La fuerza humana parece desaparecer o hacerse de manera diferente cuando alguien paga una fortuna por cuatro trazos de una gorda y por unas naranjas pintadas sobre un trasto viejo, Resulta cómico que alguien se enferme por no poder tener un determinado tipo de cuchillo, un llavero raro, una herramienta escasa, un color de barniz exótico o un labial de tono restringido. Las cosas que se coleccionan son amplias: Recuerdos de la guerra de las galaxias, juguetes -curiosamente sin descorchar porque a alguien se le ocurrió que si sale del envase pierde su valor- vehículos, mocos, pelo de ombligo, sillas, objetos de famosos -supe que inauguraron un museo de las Spice Girls con mas de 4000 artículos- espejos, relojes, partes de computadores, electrodomésticos, armas... Me quedo acá donde sólo mencione cuanta payasada se colecciona hoy en el mundo. Lo que quiero preguntarme es ¿por qué? y otra más importante ¿para qué? ¿qué lleva a un individuo, sin más, a un día, empezar una colección y, a veces, a olvidar todo lo demás con tal de obtener o completar o continuar su colección? Pienso que no es absurdo, la taxofilia que desarrollamos en los inicios de la civilización, nos permitía reconocer a unos enemigos o a unas clases de árboles o plantas o incluso a unas variantes alimenticias y, porque no, hacer caso a unos "deseos" en el caso de las preferencias. Algún simio podría preferir los frutos verdes y otro los rosas... No dudo que el nivel organizativo se vio alterado por la manía de dividir en categorías y al parecer, fue necesario para nuestra supervivencia. Luego de instaurada "la cultura" quedaba bien poco para que en las civilizaciones se dieran expresiones de arte real, aunque no conozco a nadie que pueda coleccionar pinturas rupestres o maravillas del mundo. Alguien juntó dos trazos o accidentalmente puso su mano impregnada en fango o en agua con ceniza sobre una roca y zas, nació el arte y algún inconsciente se gasta 100 millones de dólares en "el Grito" de Munch o 30 en "La fábula de Aracne" de Velázquez. A quienes coleccionan y pagan por obras de arte reconocidas, jamás los he entendido, no entiendo el placer de contemplar a una monalisa sin la facultad de saber si es falsa o real -a guisa de comentario leí que en el Louvre exhibieron por años una falsa Gioconda y aún así nadie la reconoció y la gente siguió maravillándose ante el retrato falso y hasta desmayándose- y no le veo la gracia a un Pollock, a un Rayo, a un Picasso o un Grau o a un Degas... Hay esculturas magnánimas: el coliseo romano, las pirámides mayas o de Egipto. Lo demás, pintura u obra tridimensional, no, no les veo la gracia. Digamos de todas maneras, que mi falta de sensibilidad ante la pintura o el arte son la razón por la que tales cosas me tienen sin emoción y que mi falencia es también debida a que mi pobreza me impide adquirir alguno de tales monumentos -ya escultura, ya pintura- y que quienes coleccionan obras de arte son personas cuerdas y consecuentes con el tamaño de lo que compran, pero Botero si está fuera de serie, porque lo que siento por las obras de ese señor es un poco de asco -me encantan las mujeres entraditas en carnes para que no me acusen de transgresión o violencia de género o de segregación- Pero ¿esculpir gordas y convertirse en un ídolo y sex pintor, con parque y con museo y hasta con entrada en wikipedia, haciendo tales desproporcionamientos? Definitivamente, tengo algunos escultores que no valen nada, un cortador de plasma y un soldador y pum, dizque eso es arte. Yo creo que hay arte en un puente y hasta en un edificio, pero eso no me inspira para conseguir plata y coleccionarlos. Al final a esos no les tocaba el día de hoy. De ellos ya he despotricado y seguro lo volveré a hacer. Hoy tocaba más bien a esos otros raros coleccionistas de cosas sin importancia como afiches, tendidos de cama, autógrafos, fotos -Dicen los entendidos que quienes no poseen dinero tienen cámara y un gran álbum en Instagram- monedas, billetes, tapas, chapas de confites, balones... a esos me refiero. Seguro existió un primer nivel, una especie de detonante como dice la psicología, que llevó al primer elemento y una casualidad al segundo y de pronto, la necesidad de un tercer elemento se vuelve ansiedad y deseo y ganas y... Coleccionar es enfermo y por tanto es una enfermedad. Pido a quienes coleccionan algo que revisen su vida y analicen la misma sin la colección ¿qué sería? porque la vanidad es pilar fundamental del coleccionista: "yo tengo treinta boletas de conciertos de metal" "tengo 600 afiches de menudo" "25 pares de zapatos" "Atari, Nintendo Wii, Xbox, Xbox 360, Sega..."
Al final, todo es el mismo capitalismo que se aprovecha de las mentes más débiles para ofrecerles el fruto del capital: Nada mejor para Hot wheels que la gente desee tener vehículos y no pueda tenerlos porque ellos venden colecciones más asequibles en miniatura y los pueden tener a su alcance y a la vista para que ejerciten su poder. Nada mejor para los que producen álbumes que usted no se pueda comprar un equipo de fútbol, pero puede tener las laminitas por un módico precio, auto adhesivas y todo. Excelente idea para los productores de DVD's y de Música que usted quiera poseer a la banda, teniendo lo que ella publica. No concluyo, quienes coleccionan son personas enfermas, vanidosas y con ánimos de poseer lo que les niega la vida. ¿Un pintor necesita comprar obras de arte en formato 2D? ¿Arenas Betancur coleccionaba miniaturas de obras que no fueran suyas?¿Tendrá un jugador de fútbol álbum del mundial? tal vez por lo que dicta el orgullo de ver como salió su foto. Sé que además hay otros coleccionistas, menos enfermos pues aún no clasifican nada en su cerebro ni en sus casas y son los acumuladores, esos que duermen bajo montones de basura y no botan nada porque puede serles útil o porque no pueden desprenderse de esas nadas. Si, aseguro que tanto unos coleccionistas como unos acumuladores están enfermos y guardan basura: ¿Para que sirven dos mil llaveros o los calzones que uso Harry Potter en la película? ¿De que sirve un autógrafo o una fotografía con el artista de turno? ¿Que uso le doy a 70.000 navajas?
Hay otros coleccionistas, no menos traumáticos porque se acepten socialmente o porque sean útiles: los que coleccionan libros, o los que tienen el "equipo" de herramientas, los que tienen un catálogo de aves o coleccionan especies embalsamadas. Igualmente, aunque los motive un arte noble, no dejan de ser coleccionistas.
Termino aceptando que coleccionar es rasgo humano, pero no por ello necesario ni suficiente y determino que todos, en mayor o menor proporción somos coleccionistas: Yo colecciono escritos míos en estos blogs conocimientos y los álbumes que he publicado yo, y los libros que he publicado yo, y si pudiera, haría como el señor presidente y coleccionaría unas cuantas cuentas bancarias, unos cuantos años de gobierno y unas cuantas salidas en televisión, porque esos billetes, esas cuentas y esos años de gobierno, aunque estén repetidos y hayan sido malos, dan un status impresionante.