sábado, 16 de marzo de 2024

Baile con lobos

 No debería estar comentando este tema en mi diario personal sino en los escritos evolutivos, pero ya le llegará su turno en ese acápite. Hoy he de referirme al baile en otro sentido aunque tal vez caiga a la misma conclusión. Anoche, a petición de un compañero, nos pasamos por el Tibiri, un local donde se oye música de baile. Yo no pude reconocer ninguna canción, pero la gente bailaba hermosamente, un paso acá, una vueltecita allá o dos sobre su propio eje y más pasos que los acercaban y los alejaban rítmicamente mientras, parte importante, se decían no sé que cosas. A nivel del suelo los pies de cada uno, al compás de la música, producían movimientos que, de nuevo no tengo idea cómo, no se sobreponían el uno al otro. Maravilloso ver esa sincronía en parejas tan dispares que, según pude observar, ni se conocían. Desde mi punto de vista con dos píes izquierdos y sin rodillas fue majestuoso observar los bailarines y entender que una sociedad se reúne en sitios similares a compartir eso. Claro que lo he visto muchas veces y he estado en muchos "bailes" pero inconsciente de lo que se gesta en ese momento, pero, ¿Qué se gesta? Dos individuos desconocidos se acercan a una distancia incómoda y se toman de las manos para ejercitarse mutuamente. Sí, el baile es una forma de ejercicio, no me queda duda, el movimiento y la agitación aceleran el ritmo cardiaco y la exigencia pulmonar, lo que repercute en la circulación, en el equilibrio, en la coordinación. ¿Cuántas cosas se pueden decir del baile? supongo que muchas, la coordinación y la memoria, la reducción del estrés, la salud mental y física. Eso no se reduce al baile ajetreado como la salsa o el merengue; el vallenato y la música romántica también se pueden considerar ejercicios y un slam dance o una meneada de cabeza metalera también es un ejercicio. Algunos de ellos con impredecibles consecuencias que me han dicho que al Tommy le prohibieron que siguiera meneando el pelo por su misma salud y en los pogos, cada rato me toca ver dos o tres reventados, no por falta de coordinación sino por exceso de ella y por animosidades también en exceso. Es cierto que muchos bailes se realizan con parejas conocidas e incluso con la pareja con la que se está casado y es un hábito social de las reuniones que se ponga algo de música para bailar y no solo para escuchar, cantar o gritar, es cierto que el baile refuerza lazos de amistad y de amor, si tales cosas existen y es cierto que bailar estimula áreas del cerebro y libera endorfinas. Realidades que supongo no son las que necesito en esta banal deducción. No estoy por concluir si es bueno o malo, que con tantas bondades ha de ser bueno. Definitivamente es una presión social producida por la cultura, es decir, el baile es un formato cultural aprendido para apaciguar dioses, atraer bondades sobre la tribu o despedir muertos. Incluso se ha usado como intimidación hacía otras tribus, como demostración de fuerza y cómo componente del ritual de crecimiento y de llegada a la madurez. El baile en parejas, que es al que me refiero acá, al día de hoy, no es más que la resulta de demostrar a las posibles parejas que se es apto para la reproducción y que se tienen esas habilidades mencionadas arriba, por lo que el baile no es más que un ritual de apareamiento, similar al que hacen algunas aves para demostrar sus cualidades y capacidades físicas. Demostración impecable de que se está sano biológicamente para transmitir los genes a la generación siguiente.  Una manera de conseguir pareja y una oportunidad para conocerla. Probablemente al día de hoy, el baile no es más que el baile y la diversión, pero allá en el fondo se oculta ese vaho de selva primitiva que me aterra tanto. El bailar es un acto social que refuerza lazos. Lo dicho, como lo expresó Desmond Morris y parafraseándolo, hemos llegado a la misma conclusión del zoólogo y etólogo: el baile no puede ser más que un sucedáneo del aseo social de los monos. Discúlpenme pero no puedo ver el baile sino como a una bandada de simios adolescentes buscando donde meter el pito.

PS: Me queda una afirmación por resolver que está bastante en entredicho. Se trata de si pudo existir el baile antes del ritmo. Baile sin música no puedo aceptarlo de buenas a primeras y queda por explorar el nacimiento de la música y del ritmo. Me parece a mí que movimientos coordinados no pueden ser baile hasta después de inventarse la música en cualquiera de sus formas, aunque fuese el simple golpeteo en una superficie. ¿Hay baile sin tempo? Quede para otra ocasión más propicia.

PS 2: Nadie expresa que sea malo, pero si cuenta para entender que es lo que me resulta tan poco atractivo de invitar una hembra al baile. No es que no aplique la reproducción y la evolución en mí, es que nuestra manera de cortejo no es invitando, saludando o dando regalos o haciendo demostraciones de habilidades. Aquí es que me identifiqué con los Neandertales. Dejo a la imaginación.

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