domingo, 28 de febrero de 2016

Convocatorias

Cuando yo escribo, lo hago como impulsado por un resorte que me obliga a presionar tecla sobre tecla e incluso me desespera el no poder hacerlo a la velocidad en que mi cerebro funciona -Nada especial, yo tecleo "chuzografiando" 3 palabras por minuto y mi cerebro me dicta 3 y 1/3- dos hechos me acongojan y me dicen "Qué HP's Qué MPD's, ojo que te están pisando y, por lo menos, hay que gritar". Uno. Acabo de recibir un mensaje sobre un músico invitado a un restaurante a exhibir su repertorio gratis... No me hizo gracia la contestación pero éste la devuelve invitando al restaurante a hacer una exhibición de comida en su casa. Dos. Alguien me envía el formulario de uno de tantos imbéciles productos de consumo para presentaciones de bandas de rock. No dudo yo que ese sistema le permite a ciertas casas de la cultura cortar una luenga tajada presupuestal que no será revertida ni en cultura, ni en  incentivos  a la música o a los participantes: que sé yo: Mariquita rock; rosca al atrio, Altarock, Rock a las estrellas, Boboral rock, rock al charco negro, festival... Ya me expresé. Habrán dolidos y de seguro uno que otro festival es hecho con ganas, uñas y lágrimas y se gastan el presupuesto, invitan buenas bandas -que el público gusta- y hasta les dan incentivos pecuniarios a sus invitados. Ustedes saben lo que piden cada uno, porque esos festivales son copiados el uno del otro: Se abre convocatoria y les dicen a las bandas que un "jurado" de imbéciles que saben de música hará la elección, que deben enviar mil documentos, demo grabado por papi y mami o en su defecto un disco o edición de un trabajo (no LP, no MP3), permiso de los "asesores" siempre es bueno tener "manajer" y representante; video de de la british broadcastin corporation, "broshure" realizado por un diseñador gráfico; fotografía de cada integrante y su "criminal records" o pasado judicial, composición en el escenario, lista de canciones con nombre, autor y fecha de inscripción en sociedad de autores y compositores y registro en cámara de comercio de logos y etiquetas, no sobra una carta de recomendación de la curia y una carta de los padres de buena conducta en la que se jura vía notarial que no hemos excedido los límites pasionales de los diez mandamientos cristianos y que, por supuesto somos católicos, apostólicos y romanos. Dejemos ahí, sólo falta que pregunten cómo van a ir vestidos, que piensan decir y cual es su filiación política y no contentos con eso le hacen firmar un documento donde se comprometen a decir sólo la verdad y nada más que la verdad so pena de inmovilización de la banda y arresto domiciliario. Le piden que acceda a que su "material" se exhiba como comercial para efectos de promoción y difusión y a donar todo lo que envíe al centro cultural en cuestión... Paparruchas, patrañas, pamplinas. El famoso consenso de músicos son cuatro idiotas que en su vida han escuchado rock o que tienen el oído atrofiado por Wagner y Rachmaninov y su calificación al rock no pasa de "basura", "sin sentido", "una mierda", "puro ruido" o llaman dizque a dos o tres profesionales del rock que no saben lo que es una quinta y que buscan talento -cualquier parecido con la realidad mundial y sobre todo colombiana es mera coincidencia- ¿para qué?  Si al final los organizadores se ven agobiados por pequeñas bandas como nosotros que quieren "aparecer" en tan digno festival para poder aumentar la hoja de vida con otra farsa: "Festival de la ñ 2016 al lado de bandas tan importantes como "me importa un culo" y "las vergax"" y contratan las bandas que ya habían comprado su pase al escenario por Nepotismo, familia y amigos del invitador, por derecho, los que manejan el evento o los que siempre tienen las cuerdas de dichos eventos, o por precontrato con el político de turno que tiene unas supernumerarias con las cuales ya realizó el dichoso contrato. ¿Yo he participado de tales eventos? Si. Nunca como elector, nunca como participante vía convocatoria; como invitado. Mea culpa. ¿Yo me he presentado a tales instancias? Si. Pésame, por mi culpa, por mi culpa, por mi gran culpa. Siempre he querido decir lo que siento y que mejor que decírselo en la cara a los que van a dichos esperpentos de formación de conducta, eventos de "tabula rasa" donde el promedio piensa que el rock es el arte de meterse drogas, destruir y brincar al son de un sonsonete que dice putá putá putá y alabarse luego por haber asistido a tantos festivales en apoyo, gloria y honra de su sacra real majestad el rock.

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