser el pensador de la música porque lo que digo yo, lo hacen personas que son capaces de doblar las rodillas y están constantemente en la palestra pública. Ni por pienso puedo ir a un festival como rock al parque o altavoz, porque cada que puedo despotrico de su manejo y asusto a los que han osado invitarnos o proponernos para semejante desacato a la consecuencia y no puedo aparecer en periódicos o revistas porque no tengo la facilidad de doblar la cabeza para hacer amigos en los círculos del poder.
Dígase lo que se quiera, envidia dice la mayoría, por mis blogs habla la envidia. ¿Pero que me digan si a alguno lo he bombardeado con publicidad de mis blogs? ¿Si alguna vez le he regalado un libro para que me acepte o un disco o hasta una camiseta. Si trato de buscar prosélitos o aliarme con otras bandas para que me inviten a tocar o acaso llegar a un evento a "pedir que me dejen tocar porque fui con todos los integrantes?
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