Como buen economista, sé que sin dinero no puedo subirme a un bus, ni adquirir aquella loción que tanto quise -Es un ejemplo, yo odio las lociones y perfumes- Sin dinero, no puedo hablar de comprar un licor o el pantalón que me cautiva. -Salve que robe o pida por dios y sus apóstoles- Así que el dinero es el rey, el dinero puede arreglar todo. Compra jueces, casas, vehículos, silencios, títulos de propiedad y títulos en Hardvard y en Caltech y títulos nobiliarios -si mí príncipe, mí vídamo de Chartress- y el dinero compra el amor y el sexo. Algunos puristas dirán que es falso, pero, como quieren algunas mujeres el dinero y hombres también, que terminan amando a quien lo posee en pilastras. Algunos dicen que es interés, pero aunque soy un fanático de la ciencia, dudo que esta pueda procesar una prueba que diferencie las endorfinas que genera el placer de tener dinero y el de estar con la persona deseada. Quien ha tenido dinero en su bolsillo sabe que puede contar con los amigos y con las chicas y con lo que quiera hasta que se acabe el fajo. Acabado el fajo, desaparece el poder y es necesario reeemplazar el contenido de las fajillas con nuevas denominaciones. Esa es una reflexión, si alguien más la ha hecho, lo felicito y sigo adelante. ¿Qué hace que el dinero valga? ¿qué el oro y la plata valgan? ¿qué un billete con un señor valga más por lo que dice en el papel moneda? No me vayan a decir que es el numerito que le ponen allá en el banco de la res pública con las firmas y sellos correspondientes. Los gobiernos determinan el valor del dinero por leyes de oferta, demanda, por PIB y claro, por el precio del crudo y otros menesteres necesarios en la cadena de consumo. Pídale a un economista que le explique porque no pueden pagarle más del mínimo a un obrero y le dará una respuesta saludable sobre cantidad de dinero en circulación y capacidad de oferta del mercado. ¿Y? ¿Realmente las cosas valen por el esfuerzo? No creo, así valdría más un pantalón fabricado por un artesano que un pantalón fabricado por un robot. Y claro, artesanalmente es más difícil fabricar, pero el sistema no puede esperar a que fabrique las 40 piezas que tiene una candela una por una, pues me demoraría tres meses y nadie me dará dos millones de pesos por ella. Los chinos fabrican varios millones de ellas en un día y la pueden vender a 500 pesos al consumidor final. Un par de cordones valen huevo y un huevo también vale un huevo ¿Qué vale más? ¿Valoramos las cosas por el poder que nos dan y por la dificultad de conseguirlas? Puede ser. Quien compra una casa la valora en extremo en su pobreza, para un rico eso vale huevo, pero el exhibirá sus joyas que puede lucir porque demuestra que tiene poder adquisitivo y eso le hace atractivo al animal del sexo opuesto. Pero, ¿En verdad ese oro le hace más atractivo? No. Si somos mezquinos aceptamos eso y cuanto tienes cuanto vales, pero en verdad, el valor de las cosas no existe, eso es un invento humano y podemos empezar por despreciar ese valor para que se den cuenta. El famoso valor del oro o de la plata o de las piedras preciosas no existe. Usted le da ese valor y se lo cree. técnicamente hablando se apreciaba el oro y la plata porque no oxidaban, pero las cocinas de acero inoxidable -discúlpenme los arrebatos- tampoco oxida, ni oxida el plástico. Esas cosas de si oxidan o no que me las discuta un químico, yo sé que sólo obtienen ese poder por la aleación de metales que las posean o por la incapacidad de hacer enlaces con el oxígeno y sólo es algo inoxidable, pero es bien resistente. Ya hay quien se pone cadenas de acero inoxidable, ¿Vale más un rubí que un diamante o viceversa? ¿puede usted conocer la diferencia o se deja engañar con un vidrio de color? Si lo pensó, me pasa lo mismo, yo creo en el valor del dinero y por eso tiene un valor. Siendo así piense que vale más el agua y el oxígeno que consumimos y eche al olvido, que tener oro y plata le permitirán comprar justicia y amor, pero nunca paz y libertad. Hay asteroides de oro, plata y piedras preciosas, pero se puede llenar el planeta con ellas y siguen haciendo falta las que mencione enantes y aunque hibiéredes de contraoponerteme, es menester que os diga que el fin postrero, sin pensar en masalláses, ni en juicios divinos, no se detiene por cuanto tengas en tus arcas y, sin ser anarquista ni idealista me basta un trozo de tierra donde pueda respirar y servirme del agua y sin humanidad falsa llena de oro y plata y sandeces de lo que ellas valen.
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