sábado, 20 de diciembre de 2014

Mascotas

A mi no se me ocurre mezclar dos blogs, el blog de evolucionismo puro es mi ciencia con todos sus déficits, mis deducciones anacrónicas que, bien o mal, resultan de una lectura práctica de la historia, del ejercicio simple de pensar. No es necesario que dichas teorías se cumplan a pies juntillas, como no es necesario con ninguna teoría. Este blog es para dar mi opinión, y a veces me encuentro con otras posiciones antagónicas, contra puestas que asumen mi postura como un peligro y se lo toman personal. Me permito disentir de los demás, pero no necesito, y lo he repetido un millón de veces, seguidores. Ahora se me ocurre pensar en las mascotas y debería hacerlo desde la evolución, pero esto es, repito, sólo mi punto de vista. Me sacan de quicio las mascotas y la gente que las tiene. ¿Odio los animales? No, simplemente no comparto mi plato con ellos. Hablamos de higiene, en ninguna parte donde haya animales se puede decir de una comida que no esté contaminada de pelos de gato, de perro o de plumas de loro. Nada más delicioso que llegar al restaurante de tu apetencia y ver el perro que come bajo la mesa o la cocinera que lo acaricia diciéndole: "Tan tierno..." "Pobrecito..." Ahí no como. Llegar a la casa de unos amigos y verlos como acarician a la mascota, le soban la cabeza, se dejan lamer y luego te ofrecen un saludo o la cama para que pases la noche. La razón que se aduce para tener mascotas son varias, mirémoslas: Compañía, bien, no dudo que un perro pueda ser buena compañía, la mejor compañía que he podido conseguir no sólo me escucha sino que me interpela y protesta, las personas que buscan compañía en los animales deben sentirse muy solitarios y aparte de la humanidad y ser, definitivamente asociales, ¿Cómo puede ser mejor compañía un animal que un ser humano? y eso que yo valoro en extremo la soledad que me permite el acto de la creación en muchos niveles. El cariño, esta si es buena: "Es que uno llegar y ver esas expresiones de cariño y de amor eso si es amistad..." Si he dicho muchas veces que los seres humanos dotamos de humanidad a lo que nos rodea, pero, aunque no dudo que los animales sientan, la cosa en ellos es instinto, acarician a quien les devuelve las caricias y a quien les da el alimento, así los golpee de cuando en vez, cámbieles el dueño, destételos y regálelos, no se van a morir, o por lo menos no de tristeza y no vayan a empezar con historias de perros que murieron al lado de sus amos o al pie de sus tumbas o que los siguieron después de muertos. Esas payasadas se ven, pero la estadística demuestra con números muy amplios mi punto de vista. Ahora hay que alimentarlos, cuidarlos, sacarlos a pasear y algunos exageran, correas, gorras, sacos, botas, arnéses. Las bañan en la calle con agua caliente y las espolvorean con talcos de olor y mejunjes, los secan y les prohíben revolcarse. No todos están en este artículo y algunos en mayor o menor medida ni se parecen, pero tener una mascota que reemplace a un humano es un síntoma psiquiátrico, hablarles a los animales, es cercano a la esquizofrenia paranoide; preferir la compañía animal a la humana es misantropía; Tratar a un animal como a un ser humano es humanización, por lo tanto desanimalización y por tanto, maltrato animal. Quieren gastar su dinero en algo que valga la pena, adopte un niño o varios, le agradezcan o no por lo menos la interacción será más al nivel de seres. Declaro que no me gustan los animales mascotas, ninguno, verlos en la naturaleza, libres, es hermoso, prisioneros de los humanos, nunca.

No hay comentarios:

Publicar un comentario