martes, 10 de mayo de 2016

Postconflicto

Y ahora se les ha dado por dar cátedras de postconflicto, de hablar de economía de postconflicto y hasta de mandato de postconflicto, la televisión y los medios han desencadenado la moda del postconflicto. Para los legos, quiere decir, que se acabó la guerra en Colombia. Lo que vienen soñando los presidentes desde la instauración del mismo -tanto del gobierno como de la guerra- que los entendidos de la historia suponen el 9 de abril de 1948. Pero si miran más atrás, encontrarán razones para una guerra de guerrillas desde mucho antes, el bipartidismo en Colombia, es un generador de violencia, sin decir que la más completa ignorancia de quienes pelean por uno u otro bando, confiando más en los colores que en los ideales, que la naturaleza les dotó de conos, pero no de conexiones neuronales más allá de las simples de la médula oblonga. Me aclaro, pueden ver los colores, pero en esencia apenas luchan como los reptiles por el alimento, el espacio y la reproducción. Un pueblo culto también degenerará en escollo. No olviden a Marat y a Roberspierre. La conciencia y la inconciencia llegan al mismo punto, pero aquella que se nutre de tenerla, ya no es culpable de dejarse engañar. Ahora, ¿En Colombia hay multipartidismo? No. Esos disfraces pueden engañar a muchos, pero acá lo que hay es colores, ideales no existen. Los políticos brincan entre sus filas dependiendo de cuál de ellas está en alza y les ofrece más oportunidades. Por eso veremos aquello que mi padre llamaba "voltiarepas" proliferando en esta sociedad amnésica, cuya historia escriben los ganadores. ¿Hay bipartidismo en Colombia? No. la única ley que rige a los mandatarios, es la de hacer quedar mal al opositor y quedar lo mejor posible: La corrupción, los carruseles de contratación, el nepotismo, las ollas podridas, los bajos salarios por decreto para la población en general y los altos salarios para sus contrapartes en el lado opuesto de la pirámide social, son la palabra de orden de cada gobierno, sin contar con la corruptela misma en los cánones de validar la democracia, que ni es demo ni es cracia. La risa que me da es que ya están disfrutando de un estado de gracia preconclicto y con eso lavan las mentes de los que religiosamente escuchan las noticias nacionales y no se han dado cuenta que las mesas de negociación son con una escuela de guerrilla y ¿las otras qué? y ¿las que ahora llaman con modelo gringo "bacrim"? y ¿la escuela del narcotráfico? y ¿las compañías de "vigilancia" privada? No me vengan a mí con un postconflicto, llámenle negociación y apunten en el libro de pérdidas la plata que se han gastado en todos los años que llevan viajando a negociar lo que a cada rato relegan a segundo plano: la dichosa paz, que no se conseguirá con firmas como piensa la gente, la paz, no pertenece a los pueblos donde la justicia es una prostituta y la desigualdad aúlla en cada rincón de lo que llaman patria. La paz señores, no puede nacer donde gobierna el afán de riqueza y el afán de enriquecerse rápido. La paz entendida como la ausencia de conflicto o la firma de un pacto no llegará a ninguna parte. La paz debe ser entendida como la igualdad en derechos y deberes y no en un postconflicto, que de eso sólo tiene el nombre. Algunos dan en quejarse por la impunidad, la ley de reposición o la elegilibilidad. ¿quién en Colombia no ha cometido crímenes impunemente? Los pobres. ¿quiénes son los dueños de la tierra en Colombia? Los ricos y, finalmente ¿quiénes son elegibles en Colombia? Los que han cometido crímenes impunemente y son los dueños de las tierras. Los terratenientes que siguen ocupando el solio y cuyos hijos ocuparán en un futuro ese solio manchado de crímenes. El único postconflicto posible en Colombia es del que viven hoy los medios, del que se habla como un hecho, pero que es, en su esencia, una farsa o una utopía.

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