¡La moda mi señor! ¡La moda! que no se diga que hoy la gente no estudia, ni que estudia por moda, que rico un pueblo culto y lleno de saber y que sea capaz de alcanzar la mayoría de edad en ética y moral, que no se deje engañar y que elija bien si es que tiene que elegir. Lo que me trae al papel es la fiesta del engaño que se halan algunas "universidades" con las carreras que ofrecen. Convierten el aprendizaje en un niño mal criado y lo asaltan en su buena fe. No vayan a pensar en otra cosa, lo hacen por la captación de dinero y punto. Se inventan un nombre nicolo -quiero dejar este por maquiavelico- y lo ofrecen al incauto bachiller prometiéndole alta rentabilidad, salarios cómodos y futuro asegurado, fíjense en unos que me encontré por ahí buscando: Administración de la tecnología de la información, Direccionamiento estratégico, Procesos de exportación e importación, Salud ocupacional y riesgos profesionales, Calidad en desarrollo de software, Auxiliar en salud oral, Especialización en gerencia educativa, tecnología en gestión de redes y comunicaciones, Técnica profesional en instalaciones eléctricas para edificios, Toma de decisiones financieras, Normas internacionales de información financiera, Direccionamiento estratégico para la gestión de organizaciones. Suficiente ilustración. El alcance de los conocimientos debe fraccionarse para que un ser tan poco ilustrado y necio como el humano pueda acceder a él y hasta estaría de acuerdo con unas cuantas ingenierías, pero el ingeniero debe ser integral y hoy día existen unas ingenierías ridículas: Ingeniería Dendrocronológica; Ingeniería portuaria, ingeniería textil... Les falta una ingeniería de lo paranormal y para completar el círculo fantástico de la moda y la televisión una ingeniería criminalística, que no sobra decir, dichos programas, dispararon la oferta y la demanda de dichas carreras, que los pobrecitos ingenuos creen que son así de sencillas como en las películas de susodichos nombres. ¿Saben a qué me refiero? ¿Qué estúpida universidad no se aprovecharía de eso y montaría por demanda unas carreras con tanto prestigio y viabilidad y campo de acción. ¡Colombia es rica en crímenes y asesinatos! ¡A estudiar! Podemos inventar nuestras carreras del futuro: "experto en cambio de sockets de alumbrado público" "contratista dirigido a la subcontratación" "Animero de relaciones públicas con énfasis en desarrollo agroindustrial" "Abogado familiar de casos de derecho interdisciplinario para consanguinidad de segundo y tercer género... Para colmo hoy me encuentro con uno que es experto en computadores pero sólo sabe arreglar Macs; me encuentro con un experto en lavadoras que sólo realiza cambios de bombas; con un tío que arregla licuadoras pero la picadora y la batidora son demasiado complejas para él mismo... El fraccionamiento incontrolado de la información crea expertos y el experto no es un ser pensante, ya sabe a qué se enfrenta y las posibles soluciones y por tanto su conocimiento no crece, ni necesita esfuerzo. Espero que me hayan entendido, no estoy de acuerdo con esas vagamunderías de carreras que ofrecen hoy tan fragmentadas, yo soy ingeniero y puedo hacer cientos de procesos -no digo que todos- puedo realizar cientos de tareas simples, desde pegar unos ladrillos y crear una red eléctrica funcional, hasta crear las instalaciones de entrada y salida de ductos de aguas limpias y sucias. Desde diseñar y crear mis propios objetos hasta armar y mejorar los que otros diseñaron. Puedo soldar, perforar, doblar. La mecánica, electricidad o química básica me son inherentes. No busco un químico farmaceuta en disoluciones para saber la cantidad de ácido de tal PPM que me neutraliza una base de tal PPM, ni para que me explique la manera de hacer una sustancia limpiadora con solución de cloro. No necesito un técnico en armado de muebles de cocina de madera contrachapada y prensada ni un especialista en junturas y uniones de cables eléctricos por soldadura de alta temperatura: Soy ingeniero, ingenio, creo, resuelvo, calculo, hago. No soy el ingeniero actual dirigido a las relaciones públicas y al manejo de personal tanto como a la administración. Soy soldado no militar y con esa frase robada de Biófilo concluyo mi histeria sobre las universidades que crean monstruos ineptos.
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