Por años he escuchado el, la idea, de utilizar la doble "articulación" para no dejar a nadie, nada por fuera de la conversación y no cometer violencia de género. Sobre todo, toda, se usa en el área educativa, pero no falta el, la idiota que lo utilizan como una manera de respeto al otro, otra, donde quedan más enredados que las contrataciones del carrusel aquel. Otros han optado por diferenciar el, la tal lenguaje inclusivo, cambiando el género o dando a entender el doble género con una letra "arroba" ─me niego a usarla, como me niego a usar el lenguaje incluyente─ y así modifican el mundo por un poco de respeto. Está ya claro que a mí me parece un modo y unos modales ridículos y pretenciosos. Ya mi amigo Momo y una dama que escribe para un periódico lo expresaron, pero yo esperé unos meses más para sentar mi crítica o mi opinión al respecto. Habría que empezar por definir la violencia de género e incluso aceptar que tal se comete ─porque en verdad se comete─ pero complicar el lenguaje y hacer más tedioso el discurso no lleva a ningún lado más que a hacer violencia contra el lenguaje mismo. Adicionar un artículo más no suma o resta en la violencia real a la mujer y poner una a "rara" no ayuda en la lectura. ¿Cómo se lee: "invitamos a los niñ@s"? y, ¿Cómo interpreta: "estoy como loc@"? No acepto jamás usar la @, la X o el asterisco, da igual, más que para lo que se constituy@ ─me tocó comerme la tilde─ o sea, para la separación del lugar del servidor, lo que indica un E-mail. jimmyjazz 21 @ ─en─ hotmail; jacobo hijo de lobo @ ─en─ gmail... No faltaba más que empecemos a hacer como los púberes que se inventan las formas de hacer las letras, o incluso los fanáticos de algún club deportivo, solamente con el ánimo de sentirse "únicos". Gracias, pero no es lo que logran, por el contrario quien ve tales puerilidades, inmediatamente sabe quien las escribió y no fue un/una único/única. En cuanto a la doble articulación, eso si es un desperfecto al oírlo en un hablante y un ridículo en un orador. Me haré el ejemplo y ustedes/ustedas me dicen como me queda/quedó. Es verdad que la RAE hasta compiló unas normas, que bien aprendidas, abarcaran la población femenina sin que esta/este se resienta, pero entrando en el área de resentir el lenguaje, de hacerlo más aburrido, más largo, más... El problema no está en el lenguaje, el problema está en la acción. El/la hombre/mujer ha avanzado en la historia de la mano y no por ello juntos/juntas.
Eso es transgredir, espere que los hombres nos sintamos acorralados y nos demos a protestar por esas cosas burdas, vea y verá: ¿donde andan los otros cuatro o cinco géneros que faltan? ¿los lesbianos y lesbianas, lo gays y las gays, los bisexuales y las bisexuales, los transexuales y las transexuales, los transgeneristas y las transgeneristas...? ¿Cómo será de bravo hacerle la corte a todos juntos? "Bienvenidos Damas y Caballeros, los que gustan de res y de cerdo, las que no les gusta sino la papa y los que sólo comen chorizo, las que prefieren ropa de dama siendo machitos y los que no se ajustan a los canones mentales de su sexualidad, los que siendo muy machos recurren a menjujes femeninos y a las niñas y a los niños y a los que sin haber definido su sexualidad también están presentes..." Bienvenidos y listo no me complique el lenguaje. Vea yo jodo, que ya me cansé de bobadas ¿Dónde me deja la luna y la mano? porque hombre, que si es mano de hombre debe ser el mano y si la luna la miro yo, debe ser el luno y las niñas de mis ojos son machitos y aunque la cutícula sea femenina yo quiero igualdad y que sea el cutículo y ya no quiero ir a las reuniones, no señor, los reuniones de mi familio. Que si las mujeres hacen cambiar el idioma para justificar una tal violencia que ven en el papel, los hombros ─así suena más macho─ nos dedicaremos a hacer lo mismo. De ahora en adelante será el herramiento y el muñeco ─caso que queramos jugar con alguno o refiriéndonos a la parte del hueso que corresponde a ella─ Yo dejo acá por no seguir, que si se dieron cuenta el artículo femenino está entre las cosas que más le gusta a los hombres, porque hasta para insultar a nuestros semejantes lo usamos y les decimos: "niñitas".