sábado, 17 de abril de 2021

Relatos de viajero (Anserma, Caldas)

 Me cargué un viaje de siete horas para llegar a una presentación que duró a lo sumo 90 minutos y en la que hice alarde de poder tocar diferentes géneros con la misma guitarra zurunguiada y la misma armónica desafinada. Los receptores se hicieron esperar y la emoción de unos pocos se volvió la emoción general de la noche donde recibieron un repertorio incompleto con canciones pegajosas y acordes saltados !mi más puro estilo¡ con canciones propias, ajenas y prestadas y saltando de música para planchar hasta música para soñar despierto y estribillos revolucionarios de viejitas que no tienen cueva. No puedo saltarme que recibí una grata reconvención de parte de los dueños del local por haber faltado hace un año y por mi intachable carisma que logró, con canciones propias, hasta un pogo acústico. El resto de la noche y parte de la mañana la pasamos en un escampado al son de toda clase de licores, desde champaña importada hasta el más burdo y delicioso alcohol con cocacola y donde nos cantamos otra tanda de canciones plagiadas donde nos inventábamos la letra mientras surgían los tres o cuatro acordes falsos con los que las acompañaba. Yo dediqué media noche a observar una chica con atavio de metalera de unas manos tan blancas y hermosas como las que debería haber exhibido aquella escultura de Milo, puras, con un deje de princesa nórdica y una cara de geisha de la corte imperial y cuyas expresiones hoy me quedan borrosas porque nunca averiguo más allá del asunto, aunque debería reconvenirme el no hablar sobre sus piernas y repetir como Sade que "nunca vi un templo del amor soportado por más bellas columnas". El nuevo día trajo discusiones abiertas o más bien respuestas abiertas, que casi nos tiramos el día y la noche entera en un peregrinaje por diversos temas de acción: películas, historia, virus, discos, ideas, comida, que anduvimos por un breve instante con la plana máxima del cartel de la Sopera y un par de amigos letrados que amenizaron con tazas de tinto y manzana Postobón la tarde en cuestión. Allí en el piso donde mis amigos me llevaron, no dejé de notar la mirada extraviada del abuelo que conserva su memoria intacta y una manera de ser que no pude comprender: alegre, dicharachero, rozagante, casi juvenil a sus ya 93 años. Yo a los 50 no puedo soportarme mucho tiempo a mí mismo y temo que si la parca no me depara una pronta visita, terminaré por cansar hasta la muerte a los pocos que aún me aguantan. Me contó de sus aventuras sembrando café y plátano y de algún que otro impacto con las novias y sus padres y hasta me hizo una lista de las antiguas medidas, la carga, la pucha, el almud, la arroba y el tarro y vislumbró, muy atrás, una golpiza que le diera a su profesora por igualada y por sádica que supuestamente los hacía arrodillar en maíz duro o en fríjol cuando no les entraban en la cabezota los acertijos de los números. Sus relatos combinaban el "vuste" "antonces" "aen" y "pajuerano" y otro montón que se me escapan, pero en los pocos momentos que salía de su encierro autoimpuesto, irradiaba calma y sencillez que se me antojaron extraños porque los golpes de la vida a mí no me han dejado sino resentimiento, desconfianza y amargura. Con nosotros también estuvo una chica, de la cual supe su nombre y su ocupación y por acasos del destino hasta donde vivía, pero me causó la impresión más extraña de todas, que no hablaba y no se reía. Pasó 9 horas con nosotros sin emitir más que un gruñido o una palabra y merece un relato especial porque contrario a Funes el memorioso y a Soldán el implacable, ella pasó sigilosa y callada y debí hacer un esfuerzo por comprender su actitud y su parsimonia y me imaginé un mil formas de explotar esa historia, pero son relatos de otro cuento y ya habrá de dar un fruto todo ese silencio contenido. La última vez no llegué a mi cita por déficit de peajes y un año después llego con exceso de él y el regreso fue de unas bastas ocho horas sin contar la reagrupación desde la terminal. Valió la pena, conocí a algunos y recordé a "algotros" con los que concertamos ideas y soñamos con una fuente diferente y un camino igual pero con duendes diferentes alumbrando el camino.

viernes, 9 de abril de 2021

¿Se puede vivir sin comer carne?

 Por años ha existido una controversia simple y que me zanjo a mí mismo por razones y vicisitudes del destino, que hace años escribí sobre la naturaleza mística y casi religiosa de los dominicos que se hacen llamar vegetarianos ─vegetarians en anglo─ veganos, lactovegetarianos, ovovegetarianos, pollotarianos, bambútarianos, eucaliptarianos y demás engendros dados a luz por la "posibilidad" que, además, yo soy "carnetariano" estricto. La cuestión es, ¿puede el ser humano pasarse la vida sin comer carne? ¿volverse comedor de hierba de buenas a primeras? Toda evidencia implica que la tosudez humana logra lo que se propone, es decir, que si alguien aplica a comer sólo tierra puede, en teoría, lograrlo. No aplica cuanto alarga o acorta el tiempo de vida, porque sabemos que hay organismos humanos cuyas adaptaciones han ido evolucionando en un sentido o en otro. Nuestros más lejanos ancestros debieron acomodar su estómago a comer lo que hallaran, es bastante claro, que si no puedo cazar animales más rápidos que mi especie, deba recurrir al carroñerismo y tragar podrido o raspar huesos, aprovechando, si las encuentro, las plantas que me calman el hambre y que  ─por lo general─ no se defienden.  Por ello, el ser humano es atávicamente ominívoro oportunista y debo hacer énfasis en eso de atávico, nuestra dieta aprovechaba cualquer forma de energía que se presentara. Los dietistas de hoy dicen que debemos comer una amplia variedad de los diversos grupos de nutrientes: lípidos, proteínas y carbohidratos ─grasas, azúcar y almidón o harinas y carne en lenguaje bastante simple─ y, mágicamente, los vegetales pueden aportar estos nutrientes en mayor o menor cantidad, ─sí, la carne del huevo y la carne de los vegetales existe y no es broma─ aunque no falte quien se arrellane a decir que cierta familia de proteínas sólo puede conseguirse en la carne. Las pruebas refutantes saltan a la vista, los vegetarianos no tienen la razón, pero, aparte de un selecto grupo de veganos estrictos que hay que aportarles proteínas en píldoras, se las arreglan muy bien frente a la decisión de no consumir determinados alimentos. Para la evolución, no existe mayor prueba que la subsistencia de la especie y los vegetarianos con todas sus variantes, están aquí presentes y nos envían sus saludos, ahí puede oírse el mugido de la vaca y el rebuzno del burro, el piafar del caballo, el barritar del elefante y el gruñido del koala y del panda, junto con el zumbido de la jirafa y el graznar de patos y gansos. Ellos, en algún momento evolutivo, encontraron la forma propicia de aprovechar la exuberancia vegetativa y se adaptaron a la misma. El digno humano busca razones para convertirse en vegetariano y las encuentra. El carnívoro realmente se aprovechó de que la cadena trófica tuviese agujeros y se subió a la cadena alimenticia. Hoy podemos elegir, sin presiones y sin el desgastado discurso sobre la crueldad animal o el sostenimiento del planeta, lo saludable, lo dietario o lo infame de necesitar alimentarse ocho veces al día. Si es por estética, yo no he visto vegetarianos gordos y puede funcionar. Si es por crueldad animal, los vegetales también sienten aunque no griten, o por lo menos no gritan a la manera que estamos acostumbrados con nuestros sentidos y no deja el pobre vegetariano estricto de tragarse unos cuantos miles de insectos al año, qué, en nuestra defensa, también son carne. Si es por cuidar el medio ambiente, aunque es justo que se hace más daño con los campos de pastoreo, no deja de ser un daño la deforestación por siembra discriminada para el consumo humano y, si se trata de la cantidad de veces que hay que acudir a la alacena, no hay tal, pues el ciudadano de a pie, hoy, dispone del tiempo que en las praderas africanas le faltaba para cazar y recolectar. Así que la respuesta es simple, mientras el organismo soporte el cambio de dieta y se cumpla con unas cuotas de nutrientes, el ser humano puede vivir de hortalizas o de huevos. La lógica es inapelable en cuanto a disposición, ya que deberíamos ser capaces de aprovechar lo que se encuentra a nuestro alcance. Una persona normal puede ser vegetariana por elección o por necesidad. Si se puede elegir, vale, pero no hay que andarse con la intención de que la humanidad entera asuma tal condición y menos con hacer de sacerdotes ordenados para catequizar al inculto carnetariano. Habrá quien, por economía, tenga que volverse caldotariano o yuquiano o papiano o bananiano, que ser vegetariano no es para nada barato si se ha de mantener la norma de los nutrientes. Un vegetariano debe comer de los ya mencionados nutrientes básicos y algunos de ellos, los frutos que los contienen, están por los cielos. Así que también depende de la capacidad, que el vegetarianismo es un modelo de vida que te quieren vender por salud y ambiente y no llenan ninguna de las dos premisas o se hacen falsas con el análisis impío que muestro. Pudiera ser que alguien concrete que dos o tres miembros de la realeza o de la ciencia han sido o fueron vegetarianos, pero no es razón suficiente. La ciencia tras el vegetarianismo no es compleja, basta con estudiarla y llegaremos a la conclusión de que la carne es un veneno lento y que los vegetarianos pueden sufrir algunos males por deficiencias proteínicas o vitamínicas y que todo es bueno o malo, como dijera Escohotado, es veneno o cura, dependiente de la dosis. En cuanto a lo primero, yo no tengo afán con la lentitud del veneno y en cuanto a lo otro, como los grandes carnívoros, si requiero un vegetal, no le hago el feo. Apelo pues a la libertad y reniego del vegetarianismo estricto, pero acepto que mi disertación concluye que los humanos pueden volverse vegetarianos sin detrimentos mayores y rechazo que, como dicen algunos carnívoros, sin la carne no se puede vivir.

PS: En alguna discusión me tomé prestado el término "carnetariano" de mi amiga Verónica.

PS 2: A mí me gustaría ser un consumidor primario y alimentarme unicamente con la luz del sol y agüita, despidiendo en mi fotosíntesis algo de oxígeno de cuando en vez, pero no tengo la capacidad de convertirme en Hulk, ni de procesar el sol, que aparte, detesto bastante. Nada más rico que no generar huella de carbono o minimizarla al extremo para que los capitalistas carnívoros puedan seguir produciendo sin mis aportes, pero, desgraciadamente debo alimentarme de otra forma y prefiero, como ya lo he dicho, la carne.

PS 3: Se deben consumir también vitaminas y minerales, aunque en cantidades mínimas, y,  aunque no aportan energía, se usan en otros procesos y los vegetales son ricos en ellos. Toda vitamina puede conseguirse en frutas y legumbres y toda vitamina puede conseguirse en carnes hasta la vitamina C o ácido ascórbico que tanto ponderan inútilmente. Los minerales son los que llamamos oligoelementos, que sabemos que el ser humano está hecho basicamente de CHON ─Carbono, Hidrógeno, Oxígeno y Nitrógeno─ pero que también en proporciones muy bajas Fósforo, Hierro, Selenio Estaño, Flúor, Yodo, Silicio, Niquel, Cobre, molibdeno, Vanadio, Litio, Manganeso y Zinc. Minerales que hay que consumir y para fortuna están en carnes y vegetales, aunque no por igual.

PS 4: Los que saben dicen que a un niño no se le debe dar una dieta de vegetales estrictos, ni de carnívoro estricto, ninguna, no es recomendada, pero nadie le quita las ganas al padre experimentador de probar que tanto vive un bebé sin la leche materna, que viene de otro animal o que tanto se desarrolla si le damos sólo carne o frutica picada. El que lo haga pues me cuenta como le fue.

lunes, 5 de abril de 2021

La risa del Nazareno

 Había dejado la lectura de este texto llamado "El nombre de la rosa" de Umberto Eco por parecerme que mucha gente hablaba de él, e incluso ya sabía algo de la trama y hasta la dirección que tomaba el asesinato en el libro. Al leerlo me encuentro con el mundo, inventado pero muy acorde, de Guillermo de Baskerville y el monje Adso de Melk. La trama es, sin importar lo que  otro haya leído, una novela extremadamente rica en historia y fascinante por el tema y la habilidad descriptiva del monje, que es a quién se atribuye su escritura. En él se desarrolla la solución de un enigma, la lógica y la ciencia, aunque en el interior del texto se menciona un mil veces la palabra dios, amen, jesucristo, gracias a dios y toda esa palabrería vana que en algún tiempo, aunque también era vana, era aún más repetitiva y monótona. La vía monástica no deja de confortarme con sus mil requisitos y la cantidad de órdenes tampoco: franciscanos, dulcineos, fraticellis, benedictinos, jacobinos, dominicos, cluniasences, begardos, flagelantes... y también con la seguridad de poder observar en el texto la naturaleza humana agazapada en esos monjes: la envidia, el celo, la arrogancia, la lascivia, el contubernio, el estupro, el cohecho, la venganza, la mordida, el interés, el orgullo, la vanidad, la desobediencia, la mentira... humanos demasiado humanos diría Nietzsche. Concluyo que así se crea un estilo musical, una persona reinterpreta un texto, se siente llamado por dios y sueña con esa frase ─o se inventa el sueño─ "in hoc signo vincis" que lo llena de poder y valentía y se lanza como un nuevo profeta a inundar el mundo con su "estilo propio" y en él involucra a "los simples". Simples, bella manera de llamar a la masa y además de indicar que su razonamiento no da para más y siguen lo que se les ofrezca sin demasiadas certezas pero con mucho fanatismo. Los simples, la inmensa mayoría y, queriéndolo o no, nos muestran esa visión que tenía Don Simón Bolívar de los criollos. Los simples, los que se necesitan para construir el edificio, pero que sin convicciones reales, toman hacía donde son empujados y apoyan las cosas más contradictorias. Los simples son los que votan, eso me queda claro. En el texto, se abre la discusión sobre si la iglesia debe ser pobre como cristo, que si me permiten, es el hipocorístico de Jesúcristo que es el sobrenombre de Jesús de Nazareth, pero hasta allí deberíamos pensar que la iglesia entró en la discusión pero no se polarizó por el lado pobre y sabemos además que hoy la iglesia es extremadamente rica, basta con ver esas pagodas y esas iglesias con tantas puertas inmensas y con tanto santo y custodia. Esa discusión no es mi fuerte, para mí la iglesia es opulenta y predica la pobreza y la entrega del ánimo por un pinche puesto en el cielo, que quienes lo predican no lo merecen. !A mi cielo no entra ni dios¡ La discusión que me llamó la atención y esa si es la vencida, es, si el hijo del carpintero se reía. Los evangelios nada dicen de que Jesús se carcajeará con los apóstoles o hiciera shows de stand up comedy para los peregrinos del lago Tiberíades o para los coparticipes de la última cena y menos aún para los asistentes a las bodas de Caná y no me queda claro si en la cruz se "carcajió", que lo dudo y dudo también que los comerciantes del templo anduvieran de risitas con el chiste de haberles dado una foetera y expulsado del mismo. No está claro si cuando veía a un manco o a un tullido se le salía el diablillo burlón y le echaba un chistín de ñoquitos, no se puede aducir que al acercarse algún leproso le contara el de ¿dónde pongo este pedacito de carne? o el del niño leproso que cuando le preguntaban la edad, mostraba los tres deditos que le quedaban y decía cinco. En ningún cuadro lo he visto toteado de la risa o por lo menos con mirada pícara y elevando un tris las comisuras como vemos intrigante a la Gioconda. No, Jesús no se rió, era un aguafiestas completo, de pronto hoy se reiría o hasta rabia le daría de los mil chistes que se han inventado con él y sus apóstoles o se reiría de que se lo hayan tomado tan en serio cuando era un pobre zarrapastroso sufriendo deliquios. Queda abierta la discusión ¿Se reía Jesús? como ser humano debió reirse de las picardías que le jugaba a su madre María o de las veces que debió escaparse con su tía Magdalena. Risa le debió dar al lado de los dos ladrones cuando el pobre Gestas le creyó la patraña aquella de "hoy estarás conmigo en el paraíso", aunque lo veía ahí al lado todo zarandeado y ya a punto de colgar las sandalias. Risa le debió dar que el bruto de Judas pidiera tan poquito y hasta risa le debió dar el fiasco de la última cena con apenas un mugroso pan y vino. Pero seguramente su padre si es bastante burlón y socarrón o no habría como explicar que deje su trono en manos de un mañoso o que la pobre estúpida gente tenga que rezarle para avisarle de sus miserias y necesidades o para pedirle que se acuerde de ella.

PD: El hipocorístico podría ser Chucho, Cris, Jes, Cristi, Sus, pero al entinema principal le adicionan un segundo entinema por la causa de la muerte o por lo menos el castigo y de allí JesuCristo o Jesúscristo. Equivale pues que a Juana de Arco le llamaran Juanaguera o a Silva Josévolver. Que no faltará el que me traduzca cristo como ungido, que me pasó lo mismo con macguiver que lo dije así por años y ahora me salen con que se dice Macgayver, pero para mí y para muchos un cristo son dos palos en cruz.