Hablo hoy por todos los animales y por el más animal de todos. Permítanme empezar por recordar que la medicina apenas existe hace unos descarados 6000 o 7000 años y no la actual basada en la ciencia sino una medicina chamánica y brujeril más cercana a la magia y al vudú. Yo datos no tengo, pero que me vengan a decir que, hace 2500 años, cuando alguien era mordido por una serpiente, le inyectaban un suero antiofídico o le cubrían la herida para que no se infectara o le hacían análisis de sangre o le conectaban a una máquina de respiración extracorpórea, que va, si llegaba vivo a la aldea lo acostaban en el suelo o en una estera y llamaban al médico brujo que le untaba algunas plantas masticadas y luego rezaba como loco mientras hacía pases mágicos sobre el casi cadáver, qué, de salvarse, le daría honra y gloria a él, a su medicina y a sus dioses. Esto debió repetirse por muchos siglos hasta Hipócrates, Galeno y Avicena que reconocieron procedimientos médicos como el evitar que la sangre fluyera del cuerpo con cauterizaciones o la extirpación de extremidades en evidente mal estado y se daban por enterados que se salvaban más pacientes. Los chinos usaban otra medicina chamánica con tintes de milenaria: la acupuntura, la digitopuntura, el quemado de palos de moxa, primos hermanos de esas otras pseudo medicinas que llaman alternativas, la reflexología, el ayurveda y la homeopatía. Todavía a principios del siglo XX no entendíamos el concepto de grupos sanguíneos y aún se recurría a los dioses para que intercedieran por tal o cual que recibía una transfusión de un desconocido. Por otro lado la medicina está en nuestros cuerpos, la naturaleza, la evolución, nos dotaron de un sistema inmunológico capaz de detectar amenazas y luchar contra ellas ¿Contra cuántos virus y bacterias y hongos luchamos antes de que se inventaran los antivirales, antibacteriales, antibióticos y antifúngicos? La medicina moderna es muy moderna y apenas en los años 30 del siglo XX se descubrió la penicilina y 200 años antes Leeuwenhoek descubría apenas la vida microscópica que llamó animalículos y la ciencia se demoró en entender que entre ellos habían portentosos enemigos y en desarrollar sus antis. Aún hoy encontramos de vez en cuando algún peligro microscópico para el que no tenemos control. Piénsese pues que nuestros cuerpos, evolutivamente hablando, estaban capacitados para la lucha contra las agresiones del entorno. Sí, sabíamos escapar de los predadores, recoger alimento, escoger pareja, dejar descendencia y luchar contra infecciones, cortes, golpes, fracturas... quede claro que aquel que sobrevivía a una fractura no quedando inhábil, era aún más fuerte y más respetado. Un prehomínido atacado de una enfermedad no era cuidado en casa, era alejado, si se salvaba o se moría dependía de su sistema inmunológico. En la actualidad dependemos más de la medicina para cualquier resfrío, gripe, herida o síntoma que nos aqueje y no dejamos que nuestro sistema inmune se encargue sino que encargamos a la medicina moderna, aunque no falte el que todavía va a que le recen una fractura o torcedura o pide a dioses el alivio que corresponde al metabolismo propio. ¿Nos hacemos más débiles? Seguro es la medicina la que nos ha ampliado el rango de vida, pero estamos sujetos a creer que sin ella nuestro cuerpo no podrá contra la enfermedad. Está claro que si, durante un ataque cardiaco tenemos la oportunidad de la medicina científica, tenemos más oportunidad de sobrevivir y corregir el impase que lo provocó. La producción tecnificada de alimentos, las conservas, la frescura de la carne que hoy comemos y miles de vericuetos y remilgos frente a la alimentación y la salud, han hecho más débil nuestro sistema inmune. Conozco quien bebe agua de un pozo contaminado o se clava unas lonjitas de carne podrida o cruda y sigue como si nada y he visto bastantes que toman agua del acueducto, se comen una papa rancia y están tres meses al borde de la vida y la muerte aunque sólo sea por hipocondría. ¿Necesitamos pues la medicina? No voy a ser fanático, hay casos en que la ciencia ayuda un montón, pero no le damos a nuestro cuerpo la oportunidad de combatir por sí mismo y es el caso que trato. Los médicos saben que nuestro cuerpo hace remitir a la mayor cantidad de ataques de que es objeto y por ello nos mandan a casa con aspirinas. Si vuelve hacemos análisis menos sucintos o probamos con acetaminofén hasta que se alivie el paciente, se canse de volver, se muera o toque hacerle análisis más profundos. La medicina científica, no otra, es una tabla de salvación para el diagnóstico y la lucha contra enfermedades terribles, la dependencia de ella es equivalente a la dependencia del video juego o del móvil para todas las tareas y, de alguna manera, afecta nuestra fuerza y nuestra capacidad de combate contra el medio. Una reflexión sin más, luego de una charla con un adicto a las pastillas.
domingo, 28 de enero de 2024
sábado, 27 de enero de 2024
El problema del yo
El problema del yo es una constante que aqueja al humano hace unos cuantos cientos de miles de años. No me enfocaré aquí en descubrir cuando surge y ni siquiera por qué. Les dejo ese trabajo a ustedes porque al final no es tan importante para mí tal suceso. Lo que observamos hoy son partidarios del yo y apóstatas del yo. Para llegar a clarificar cuales son los partidarios del yo y sus detractores tenemos que preguntarnos si todos los seres humanos somos iguales. Si la respuesta es positiva no queda más que englobar ese encuestado en los detractores y si la respuesta es negativa lo vamos a englobar entre los seguidores acérrimos del yo. ¿Qué defienden los que están a favor de la pregunta? Somos iguales en promedio porque tenemos aproximadamente las mismas estructuras internas y externas, somos unos tetrápodos, bípedos no segmentados con una cabeza, dos riñones, dos pulmones, un hígado, un corazón, algunos sistemas entrelazados y aparatos funcionales que definen a un ser humano, perro, gato o cucaracha. Esto salva las malformaciones ¿Es igual a mí quien nació sin pies o los perdió en un accidente? ¿Es igual a mí quién padece una enfermedad mental o tiene el cerebro fundido? Los partidarios de la igualdad comparten que hay una configuración mínima para funcionar y que hay un funcionamiento adecuado. Si puedo desplazarme en una silla de ruedas o con bastón o, aunque esté postrado en una cama en estado vegetal, tengo configuración mínima y no dejo de ser igual al otro con el que comparo. Bueno, esa es la teoría para los partidarios de la igualdad y del no yo, porque cuando somos iguales, el yo se diluye tanto que parece no existir en absoluto y en cuanto a ejemplos cabe recordar: la raza humana, 8.000, millones de habitantes, el hombre de la edad media. No hay distinción entre uno y otro porque todos son humanos iguales. Sumerjámonos en el lado contrario. Aquel que cree firmemente que cada persona es distinta de las demás y que valida el yo por antonomasia. Aunque acepta que la configuración mínima para ser humano es válida, aclara que pequeñas diferencias conforman nuestro yo: los gustos, las acciones, los pareceres, las actitudes. Basan su aceptación del yo en la variedad genética de tres mil millones de bases, en las huellas diferentes, en las impresiones dentales diferentes, en la variopinta y abigarrada selección de la paleta. Póngase usted del lado que quiera y defienda o ataque porque ese es todo el problema del yo, quien considere que existe y lo defienda y quien piense que no vale la pena y que es apenas una postura insostenible. Yo tengo un apartamento en Miami, un auto Subaru 1200 four wheel drive y un título de la universidad de Pensilvania, soy abogado, jurista y gané el concurso al pelotón del año 2022, es diferente a tengo un título de la UIS y una carcachita ford que me lleva a todas partes y al parecer es diferente a, escribí un libro, soy ateo y no le temo a nadie e incluso a, soy un deleznable que vive bajo un puente porque así soy más libre. En cada uno hay un yo. ¿Sirve ese yo para identificar al interlocutor, como su nombre, sobrenombre o apodo pero más allá de eso no tiene otro objetivo que hacerte pensar que eres especial entre todos y por eso tienes nombre y apetitos. Vaya pues asómese al mundo real a ver quien no tiene la idea de ser único por su vivienda, sus posesiones, sus amores o su historia o por la ausencia de ellas. ¿Existe el yo? Claro. Yo escribo, yo peleo, yo canto, yo estudio, yo soy hijo de, soy nieto de, asciendo por vía materna de, pertenezco a, comulgo con... es muy fácil ver al yo en todas partes y no hay nada más cómodo que pensar que soy, independiente de, y que soy irreemplazable en mis labores, necesario en la vida de mis familiares y amigos, imprescindible en las reuniones grupales, insustituible en mis quehaceres y fundamental en el desarrollo competente de la historia y el proceso. Si está de acuerdo con todo esto el yo existe. Si le parece que ese "yo" es cualquiera, entonces renuncia al yo y entiende que no existe tal cosa como irreemplazable, insustituible, único, fundamental. Escoja y no escoja a medias como hacen muchos para los que el yo existe pero los demás son iguales y sólo son ellos o vosotros, ustedes y esos. El problema de escoger es qué, quien lo hace libremente, no lo hace libremente y hace uso de su yo que seguramente estará viciado por la percepción de los otros miles de yos. Espere: Yo soy cristiano tiene 2.300 millones de yos. Yo soy musulmán tiene 1800 millones de yos, Yo creo en un ser superior tiene 8.000 millones de yos. yo creo en extraterrestres, yo tengo fe, yo, yo, yo... Dejar ahí es imposible. Cuando el yo tocó a la puerta, los sapiens dijeron yo y nos es grato pensar que somos únicos. Nadie en su sano juicio rechazará el yo y basará sus ergotismos en cosas como las que hemos hablado: color, altura, contextura, huellas, gustos, religión. Pero, alejémonos un poco de esta charla, miremos el humano como especie, dejemos sentado que se ama a sí mismo como a ningún otro y que se asume como tabula rasa de todo y que se cree el elegido por algún dios. ¿Los vemos desde su desaparición como especie? ¿Desde una civilización no humana lejana? ¿Desde su desaparición dentro de unos cientos de años? Igualitos. No he resuelto el yo y ya sabemos que la humanidad entera le acepta aunque carezcan de él. Yo me resigno a él y pienso que lo que me lleva a pensar en la inexistencia del yo es que la masa completa afirma que existe.
PS: Un estudioso extraterrestre que llegara a estudiar la desaparecida raza humana no buscará a peranito o a sutanito, cualquier cuerpo que encuentre le dará razonables indicios de que los seres humanos eran iguales. Una civilización diferente a la nuestra, en un futuro, llegará a las mismas conclusiones con cualquier esqueleto completo o con un fósil cualquiera de homo sapiens.
domingo, 21 de enero de 2024
La boleta de los 400.000
Por esta semana anduve por ahí de fiesta en un a ciudad al suroriente de Medellín. Lejísimos. Me dice un chico que le parece muy costoso mi libro de 30.000 COP y yo lo que hice fue retraerme y decirle que si no le servía en 30.000 COP me lo dejara ahí que no me estorbaba. Me volví a la fortaleza porque estaba produciendo ─autónomamente claro está─ dos nuevas joyas de mi corona, que eso le importa a bien poca gente: copias del legendario "Canciones de Manicomio" y copias del menospreciado "Jimmy Jazz con la Casiorquesta". ¿Qué creen ustedes? 50 copias de cada uno. No me da para más con mi sueldo de profesor y me puse a recapitular el trabajo que me tomó, sólo para esos amigos que creen que se les está estafando con un precio tan bajo de 20.000 COP por disco. Quiero dejar los embates de la grabación de lado pero eso no impide el componer las canciones y aunque algunos así lo piensan, no las compuse mirando Plaza Sésamo ni les instalé los punteos y los coros con dos grabadoras de lujo. No poseo un estudio profesional ni de cerca. Lo hago con un mezclador simple, un programa y mucha paciencia. Les aseguro que hay que ensayar cada canción por más simple que les parezca la misma y el tiempo gastado pueden sumarlo en días y meses. Ahora, si les parece muy simple, tosco y ridículo, es facilísimo no seguir, no escuchar y no fastidiar. Son horas intensas de grabación, pero todo eso pueden leerlo en el libro "Nolens Volens" donde cuento algunas de esas peripecias. Para el Casiorquesta debí ensayar los cambios de acordes, los punteos, los tiempos, las entradas de redobles, los cambios y antes, elegir el acompañamiento donde me sonaba agradable y acomodar tiempos que nunca he manejado. Puedo asegurar que cada canción se grabó un mínimo de 10 veces sin contar que a veces ladraba un perro o cacareaba un gallo o tocaban a la puerta o mis vecinos ponían su desequilibrado regaetton. Ojo, se grabó, nada que decir de las veces que hubo que ensayarlas. ¿Sí? constrúyase un estudio o páguele a la Bruta Records o a Producciones el Pazguato y yo le digo cómo le van a dar por el orto sin vaselina: qué estás desafinado, que esa guitarra es muy mala, que la voz es opaca, que afine, que estudie, que no se oye, que la flauta dulce no es un instrumento, que la armónica tiene una lámina levantada, que se acabó la sesión, que pague otra... joden pero igual hay que pagarles. Deje ahí. Como hablamos de autogestión y no de que yo les pueda pagar a todos en el proceso y a causa de que ya los CD's no los compran sino coleccionistas, pero con el ánimo de complacer algunos de ellos, vamos a producir 50 copias de cada uno. Busque quien le quema barato y aprovéchese de dos o tres compañeros que tienen los contactos para que descarguen todo el contenido de un CD de una hora y cuarto en archivos con extensión WAV y te fabriquen un "label" para que impriman el mismo y quede con mejor presentación. Hasta ahí se han invertido casi 200.000 pesos colombianos y aún falta un jurgo. Lleve las artes, que no son de racamandaca porque las hizo un amigo sin mucha convicción pero por fin les puso la pestaña para poder formar la bolsita donde irá el compacto, pero primero encuentre quien se las haga bien hechas y sin darle en la cabeza. Al cabo de los cuartos conseguimos el impresor que cobra 120.000 por un trabajo aceptable, laminado y en un papel decente. Son tres viajes para ver como queda, cómo arreglamos y cómo cortamos. Al final te cobran 20.000 más por gastos imprevistos. Llegue a su taller improvisado y ármese de regla y bisturí porque el troquelado es muy caro y como no hay con que pagarlo toca hacerlo a mano. Cuando haya terminado corte lo que no se puede cortar a bisturí con unas tijeras afiladas y después doble por la línea y prense un rato de casi doce horas porque si no, no pega. Cómo el pegamento uno falló por el laminado, emplee silicona líquida y prense de nuevo con libros viejos que no poseemos una prensa de libros. Verifique el sonido de cada disco cuando lleguen y vaya empacando en cada uno y en bolsitas para que la presentación no desmejore. Ahora sí, llévelos a donde vaya a hacer una presentación para ver si alguien le dice que eso es capitalismo y que es muy caro. ¡Nunca en mi perra vida volveré a ver el dinero invertido en su totalidad! Ese dinero lo invertimos por gusto, por trabajo, para mostrar que se hace algo, para orgullo propio, nunca para ganar dinero que lo poco que se vende te lo regatean y lo poco que se guarda en los bolsillos se usa cómo viáticos en las presentaciones no pagas o para una botellita de ancestral y un paquete de calillitos. Ah eso sí ¿Quién va a regatear los libros de L.M. o de E. P? 35 Euros sin envío. Y, una pasta, si la consigue, unos 180.000 COP. Tranquilos que yo no le pagué a Camilo R. por grabar y mezclar y por aguantarme dos años en la preproducción, ni a Eccehomo por el diseño de la carátula, ni a David Audax por el diseño del álbum, ni a Neyger Z. por las pestañas, ni a Nelson O.D.I.O. por buscar quien imprimiera e hiciera la etiqueta y se encargara de hacer el negocio, ni tuve que comprar cuerdas e instrumentos. Yo mismo en estos dos años no me he alimentado, soy, como dijera mi madre, cuerpo glorioso. Si, ese trabajo está muy caro.
PS: Igual para un libro. ¿Se imaginan lo que debo quemarme yo que lo escribo, lo reviso, lo diagramo, le diseño carátula y lo pienso? ¿Imagínense la dura tarea de leerme a mí mismo por tres o cuatro veces en días distintos para corregir ortografía y forma? No puedo pagarle a un corrector de estilo ni a un diagramador y menos a una editorial de renombre. Aparte debo pagar la impresión porque la autogestión tiene una falencia, cuenta con los que apoyan, que son pocos y que refunfuñan tanto por el apoyo. Yo nunca he pedido apoyo. No me quejo, Me merezco el trabajo que me toque por proponer algo, me hago acreedor a la burla y al escarnio del que tiene otro ideal y yo fui quien me ofrecí en bandeja de plata, pero dejen la bobada de que mis libros o mis trabajos musicales son caros. No los compren o róbenselos que es lo que hacen muchos, incluso no me sigan, no me compren camisetas, gorras o stickers, que seguramente eso les parecerá barato que nunca lo he ofrecido. Yo le pongo mi trabajo gratis en la red, tanto en música como en escritura, el que quiera tenerlo en físico no se lo niego, pero tiene un costo y es un humilde costo como pueden ver o deducir de estas líneas, que realmente no estoy cobrando más que un valor nimio de lo que realmente valen.
PS 2: Mis trabajos musicales o escritos tienen un sello que reza PBP por Punk de Bajo Presupuesto. Definitivamente no puedo grabar con EMI, RCA o Virgin Records y menos con los mil estudios de garaje que se precian de saber mucho y cobrar aún más. Tampoco puedo conseguir Alfaguara, Oveja Negra o Seix Barral editores y debo conformarme con 20 copias piloto. Yo hago lo mío y lo difundo yo mismo tal cual me enseñaron los sabios anarquistas. No me salgan con que es demasiado caro, que yo no produzco en buques factoría ni cuento con el capital del estado.
PS 3: Se cumple para la boletería de concierto donde una banda extranjera puede cobrar entre 400.000 COP y tantos millones y la banda nacional es muy cara en 30.000 COP. Yo acepto aquello de que nadie es genio en su tierra, acepto que yo soy apátrida y no le reclamo a nadie nada por connacionalismo o camaradería, pero dejen de llenarse la boca con ese dizque "apoyo nacional" que tal cosa no existe.
PS 4: Terminé unas memorias USB con toda la música y hasta ellas recibieron escarnio. El comprador piensa que le cobro mucho por una memoria, se olvida que el contenido costó años de esfuerzo y producción y que la sola espera de quemado de la misma y las digitalizaciones son un sobrecosto elevadísimo. Cada trabajo me costó sangre, sudor y lágrimas y algunos esperan, como yo cuando estoy comprando los insumos para tener producto que ofrecer y que siempre me niegan, "una rebajita".