domingo, 30 de julio de 2023

Si hubiera nacido en el futuro

 En términos concretos fue una pregunta de un párvulo que aun hoy estoy resolviendo. Si hubiera nacido en el futuro, así, al aire, me deja con la negación de ese futuro imperfecto, si no hubiera nacido en el futuro, es decir, si hubiera nacido en el pasado y la verdad es que nací en el pasado porque nadie en su presente puede asegurar con destreza que nació en el presente a condición de no estar faltando a la verdad impecable, que no puede un infante nacido hoy expresarse en tales términos de la primera persona. Parte por imposibilidad de habla y parte por dificultad filosófica que el yo aún no ha sido determinado ni forjado en el crisol de la vida, aunque cueste no tomar como un "yo" ese que acaba de sufrir la ignominia de salir a la vida. Poniéndo de manifiesto que tampoco puede expresar que nació en el futuro. Quede pues que si nací en el pasado y hoy es el presente de ese pasado, el futuro no puede llegar hasta un mañana y la respuesta es que nadie, que se vanaglorie de un yo, puede decir que nacerá en el futuro. Existen probabilidades como cambio de sectas o creencias religiosas de reencarnación que le obliguen a tal. Pero, la reencarnación como suceso no incluye la reutilización atómica tan necesaria en este mundo tan antiguo, que debe haber reciclado una buena cantidad de elementos en el proceso de asignar a cada uno los suyos, ergo, no hay posibilidad alguna de nacer en el futuro con la consciencia de este yo actual. No es el caso responderle al pobre chico que a pesar de haber nacido en el pasado, nací en el futuro, porque el pasado de cualquiera debió ser el futuro de otro tanto de cualquieras, por lo tanto, la respuesta andaría por el lado de que aunque hubiese nacido en el pasado nací en el futuro, porque nací en el pasado, pero atrás de mí quedaron muchos que, nacidos aún más en el pasado que yo y sin reflexionar demasiado sobre el yo y sus posibilidades, pueden asumir que no sólo yo, sino otro tanto de otros yos, nacieron en el futuro. Nótese pues y de todo esto se desprende la imposibilidad intrínseca de nacer en un futuro con el conocimiento apropiado para determinar lo que ya habría hecho y por tanto con las mismas oscuras luces que todo habitante de parvulario y predispuesto a dejarme llevar por la creencia general de que a mi salida a la luz ya todo era viejo y usado, ya todo tenía dueño y apestaba, ya todo estaba descubierto y debía aprender a usarlo bajo la condición de no ser tratado como un retrógrado. En resumen mi querido Luigi, no es posible nacer en el futuro porque en él estamos y si alcanzas a admirarte por este, plantéame cuál puede ser ese futuro al que aludes y yo te ayudo, saltándome las reglas de la mecánica y la física y viajando al futuro así, en carne y hueso presente conque, al momento mismo de llegar al futuro, estaré en el presente y nadie podrá creerme que viajé al futuro desde el pasado porque, obviamente, estaré en el presente. La cosa se pone relativa. El presente de quién y el pasado y el futuro de qué. Pero como tales ocurrencias no se dan a menudo, por no decir que nunca se han dado y negar a tantos buenos hombres que han escrito sobre pasado y futuros alienables y negar tantas y tan famosas películas que han dictaminado las leyes de los viajes en el tiempo, aleguemos entonces falta de experiencia en esos términos porque estando en el futuro de un alguién, ese alguién también estará en mi futuro y, aunque no exista un pasado común, tampoco existe un futuro común. Nótese pues la imposibilidad de pensar en el futuro sin comprender que se convierte en presente cuando llegamos a él. No debo regodearme en aquello de que el mañana es inalcanzable porque inmediatamente se hace mañana, se vuelve hoy. Si nos quedamos con eso de que "te pago mañana" nos quedamos con las piernas lavadas porque esa persona no me engaña si no me paga. Quedan así todas las expresiones nos vemos mañana, mañana será un buen día o mañana miramos e incluso esa tan fiable de los tenderos de hoy y de siempre, hoy no fío mañana sí, como si dijese, te pago en el futuro o nos vemos en el futuro y tú pregunta se queda en ¿qué pasaría si hubiera nacido mañana? lo cual, mi querido amigo, es imposible. 

PS: Me quedo con estas dos bellas frases sobre el futuro: el pasado ha pasado y por él nada que hacer, el presente es un fracaso y el futuro no se ve del ya reteharto conocidísimo Eskorbuto y esta delirante confesión que no recuerdo donde me la aprendí, pero sé que la incluí en mi canción Poción de amor número trece: Ayer se fue, mañana aun no ha llegado, hoy se está yendo sin parar un rato, soy un fue, un será  y un es cansado, aquel ayer o el hoy que ya ha pasado.

viernes, 21 de julio de 2023

Todo sobre mascotas

 El perro de compañía y el gato de adorno son lindos y desagradables animales a los cuales la humanidad enfermiza dota de poderes místicos y cualidades impensables provenientes de la especie animal por naturaleza que es el hombre. Sus mascotas son "fieles, divertidas, inteligentes y casi humanas". Hábleles mal de las mascotas y le van a considerar un desalmado, apático, enemigo de la naturaleza. La relación interespecífica, biológicamente hablando, no está muy clara: parasitismo me atrae. Un individuo se alimenta del otro afectando su economía, alimentación, percepción y otras. Algunos juran que es una simbiosis donde ambos obtienen beneficios y hasta un mutualismo. Yo aseguro que en un inicio de estas relaciones se arrancó con una protocooperación, mejor, lo asegura Konrad Lorentz que es el etólogo apropiado para decir tales cosas. En el inicio de la relación en que algunos lobos o chacales visitaban las hogueras de los hombres, el ancestro de los perros aprovechaba restos de comida y el hombre su capacidad olfativa y su señal de alerta de peligro. Creamos al perro, lo forzamos a permanecer con nosotros y a cambiar sus hábitos de alimentación. Hoy no cazamos, ni requerimos sistemas de alarmas animales, el perro sigue ahí como animal de compañía, en muchos casos para cubrir una necesidad de afecto o de prodigar afecto o como sustituto de otros humanos. Puede hoy el perro ser un animal de defensa y de ataque, pero la percepción sobre él ha cambiado. De aquel ancestro del lobo no queda mucha dignidad, hoy les llevan en brazos, les sacan a hacer las necesidades y les visten con ropa deportiva, gorros, chalecos y otros aditamentos. Hoy ya no gruñen a sus amos, les hemos enseñado obediencia y hasta a ejecutar algunos trucos para deleite de la sociedad y les llamamos "inteligentes". El gato comenzó su carrera como animal utilitario en donde abundaba la plaga doméstica por la misma acumulación de grano que atraía roedores, aunque existan teorías alternas hasta de que fue el propio gato quien se acercó para aprovechar la sobreabundancia que la acumulación de grano permitía. Hoy ya no necesitamos del gato para eliminar las plagas y el mínimo sigue allí: ¿gato de compañía? ¿gato vestido? ¿gato inteligente? ¿misma situación que con el perro? Seguramente todas se dan, aunque sabemos que el gato es menos sociable ─ligeramente─ que el perro. El ser humano diferencia bien entre sus mascotas y sus animales de consumo, aunque hay algunos que adoptan gallinas, conejos, cerdos, ratas, peces, cuervos, pelícanos, caballos, vacas y asnos. ¿Puede haber cambiado la relación en estos años? Lo dudo. No tengo problemas con la estupidez humana mientras no me afecte. La humanidad entera puede hallar consuelo en sus animales de compañía. Lo que no me cuadra es que en una casa exista la desfachatez de poner la mascota en primer lugar y que la misma apeste a orina y estiércol de la mascota y que se conviva con ella sin el mínimo aseo y separación necesaria entre especies. ¿Pueden hacerlo? Obvio que sí, pero por favor no me impliquen, no me inviten, no me obliguen a dormir en la cama donde se sube el perro o el gato, no esperen que acaricie a sus mascotas y les diga ¿Qué lindo, cómo se llama? no deja de ser macota y de llamarse perro o gato.

domingo, 9 de julio de 2023

Sombras nada más

 Cualquier cosa que pueda hablarse en un pequeño grupo no es más que el resumen de lo que cada uno aprendió en la vida o percibe de ella. El gusto por una cosa o el desprecio de otra, la idea de mejor o peor, la cerveza que te gusta, el equipo que te gusta, el jugador que te gusta... Quisiéramos poder injerir en los asuntos de los demás para inculcarles nuestros deseos y miedos y no me queda más que agregar que nos reunimos bajo esas banderas tribales para sentirnos a gusto con aquellos que comparten nuestros placeres. Debe emplearse el conocimiento de lo que cada uno dice para determinarse su ambiente de crianza y sus tendencias: ¿Qué pudo haber aprendido en su niñez un apreciador del fútbol? ¿O del karate? ¿Quiénes fueron sus padres o en qué ambiente fue alimentado y bajo qué régimen? Hay una segunda línea de abordaje de este tema en la que presumimos que ya todo está creado, dicho y hecho. Ya no hay nada por inventar, ya no hay nada por componer, ya no hay nada en qué emprender, ya no hay originalidad... ¿Qué puede hacer mejor una banda que tocar? o ¿Qué podría decir que ya no se haya dicho? Harari nos revela que los estándares han subido porque las referencias de antaño se resumían a nuestro entorno de crecimiento y los alcances de nuestro conocimiento apenas iban al barrio, la vereda o la ciudad vecina más próxima. Hoy el concepto de belleza se amplia a "la red" y el efebo más bello del barrio no es más que un remedo de hombre al lado de las bellezas internacionales (podría decir del foto arreglo y el modelaje porque cada individuo busca la mejor pose y la selfie más atractiva) que aparecen en nuestras redes sociales. ¿Cómo puede ser buena una banda en mi pueblo cuando la comparo con las múltiples maestrías que aparecen en los canales de videos o en las plataformas de música? ¿Qué hazaña en monopatín o en bicicleta puede realizarse que ya no la hayan subido cuatro millones de usuarios? ¿Qué puede inventarse, idearse o presumirse cuando desde cada página de la red te asaltan con posibilidades infinitas: los canales de ciencia abundan, las mujeres ofrecidas abundan, el porno está al orden del día, idiotas a medias pululan en cada "mi canal" diciendo cada torpeza y cada tontera mejor dicha que en el "canal de verdad". Las franjas y directos diversos atrapan una pequeña cantidad de curiosos y una aún más pequeña cantidad de interesados, aunque las religiosidades y las creencias en conjunto con el porno crudo, se llevan la mayor tajada y las noticias, los clickbaits y los engaños son el pan de cada día de cada plataforma que busca captar adeptos y desesperados que buscan tema de conversa y salvación para sus almas. Credulidad podría ser la cresta de estos fenómenos, pero aquí no hay más que postura de rebaño: El canal más famoso, el artista más famoso y la modelo más bella pueden carecer de talento, pero si están en el borde del ojo de los medios masivos se convierten en "ideales" que cada individuo quiere compartir, plagiar o emular y que los del borde se enteren que ellos ya los tienen entre sus "me gusta" y sus "compartir". ¿A qué repito mi cháchara pagana? Somos el producto arbitrario de la educación, somos víctimas de falta de personalidad cuando elegimos lo que otros producen, se nos escapa la baba por mostrar que conocemos lo que no conocemos y no hemos hecho lectura de nuestra psique compuesta por las grabaciones de todos aquellos que, de una u otra manera, influyeron positiva o negativamente en la etapa más peligrosa para ser un idiota: la juventud. Nuestros padres tienen grande injerencia en la niñez y nuestros amigos y el entorno en la juventud. Algunos hay que no se han moldeado a la imagen de sus héroes y que nunca alcanzan lo que se llama personalidad o que creen haber desarrollado una personalidad única, porque los émulos que tratan de seguir ya están muertos o en el camino del cementerio. Somos síndicos simples, encargados de llevar los rasgos de la personalidad hasta la siguiente generación si somos fuertes o desaparecer con ellas en cualquier otro caso. Me ocupa la raza humana que desaparecerá con el sistema solar, con el enfriamiento del universo, muy probablemente con la desaparición de Gaia. Seguramente si alguien encuentra los restos de naves y satélites algún día pueda predecir una cultura sumamente avanzada que envió naves a su espacio "cercano"  y hasta podrán traducir ese disco de oro y entender un poco de nuestras ínfulas y pretensiones, por lo demás eso de "inmortal" es apenas una palabreja para todo aquello que nos ha de sobrevivir y que no es más que otro deseo apergaminado del que se cree dueño de la creación e hijo de dios. No existe la inmortalidad, ni la de los libros, ni la de los autores, ni la de las estrellas de cine o cantantes de cualquier índole. La historia de la tierra es superflua, la de nuestra pequeña estrella insignificante. Nuestra galaxia es una mota de polvo perdida en el cosmos total. Las almas no son inmortales y no existen y, el cielo de esos que hablan de inmortalidad, nunca ha existido.

PS: Hay una particularidad social o psicológica y es que el esquema narcicista que cada uno desarrolla, le lleva a pensar que lo aprendido de otros lo hace único, sin reconocer que su aprendizaje proviene de terceros. Es muy común escuchar: "es que en mi familia el único rockero soy yo; yo fui el primero que se graduó; ningún barrista es como yo; es que no me gusta el arroz..." La ciencia nos dice que cada ser humano es diferente en sus rasgos y en sus genes y ayuda con esa manía humana de creerse únicos, la disposición genética y su cantidad nos hablan de una variabilidad impresionante y de una tasa muy baja en la repetibilidad, pero vistos desde lejos, desnudos, no pasamos de ser una manada de gñues, de cebras, de ovejas donde alguna vez alguno se sale de la manada y, si no es detectado por la cuchilla igualitaria de Tarquino, se  alegra mucho de ser diferente de los demás.