¿Alguna vez se han sentido desgraciados? ¿Han sentido que las cosas que les pasan sólo puede pasarles por ser ustedes mismos, es decir, que sólo a ustedes les pasa? ¿Concluye alguna vez que su suerte es terriblemente mala? Si alguna de las anteriores preguntas es afirmativa, lamento anunciarle que sufre usted de auto compasión. ¡Es que lavo la moto y preciso llueve! ¡Es que me aporreo y todos me saludan golpeándome donde me duele! Es que... Pura auto compasión y delirios de grandeza; el universo no gira en torno a ningún ser humano, ni siquiera a la raza humana misma, los designios, si los hay, son iguales para todos los seres vivos: naced, creced, multiplicaos si se os presenta la oportunidad y morid. Las quejas son opcionales, pero nadie las deduce, las comparte para sentirse en algún conjunto, para ser aceptado, para que no lo expulsen del grupo !Rica la marihuana¡ !Qué frío hace¡ !Qué calor tengo¡ ¿Por qué a mí dios mío, por qué a mí? La auto compasión es un emblema humano, los animales no la padecen. ¿Alguien ha visto un león quejándose por que muere de hambre o porque perdió una presa? ¿Vemos la hormiga asustada por la planta que puede aplastarla? ¿Una vaca gime por estar a la intemperie? Dáseme pensar que la compasión nació como una especie de pegante social para compartir la crudeza del ambiente y de allí a esperar que haya un ser culpable -un dios supongo- no hay demasiada distancia, y al tener quien nos replique y nos asista con movimientos de cabeza, no dudamos en la existencia de tales seres etéreos. La inmensa mayoría de la humanidad sigue un planteamiento por necesidad de compañía, no por lo contrario, en cuyo caso lo mejor es afirmar. No nos alejemos, ¿Qué clase de ser se considera usted para sentirse de manera diferente de otro ser humano? permítanme informarles que a todos nos pasan las mismas cosas: nos quedamos solos en algunos momentos de nuestra vida y en otros gozamos de las mejores compañías, nos traicionan los amigos y otros nos rinden homenaje con su presencia, nos llueve y nos secamos, se nos mueren seres queridos y nos nacen nuevos seres queridos, sufrimos momentos vergonzosos y sufrimos momentos placenteros, Nos caen enfermedades y nos caen saludes, morimos... Ah y por fin dejamos las quejas en esos 0.3 metros cúbicos de soledad que es la tumba. Si. También nos acosan los fantasmas del pasado y traen a nuestra memoria cosas que no queremos recordar. Un momento de debilidad que cualquiera pudo tener, la insegura precisión de que somos culpables de la suerte de un otro, que nuestras acciones han llevado a ese otro a la tumba o al camino incorrecto, pero, ¿Cuál es el camino correcto? ¿no vivimos con la ley de la selva? cada uno es su propio culpable y cada uno su propio verdugo. No afirmo que algunos no nacen con una estrella y otros estrellados, pero es deber del superviviente modificar el entorno para adaptarlo a sí o adaptarse al entorno para ser absorbido por él. decisión que nace de la voluntad y, si en el camino fallamos, es nuestro deber no rendirnos y reintentar o morir en tal intento. El remordimiento es un sentimiento estúpido, Fue L. Borne quien dijo que "no arrepentirse de nada es el principio de toda ciencia". Tire frescura y no se queje tanto que el mundo está lleno de quejas, ayude a evitarlas y sepa usted, de nuevo, que las llaves siempre se encuentran preciso en el último lugar en el que se buscan, la consecuencia es lógica, si las encontró en el primero, también fue el último y si sigue buscando después de encontrarlas el tarugo es usted.
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