Yo siempre he dicho que la humanidad no es buena consejera o buena escogiendo; lo que ella diga como conjunto resulta una perfecta tontería, en su mayoría. No confío en la humanidad ni en las masas. No discutiré acá porque el modelo gregario salvó al hombre y lo trajo hasta este punto, pero lo gregario me repele como poderoso imán dirigido hacía mí con opuesto polo. También alego que el hombre acostumbra engañarse a sí mismo con el fin de evitar ciertos debates morales y éticos y, sin duda, es otro mecanismo evolutivo para hacerlo avanzar en el tiempo. Una lectura de Dawkins puede darles algunas ideas. Fíjense que el ideal de belleza y el modelo de virtud del promedio humano es el mismo humano que juzga. Sin un sentimiento de perfección, no tendríamos este planeta al borde de un colapso: !7000000000 de seres humanos¡ !y contando¡.
La novia dice: "soy la mujer más feliz del mundo" "es el día más feliz de mi vida" ¿Qué valor de verdad pueden tomar tales proposiciones? y por estos días escuché a un chiquillo que no llega a los 30 años diciendo: "ya he vivido bastante; si me muero, muero satisfecho" "hago exactamente lo que más me gusta" ¿No les parecen clichés? Si, cada uno de nosotros repite el dichoso cliché y piensa que el mundo es maravilloso tal cual es, resignación enseñan las religiones y resignación hemos aprendido; nos conformamos con un trabajo y con poder sobrevivir, nos conformamos con un sueldo mínimo, o "ganó más del mínimo" nos conformamos con el trabajo, con la pérdida, con el arriendo, con los servicios públicos, con la cuenta del celular, con la esposa que te tocó, con la vida que te tocó. Somos simplistas, somos el "homus consuetudinem". Por eso hablamos en primera persona tratando de apocar al que nos cuenta: Casi me mato.. y yo también... a mí me pasó una vez... y todos hablan a la vez sin poner cuidado a nadie. Yo. Primero yo, segundo yo, tercero yo, cuarto yo. quinto yo... el "yoísmo" es impresionante, no hay quien escuche, sólo bocas autorrepitiéndose: "yo". Pues, sagrados amigos míos, a mí no me importan sus afiliaciones, sus gustos y amores, el club que visitan y el equipo al que apoyan. No me importan sus preocupaciones, su abolengo o su raza, ni su descendencia. No me importa la ropa que usan, la marca que tienen, cuanto se la ponen o si se bañan con champús de flores. No me importa a quien han visitado, la banda que escuchan y si la han besado, o si con ella se han fotografiado. No me importan los libros que leen, los autores que adoran, los que les han autografiado, ni los que han odiado. No me importa el coche que tienen, la casa de que se ufanan ni el asado con que acostumbran obsequiar a sus amigos, ni siquiera me interesa ser su amigo. No me importa la religión que profesan, a que santo le rezan ni por quien han votado. No me importan sus haberes o deberes. No me importan en que pueblo nacieron o si se murieron defendiendo un fuerte. No me importa si están casados o divorciados ni con cuantas perras mienten. No me importa la tele que tienen, el programa de moda, la propaganda que les llega ni sus telenovelas... Claro que puedo seguir, pero ya tengo un punto, mi segunda frase preferida después de "NO CREO": "no me importa" soy un desahuciado.
No hay comentarios:
Publicar un comentario