lunes, 29 de mayo de 2017

El rock contra el poder

Esperaría uno que hubiesen cosas más importantes de que escribir que de banalidades como los festivales de rock. Y lo hay, el paro de maestros: situación grave y extrema que se resuelve muy pronto con unos pesos por debajo a las directivas sindicales y la sensación profesoral de que hicieron una gran revuelta y de que "todos ganamos". La revuelta en Buenaventura se levanta con promesas de "reparaciones" y algo de fuerza policial. Kim Jong Un, seguirá probando armas en el mar de china hasta que a alguien le de por retarlo en serio y él se defenderá, a menos que tanto misil extraviado no sea sino alharaca y guerra psicológica. Macron no será la salvación de Francia y Le Pen tampoco la iba a salvar. Trump continuará con su mandato de locura; de la temporada invernal que esta semana cedió; de los ataques de un Maduro -no debería meterme con él, pero que presidente más malo, cínico, bruto y marrullero, en él sólo reconozco el fanatismo bolivariano y el deseo de poder- pero, mal que bien, la tierra no desfallecerá mientras tanto. Gaía le sobrevivirá a los hombres. Pero esas cosas, aunque no me son ajenas, me llenan de tedio intelectual. Prefiero volver al ataque contra los aperos trogloditas. No quiero volver mi columna un campo de batalla, pero no creo que quienes publican esas cosas sepan hacía donde van o sólo están buscando enredar desde el título y me refiero a la publicación "El rock, contra la tiranía del gusto popular" que recientemente añadí en "el muro". No es el rock contra los gustos de nadie y mucho menos el "popular" porque los festivales de rock no llevan a las bandas del "gusto popular" llevan las bandas que amablemente -el efecto radio, una de las maravillas del sistema mediático- se convertirán en "el gusto popular" por cuestiones armónicas de  "necesidad refleja de seguir" y "necesidad angustiosa de pertenecer a un grupo". Los organizadores, e incluso los interesados en la cultura, insertan una capa solapada de eficiencia, de buen aporte cultural, de nivelación rockera, de imparcialidad electoral, de buenos manejos, de aprovechamiento de los recursos. Realidad muy diferente a la que planteamos, y he planteado en muchos artículos. NO CREO, es lema personal y mi lente avizor, se centra en el poder "Que caiga lo que apeste a poder" Si el rock pacta con el poder, si el rock hace una tregua con los círculos viciosos que critíca, si el rock se alía con el sistema, ¿Dónde queda el rock? ¿Lo duro? ¿Lo libre? ¿El anarquismo? y, a todas estas, ¿Cuál es el gusto popular?
Que se puede hacer un pacto por la cultura, no lo dudo y quien pacte pasa a la historia y al festival y lo podrá poner en su hoja de vida y en años crecerá su pasión recordando como fue de buen rockero con esa masiva asistencia a tanto festival y olvidando los ideales admitidos. ¿Yo me inventé esos ideales? Lo dudo. ¿Me los creí? eso tiene una probabilidad muy alta. ¿Los respeto? siempre. A costa de leer a Vargas Vila y a Camüs; A Nietzsche y a Cioran a Vallejo y a Pessoa, de oír a Evaristo y a Jello y porque no Facundo y a Silvio, se me clavó la idea de lo absurdo, que no me aguanto que nadie me pise sin gritar y defenderme. Que mi actuar y mis posiciones son belicosas y desadaptadas, que soy un contestatario, eso es fruto de la experiencia con el estado, la política y los festivales rockeros, a más de ser también una situación de cavilación, que me permite comparar y enjuiciar, pero siempre en los términos asignados por Aristóteles. No en los de ciencia, que aunque la adoro es tan mal aceptada y tan falsamente utilizada, no en los de religión, que aunque parece lo mío una religión, está bien alejada de dioses y dogmas, lo mío es mí opinión, que se le respete o no, está en veremos, pero la mía, está avalada por años de historia viendo lo mismo que exhibo: El rock contra el poder y la tiranía, y, debo decir, que si el pueblo tiene gustos de tirano, también estoy contra el pueblo.

domingo, 21 de mayo de 2017

Clases de ortografía

He querido zanjar la cuestión ortográfica por años, pero parece tema de mucha conversa y con tantos aportando en el sentido, sólo conocemos partidarios de tal o cual teoría pero, zanjemos la cuestión de una vez y para siempre. Si usted es un profesor o una persona que escribe como parte de su proceso de producción intelectual, es bueno que respete las normas acordadas por un puñado de letrados hijos de la gran, perdón, real academia y demos por sentada que la ortografía es cuestión estética y, de cierta manera, intelectual. ¿Cómo así que un excelente lector o escritor o profesor, no sabe cuando llevan tilde ciertas palabras? Es deprimente pensar que veo profesores escribiendo: "anoreccia" y "uvo" y pidiendo un "video vi" para dar una charla y hasta conjugando mal el verbo haber y el verbo satisfacer y... Pare de contar, pobrecitos los alumnos de estos, cabrá decir acá que cuando empecé en estas lides educativas, mis primeros alumnos dijeron: "acá nadie nos hace usar tildes porque eso no cambia nada" y de acuerdo he estado con ellos, dice de manera diferente bebé y bebe, pero al que nunca le han importado las tildes, lee el contexto, pero que un profesor no exija la ortografía, así sea de matemáticas, es porque no sabe usarlas no por simplificar tareas, que en la lectura se encuentra el secreto del entendimiento, pero una mala lectura, una frase que no capto, la pereza de usar un diccionario para revisar una palabra que no entiendo, y el mal ejemplo de algunos profesores que pasan su vida pegados a las pantallas del celular o del televisor para ver quien ganó el "yiro" o como van en los juegos de Olimpo o el partido de no sé que copa, -la pedagogía del ejemplo- o el programa del tal JMario -escribirlo así, es por manía de ir contra mis propias consignas- lleva a que los alumnos dupliquen tales improntas que no son las más sanas, en cuanto a educar se refiere, porque la educación, buena o mala, es educación. ¿Cómo no ha de estar feliz Jeffrey Dahmer o Teodhore Bundy o Campo Elias Delgado para que me entiendan, que sus hijos hubiesen aprendido sus mañas? La cosa es que la pereza mental nos hace decir cosas como "las mayúsculas no necesitan tilde" o "los nombres propios no tienen ortografía" y, si hay partidarios de tal o cual teoría, valga, deje de leer que la cosa no es con usted. Fíat. Si sigue le digo lo siguiente: Las mayúsculas no se tildaban porque las máquinas de escribir no traían tilde sino para las minúsculas, resultado de un pequeño engorre en la ubicación de la misma, que ya era un reto mecánico, una tecla que no avanzaba el carro y cuyo cran debía imprimirse por fuera de los otros. Consígase una vieja máquina de escribir y me entenderá, pero en la era digital, donde el dichoso problema queda resuelto, las mayúsculas llevan tilde y se pide se le coloque porque esa disculpita de escribir todo en letra capital por ignorancia de la escritura es de puro perezoso y vago, sin importar lo que diga la santa Real academia, cuyos aportes en el caso desconozco y me importan un adarve, AL ESCRIBIR EN MAYÚSCULA USO EL ACENTO, ORTOGRÁFICO O DIACRÍTICO SI ES NECESARIO. No me vuelvan a hablar de esa norma que, repito, quien no tilda las mayúsculas comete un error que no puede salvarse con una norma que invita a la pereza mental. Segunda parte, ¿Llevan o no ortografía los nombres? Pues, Sí y se lo tildo para darle fuerza, sí y sí de nuevo: Primero se deben escribir, por ser  nombres propios con inicial capital, eso zanja por mucho el hecho de que lleven o no ortografía y, a favor de los ofendidos, el nombre se copia como está en la cédula, pero y ojo al pero, eso no le quita que exista un nombre correcto y un montón de tarugos equivocados: Una señora puso a su hija Leidy por lo que oyó de la noticias de la muerte de Lady Diana -la época de las ladies- o la puso Leidi o la puso Dayana o Mileydy o Myleidi, respétese la ortografía de la dama en cuestión y dúdese de su intelecto, pero la forma correcta del nombre es Lady que traduce dama y Diana -los políglotas leen daiana- Las demás formas son incorrectas, pero deben respetarse o quedarán excluidos los nombres José, Andrés, María, Ángela, a condición de llamarse Jose, Andres y Maria, cuya pronunciación no es la misma, incluso el Andrés sin tilde se pronuncia igual que Undress -dale al políglota- y el Ángel demuestra muy bien ambos casos, mayúscula, con acento y con nombre propio. Ahora si defendemos tan absurda teoría de no tener ortografía, aceptamos que un niño se llame Juan, Jhuan, Juhan o Juanh, estamos diciendo que los padres inventen cualquier cantidad de oprobios y algazaras. Sí existe una ortografía, que los padres y curas no respetan ni conocen -problema de no ser políglota- y por ello salen tantos aspavientos, para escribir el nombre pida la cédula o pida le deletreen porque hay unos insucesos en la nombración de seres queridos que da pena ajena y, no se preocupen que decir lo contrario, aquello de que un nombre no tiene ortografía, es pura pereza mental.

martes, 2 de mayo de 2017

La ballena azul

Es un animal, cordado, cetáceo y  mamífero, que a algún imbécil le haya dado por ponerle así a un juego de retos que culmina en un paroxismo suicida no debería afectar la reputación del animal cuya culpa en el asunto es nula. Y, lo que deberíamos pensar es en los nuevos retos de las redes sociales o de las nuevas tecnologías, o en los retos como no, de vivir conectado y recibiendo información para la cual no se está preparado. No hablo de una edad mínima para entrar a la red, hablo de una preparación psicológica y técnica, hablo de la necesidad de saber emplear los recursos y no caer en trampas nimias. Al principio de los años 90's nos enviaban un e-mail con un nombre sugestivo o con una invitación y un impulso social por confirmar una relación o el insuperable instinto voyeurista nos hacía abrirlo y pum, virus; tampoco era raro recibir la ventana emergente de "eres el visitante número un millón y te has ganado un premio" y el que lo abría, zas, virus. Los trucos de aquella porción humana que vive en red tratando de engatusar a la otra porción -nunca es la mitad tratándose de comer a la otra mitad, es una proporción terriblemente injusta como del 3 a 97- son infinitos como la estupidez humana y es a esa preparación a la que me refiero. Si usted, ya un adulto hecho y derecho, cae en esos trucos sucios, permítame decirle que su madurez está en entredicho, por eso la mayoría de las víctimas de tales catecúmenos -siempre me ha parecido un insulto y como tal lo prodigo para referirme a quienes esperan encontrar quien caiga en sus redes- son adolescentes y niños o personas que no han superado la preadolescencia, desde el punto de vista mental. Basta decir que tengo un compañero profesor al que llamaron por celular y le dijeron que se había ganado un premio pero que debía consignar medio millón de pesos para reclamarlo y por los documentos y los impuestos y el hombre -en entredicho lo de hombre- los consignó. Si vemos clara la situación, tiene que ser uno muy inmaduro para seguir algunos retos que plantean en las redes: "Tómese una cucharada de canela" o "haga gárgaras con gasolina" ¿Cuántas personas han sido empujadas a la prostitución o tentadas a exhibirse desnudos o a realizar vídeos o a decir cosas que, realmente no salen precisamente de sus pensamientos? A mí me han llegado chicas. preguntándome que hacer cuando alguien les ofrece dinero o un viaje a otro país sin pedir nada a cambio o que les mandan dinero por ayudar. Y, ay, lo peor es que la moda de hacer grupos en redes sociales con gentes de otros países está en su perigeo -nunca entendí porque bautizar un fenómeno en su máximo exponente con el punto más alejado del sol, yo prefiero hacerlo con el punto más cercano- en el punto más alto en que pueda hallarse, porque la facilidad con que se accede a las redes cada vez aumenta y aquellos maestros de las páginas, a duras penas preguntan si eres menor de edad o no y el joven se siente un hacker espichando la opción "mayor de edad" o falseando su edad para ingresar a una red social, lo cual es de lo más sencillo, finalmente a ellos lo que les interesa son clientes. También hay un problema en entredicho sobre la educación, no se le pueden pedir peras al olmo y, no quiero alarmar con mi estadística, pero si una gran cantidad de educadores, no están familiarizados con los peligros potenciales de las nuevas tecnologías, ¿qué podemos esperar de un altísimo porcentaje de padres? Como ven acá lo importante es la información y la información está en la red, pero como siempre, no todo lo que brilla es oro y toda esa información, sin filtros, son una grandísima mentira, usada por el publicista para obtener "likes" o "me gustas" o "entradas" a las páginas que son las que le darán la papa diaria. ¿Qué información es falsa o cierta en las redes? esa es una pregunta que no se ´puede responder sin un grado de escepticismo, porque al igual que en la vida real - en oposición a la virtual- la mayoría de lo que te dicen es una mentira y los filtros requieren de una especie de proceso científico: identificar las variables, diseñar el experimento, cuidadosa observación y medición y una adecuada interpretación de los resultados. Sin el proceso de decantado, seremos propagadores de mentiras. "Es que yo vi en la red un fantasma", afirmaba el chico y me tocó decirle, pues yo he visto dinosaurios y zombies y eso no quiere decir nada. Aquí parafraseo a Amy Tan: "las reservas de gente crédula en el mundo son fantásticamente inagotables" y súmele, la dignidad de un país creyente y la complicación se hizo máxima, porque como dice la mismísima Tan: "cuántas más creencias tiene la gente, más fácil resulta engañarla". A esto súmele un país en la pobreza, con mentalidad de pillos, que es lo que ha enseñado la sacra y real televisión nacional; los niños piensan que conseguir plata aceptándola de un desconocido es la forma ideal, total, ahí les dejo el trabajo de evitar que una "ballena azul" se aproveche de una ignorancia que un gobierno proclama como ley y, mientras la policía se ocupa de que un adulto no consuma licor en la calle, en la esquina del parque hay una docena de niños conectados a la red wifi pública.

lunes, 1 de mayo de 2017

El arte de la respuesta precisa

Contestar adecuadamente en cada caso resulta un arte si la respuesta es tan especial que nuestro interlocutor ceja en su actitud de ataque o se queda pensando en la respuesta, tanto, que no le da tiempo de intentar una nueva celada, dado por caso que las preguntas sean provocativas e insidiosas o simplemente sean ataques o sean un grupo de preguntas tontas. Acá en este pequeño aporte les enseñaré algunas que uso y que, significativamente, dejan impronta en quienes me dirigen la palabra. Para empezar en contra de aquellos que me ven tomar algo muy caliente, siempre dicen: "Traga candela pues" y yo les respondo: "Me entreno para ir al infierno". En los medios cristianizados en que me muevo es una herejía que se castiga con el silencio y yo, quedo premiado. Supongo que a todos les han preguntado "¿Qué hace?" pregunta retórica casi siempre, pero incómoda que se resuelve así: "Trato de resolver el problema de la unificación de la energía, la duplicación del cubo, la cuadratura del círculo y la trisección del ángulo". Cualquiera sirve o puede usar de a una. "¿En dónde está? sobre todo si te llaman por teléfono y para averiguar chismes inútiles, se responde; "En la tierra" y vaya alejándose, "en el sistema solar; en la galaxia vía láctea, en el Grupo local, en el supercúmulo de Virgo a las afueras de la Gran muralla". Si a estas alturas no le han entendido su indirecta ya no hay humano. "Váyase al infierno" o a otro sitio, se responde: "Ya fui y de allá me mandaron para acá." A mí no me dicen así porque yo soy poco o nada buscador de problemas pero he oído: "Este es mucho gallinazo" o buitre y hay que responder: "Imagínese que si, y siguiendo el olor de la comida llegué hasta su merced". "¿Se demora?" "No más mientras resuelvo la cuadratura del círculo y la trisección del ángulo...". "Buenos días" "¿Qué tienen de buenos?" "Que estamos vivos y saludables" "vivos y saludables están los perros y las vacas, a mí me interesa más el dinero y las vacaciones". "¿Se cayó?" "No, esa es la manera como verifico el coeficiente de rugosidad del suelo, porque el de inteligencia suyo ni marca". "¿Se aporreó?" "No, es que cambié los tatuajes por la escarificación directa". "¿Se quebró el pie?" o la mano. "No, es que no me alcanzó para comprar sino una bota" o manilla. "¿Sabe donde está tal persona?" "en la vía láctea..." A veces lo llaman a uno al móvil y le preguntan "¿Con quién hablo?" Se contesta "¿A quién llamaba?" o "¿A quién necesita?" o te dicen: "¿Podría comunicarme con fulanito de tal?" y a esa se contesta: "Si señor como no, puede hacerlo llamándolo a su propio móvil". En un programa: "¿Usted no sabe que yo con una llamada puedo hacer que lo despidan?" "Lo felicito yo apenas si puedo lograr un domicilio." "¿Usted no sabe quien soy yo?" "Seguro que no, mucho gusto." O, "Ni quiero saber quien es, adiós." Y así por el tal estilo se van apareciendo quienes preguntan cosas obvias. Si estás en un restaurante te preguntan si viniste a comer, o en la fila del cine te preguntan si vas a ver una película, o te ven con un casco en la mano y te preguntan si viniste en moto o te ven con un libro abierto y te preguntan si lees y si llegas te dicen estás acá y ay, la estupidez humana no es inmensa, es que las ganas de hacer vida social, de socializar no le permiten ir más allá y por eso les preparé estas respuestas cortas: No, yo vengo a los restaurantes a pegarme un duchazo. No, yo vengo a los cinemas a comprar carne. No, yo uso casco porque soy un Power Ranger. No, dentro del libro traigo espejo y colorete para pintarme. No, no estoy acá, soy un holograma de prueba. No falta el que te llama al fijo y te pregunta donde estas, pues hay que responderle que te compraste una extensión de 600 kilómetros y que estas en Cartagena. A las preguntas ¿Quién es usted y que hace? Hay que responder algo como. Mamífero cordado u homínido del tipo sapiens y hago bulto. Para las veces que el interlocutor se pasa de listo o dice una simpleza deductiva, se dice "Te entiendo Sherlock -O Hércules Poirot o Señorita Maple- O también se responde: "A tú inteligencia no se le escapa nada- ¿Dónde aprendió a hacer eso? se responde con "Viendo Plaza Sésamo" -o en los Teletubies o En Barney y sus amigos-. Cuando una persona llega enojada o gritando se le puede responder de varios modos: "Vea hijo, cálmese y hablamos cuando se le pase el estado hormonal femenino" o "La entrada de los frustrados es por el lado de atrás" o "Los episodios de furia psicótica no son recomendados por los cardiólogos" o "Vuelva cuando pase la adolescencia". Creo que ya me hice entender, así que ahí les dejo.