jueves, 28 de marzo de 2024

Lo que se pudre y se daña

 El alegato de la semana no puede tener gente presente porque la gente absurda piensa cosas absurdas y lo que yo pienso es absurdo per se. La fecha de caducidad de las cosas está impresa en los productos por alguna ley escrita que así lo requiere y obliga. Algunos pelmazos no comen de una chocolatina que esté "vencida" o con fecha reciente  a su vencimiento y su cerebro les juega la mala pasada de no disfrutarla por la fecha. No se trata de que un bombón de azúcar, la azúcar misma y la miel con la panela no se pudran porque hay un ejemplo de cuatro mil años que lo prueba. Falso, me quedo con Eskorbutin "el tiempo lo pudre todo". Definitivo y absoluto. La miel si puede degradarse y lo hace si las condiciones son las correctas y puede mantenerse comestible por mucho tiempo si las condiciones son las correctas. ¿Qué es la fecha de vencimiento? Una fecha aproximada, que se calcula por experimentación y estadística en la que el producto que la lleva puede consumirse sin peligros. Tendrían que ser magos para adivinar la fecha exacta, pero, de acuerdo a los tratamientos, a los empaques y a las envolturas, puede aproximarse tal fecha. Normalmente esa fecha se calcula con un porcentaje de error a favor del producto, es decir, que aún con la fecha vencida, el producto puede conservarse en buen estado y puede ser comido sin peligro. Puede ocurrir que un producto se dañe incluso antes de la fecha marcada en el empaque, aunque, seamos claros, es más escaso que ocurra por los rígidos controles de calidad de las empresas. La pregunta que me queda es ¿Por qué se dañan las viandas? y el caso es muy simple mis queridos desalumbrados, porque desarrollan microorganismos que pueden ser letales al ser humano o por lo menos infecciosos o molestos. También puede ocurrir que la luz y la exposición a los elementos los degrade y su sabor u olor, o su valor nutritivo, ya no sea el mismo de antes de vencerse. ¿Tiene el ser humano algún detector propio para saber cuando un alimento está en mal estado? No. Debemos fiarnos de la fecha, del olor, de la visión y de la sana lógica. Sabemos a que  huele y sabe una naranja descompuesta, reconocemos el moho creciendo en el pan y el olor de la carne podrida, como podemos observar la producción del dióxido de carbono en los envases inflados. Los animales no miran la fecha de vencimiento por obvias razones y aunque la  miraran no lograrían mucho. Confían en su instinto, en su olfato y en su organismo para resistir algunas bacterias. Problema sin resolver que algunas bacterias no degradan el alimento, ni lo estropean y esas son las más peligrosas porque no las podemos detectar. ¿Tiramos pues los alimentos vencidos? Parece ser lo más sano y sobre todo es una sana recomendación para los humanos más delicados y enfermizos. A mí se me antoja que muchos de ellos sólo sirven para quejarse porque no tienen ni idea de lo importante de la exposición al medio para la salud de nuestro sistema inmune. ¿Esta mala la chocolatina? toca ver si tiene moho, si está mojada (casi imposible en el empaque), si su sabor se ha alterado, si presenta alteración a la vista. No importa si tiene un cuarto de leche y aceite de soya y tiende a perderse más que el chocolate solo. El producto está seco, en un empaque sellado, fresco y aislado del sol ¿Qué bacteria podría vivir allí sin humedad? Cómase la maldita chocolatina o bótela, pero no me salga con que el chocolate se dañó porque la fecha del empaque es un método de adivinación intrínseca de las empresas empacadoras y es absoluto.

PS: Dice la magna ciencia que los huevos duran un mes después de la puesta, los chocolates entre uno y dos años, los alimentos enlatados, obvio que tratados, pueden llegar a la friolera de 10 años. El arroz, el maíz y las pastas entre seis meses y dos años. Adelante desháganse de la comida caducada o que lleve en sus alacenas y refrigeradores todo ese tiempo que hay todo un regimiento de hambrientos dispuestos a no hacerle caso ni al más obvio proceso de descomposición.

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