Haberse dado cuenta y decirlo es pecado, pero qué más hace un gentil como yo que recalcar la verdad que me encuentro. Maldito vicio de no decir nada en tres párrafos... Lo que me trae hoy a estos insermos son las justificaciones mundanas de los mismos mundanos para explicar sus creencias con algún nivel científico ─cómo si eso existiera─ (me refiero a la ciencia de las religiones y a la religión de las ciencias), sin quedar mal con la ciencia misma ─cosa que jamás logran, exceptuando con unos cuantos bobitos que caen de cabeza en la trampa─. No es posible, dicen, demostrar la existencia de dios porque la ausencia de pruebas no es prueba de ausencia. ¿Dónde habré oído yo tamaña estupidez? Si no existen pruebas, definitivamente, no existen pruebas. No guilty. Punto. Ahora resulta que como no hay pruebas de que yo maté a Galán, significa sólo que no se han hallado dichas pruebas. Alrededor de ustedes señores creyentes las únicas pruebas son las de la ciencia, todo lo que pueden ver a su alrededor: sillas, mesas, casas, máquinas, ropas, telas, teclas y computadores. Hasta la misma PC o móvil inteligente que ustedes usan para publicar sobre creencias inciertas y que seguramente son falsas, las ha creado la ciencia, ningún dios: Alá, Jesuscristo, Paloma, Amon, Hanuman, Ganesha o Visnú puede abrogarse nada de lo creado. No hay pruebas de ello como si hay pruebas de que cada una de las cosas mencionadas, incluso la evolución del ser humano o la formación del planeta o del sistema solar tienen bases bastante claras donde no cabe ni por puntada el dedo de alguna divinidad de las que tanto les gusta alabar a ustedes. La religión amenaza con destituir o echar de su seno a quien la critique y no lleve su dogma, incluso con infiernos y purgatorios. La ciencia sólo condena a sus descreídos a la ignorancia y la penitencia es simple: estudie, compruebe, verifique, busque pares que corroboren. George Smoooth escribía en "Arrugas en el tiempo" que no se puede negar la existencia de los "tabikubis" porque no los hemos encontrado y porque no sabemos si su proporción es tan baja que son casi indetectables. Ese argumento científico es válido en el sentido de la duda razonable, pero los creyentes lo aplican a todo. Un zoocriptólogo ─pseudociencia─ jura que no hemos encontrado un licántropo o un sasquatch por la baja tasa poblacional y las vastas extensiones sin explorar. Un uapista ─pseudociencia─ jura que la vastedad del universo justifica extraterrestres y que justamente por tan pocos "tabikubis" no los hemos visto ni contactado. "Si dios hubiese querido que volásemos nos habría dado alas" dice la aerofobia tan elocuente. Facundo Cabral expresa que los Taraumara de la sierra mexicana decían: "nosotros no usamos armas porque si las armas fuesen necesarias habríamos nacido con ellas". Y, de la misma cosecha de ese Facundo está lo que le oyó a los beduinos del Negev: "nosotros no hacemos nada porque pretender hacer algo es dudar que el señor terminó la creación". ¡Tan bonitos y mal arrendados! ¿A poco los cristianos y creyentes no vuelan en aviones? Claro, aunque juren que esos aviones se sustentan por gracia divina, que ellos no entienden de aerodinámica, diferencias de presión, empuje o motores de propulsión a chorro. Ese dios no les dio neumáticos pero van felices en sus vehículos de dos llantas y de tres o cuatro sin priorizar más que un "dios líbrame de un accidente" sin anteponer habilidad y conocimiento en conducción. Por favor, si ese dios nos hubiese querido habitando en casas no habría hecho como las tortugas y si ese dios quisiese que hablásemos por teléfono nos habría creado con uno muy bueno, hasta con el último android. Si quisiese que... Todo avance tecnológico es una prueba contra dios y un insulto a su cacareada creación. Lo único que prohibió fue "comer del árbol de la ciencia y de la sabiduría". No se puede afirmar ni negar la existencia de algo, de dios por ejemplo o de un agujero blanco, dice algún científico tibio. De él se pegan los que se llaman agnósticos que creo que andan perdidos en la cola de impresión y más parecen querer estar al lado de las dos tendencias y no quedar mal con nadie. Yo afirmo la inexistencia de dios y me atengo a las consecuencias, nada de que no es posible comprobarlo, claro que sí, aunque la fe ciega sea inmune a la razón. De ninguna manera la intuición es superior al conocimiento y no es lo que hoy vengo a discutir, pero tiempo habrá para ello. Cierro estas anti apologías con la frase: "no tengo pruebas pero tampoco tengo dudas". Claro queda que si no les molesta ser engañados, hallar pruebas o dejar sentado, la frase está hecha a la medida, pero esgrimirla es optar por creer sin más. Cuando no se necesitan pruebas se cae en el más absoluto descalabro porque todo esto queda en el aire. No necesitar pruebas es dejarse embaucar o no querer dejar de ser embaucado. Tener fe ciega como ya lo dije o ni siquiera necesitar tal fe es equivalente al que acepta la culpa y dice ¿Fui yo y qué? Creo como el credo, una retahíla de sumisiones y una secuencia de miedos e inseguridades y no necesito que nadie ponga en duda esa fe porque yo no tengo dudas, ni requiero demostraciones de existencia. Triste, aceptable pero triste.
PS: Aquí alguien puede contraponerme los descubrimientos de la santa madre iglesia y de todos los científicos creyentes que han descubierto algo, el mismo Nicolás Copérnico o Galilei, Pasteur, Mendel, Fleming, Heisemberg, Bohr, Pauli, Maxwell... y de que yo, por supuesto, no he descubierto nada. No se trata de puntualidades. Una golondrina no hace verano y el texto basa su salud en las excusas dadas por ellos y no en sus momentos de lucidez.
PS 2: Cuando dicen que se caiga todo lo que esté flojo, se cae todo porque hasta la ciencia tiene su rabo de paja, pero las primeras en caer son las religiones que no tienen donde adherirse.
PS 3: La alegría de los peces: Una conversación entre Chuang y Hui en el libro "El camino de Chuang tzu": -Fíjate que libremente corren los peces, esa es su felicidad. -Ya que tú no eres un pez ¿Cómo sabes que los hace felices? -Dado que tú no eres yo ¿Cómo es posible que puedas saber que yo no sé qué es lo que hace felices a los peces? -Si yo, no siendo tú, no puedo saber lo que tú sabes, es evidente que tú no siendo pez, no puedes saber lo que ellos saben.