sábado, 24 de junio de 2017

Bienvenidos los niños

¿No habráse dado cuenta el tripitorio que rellena este planeta, el llamado tan de mala fe y tan de malas pulgas, masa, cardumen, rebaño, grey, bandada, piara; lo poco útil que resulta para el planeta que hayan más y más ejemplares, en perfecta clonación de ellos mismos? ¿Esos nunca se dan cuenta que el planeta ya desfallece de tener que sostener tanta ignominia? ¿pararán algún día? El incremento poblacional humano, a partir del siglo XIX, se puede ver como una función exponencial, lo que compromete seriamente los recursos y provoca una incidencia importante en el ecosistema, tanto, que puede ser alterado de manera irreversible. La irreversibilidad consiste en un evento a tiempo determinado, realmente, según podemos ver en el planeta, hasta las peores catástrofes pueden ser reversibles, si se les da el suficiente tiempo y deja de incidirse en ellas. Hiroshima hoy es habitable, incluso las zonas de devastación de los huracanes y volcanes más poderosos lo es. Y, es claro que a pequeñas escalas la hipótesis Gaia es funcional y nuestro planeta se autosana. Claro, esto puede pasar, que un mundo casi al tope de la basura orgánica e inorgánica, con ríos muertos y podridos, con miles de especies en peligro de extinción por desaparición o cambio de sus habitats -miles se han extinguido, pero no a la velocidad que logramos los humanos tal extinción- Con las selvas taladas y al borde de desaparecer, con ciudades repletas de homínidos requeteconcentrados  en espacios pequeños como larvas de insecto, en fríos apartamentos de concreto -las cuevas de la actual civilización- produciendo más humanitos para honra y bien de la iglesia que se  jacta de tener muchos fieles; del gobierno que alardea de tener una mayor población que grava; del pobre humano que se vanagloria de tener descendencia y como el mismo lo dice "la pintica"; para las multinacionales que presumen de tener un mercado siempre abierto en los países subdesarrollados; para las madres solteras que no lograron cazar a un hombre, pero cuyo orgullo es ser madres cabeza de familia; Para la religión que ostenta el mayor pecado, que es el de sancionar el aborto promoviendo el nacimiento de millones; para la familia que celebra la llegada de un nuevo humanito "que viene alegrar los días de esta casa"... Me restan más fanfarronéos y orgullos pendejos por la eclosión de un nuevo miembro de los homínidos. ¿Sabrán acaso que a cada segundo sumamos cuatro humanitos a la lista y que, la mayoría nacidos en familias de escasos recursos, países pobres o en conflicto y fruto, más del desconocimiento general de la planificación y el miedo a la religión, que del deseo de formar una familia? No me gusta el "basta ya", pero si va siendo hora que se concientice a la raza humana que la proliferación de ésta no es un beneficio, es, al contrario, un perjuicio a la misma raza. Dejemos ya de felicitar al que llega con un embarazo no programado: "voy a ser papá". No, por oposición extendámosle un pésame; digámosle que acaba de condenar a la vida a una criatura, a la vida y a la muerte; que acaba de convertirse en un servidor de la iglesia y del estado, les va a dar lo que uno y otro quiere y necesitan, una oveja para el rebaño y un asalariado gravable; digámosle que eso no es raro, que raro es que nazca un tigre de Bengala o una foca capuchina, que humanos hace cualquier humano; Pero que va, la humanidad embarrada en sus creencias es incapaz de entender el sarcasmo y la osadía y continuará abarrotando este valle de lágrimas de más gente hasta que Gaia explote y  se inicie el ataque de los hambrientos y la población se aniquile a sí misma. Así que, bienvenidos los niños, bienvenidos a soportar los dolores de este mundo, que, en cuestión de ellos tienen una gran gama. Bienvenidos a soportar los ridículos nombres de padres ignorantes que aportan un menos que eso a la educación de sus hijos. Bienvenidos los niños a la capital del capitalismo, donde matas o te matan y donde quien no engaña, no come. Bienvenidos los niños al mundo que los necesita para que habiten el cuarto mundo de pobreza y pauperrimidad. Bienvenidos los niños al mundo de creencias prehistóricas en dioses que no se ven y en representantes de estos que usurpan los derechos divinos para honra y prez de ellos mismos. Bienvenidas las niñas, acá serán tratadas como objetos y como fabricas de más carne de cañón. Bienvenidos los niños, los trataremos con fuerza y vigor, quien no resista no merecía entrar a este mundo a ser rey de la creación y amo y señor de su entorno. Bienvenidos los niños, los educaremos en la fe y el amor y en el fanatismo por su país. Bienvenidos las niñas, les enseñaremos a jugar al papá y a la mamá y a ser querendonas y sumisas. Bienvenidos los niños, les inculcaremos que "deben ser machitos y no llorar" y cada navidad reforzaremos su enseñanza con carros y cositas de "hombrecito". Bienvenidos los niños, ellos son el futuro de la humanidad, es decir, los que morirán de hambre y sed, en un planeta calcinado por la avaricia humana, mientras los adultos responsables se disputan los bienes restantes en una guerra santa con cañones y fusiles.

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