Terminado el texto de Harari queda un terrible mal sabor de boca. La especie humana es única porque en su afán de ser la preferida de dios eliminó a las otras especies de homo. Además optó por eliminar cientos de miles de especies que cayeron en su búsqueda desenfrenada de alimento o por la ocupación sistemática de sus territorios, e incluso por la eliminación de sus presas o por la temida revolución agrícola conocida como sedentarismo, que aún hoy arrasa bosques enteros para buscar donde sembrar el alimento y desplaza ecosistemas completos. La tal revolución, también fue un desastre con la biodiversidad, pues literalmente, abandonamos nuestra verdadera regla de "comer de todo" por unos cuantos trigos, verduras y gramíneas dejando sin posibilidad a otras formas. En el camino nos inventamos "ideales" como el dinero, la religión, el gobierno, la ley, el estado, la patria, el capital y otro sinnúmero de imaginarios que nos sirvieron para dar un fin, un objetivo a nuestras vidas y en tal proceso apareció un alma e ideales de preservar tal entidad de manera infinita en cielos dulces o en infiernos ardientes. Muchos de esos "ideales" fueron los que le permitieron hacerse fuerte y negociar con la especie que tenía sus mismos ideales o creencias. En el entramado apareció la ciencia, porque dáse la exquisitez de que este simio, resultó ser bien curioso y coqueto, pero también ocurrió que la ciencia siempre trabajó en pro de la gran religión o debemos llamarla "super religión" que hoy abarca al mundo entero y que se llama "capital": "produce y serás feliz, gasta y serás feliz, posee y serás feliz, desea y avanzarás al siguiente nivel, donde producirás más, gastarás más y serás más feliz". En todo esto, la humanidad ha alcanzado la paz, una paz relativa y un bienestar relativo. Cualquiera puede comparar las tasas de mortalidad de antaño con las nuevas y las venideras y las guerras de antaño y las actuales e incluso dar un rodeo por medidas de tendencia central en cuanto a cantidad de muertos por habitantes del planeta al momento de sus decesos fortuitos o provocados por guerras y se dará cuenta de la increíble calma chicha en la que vivimos. No olviden que somos hoy 7 mil millones de terrícolas y muy pronto "seremos más", es decir, nuestra supremacía como especie, puede notarse en nuestra proliferación y en nuestro avance sobre la superficie. Claro, nuestras máquinas no se quedan atrás y muy pronto se iniciará la colonización del espacio. Nuestra ciencia domina el ADN y puede, literalmente, hacer lo que le plazca. Un ratón que desarrolla células de cáncer humanas, un conejo con exceso de piel o luminiscente es sólo un paso para fabricar al sucesor del homo: ¿? tal vez uno más alto, fornido y arrogante o más bajo, sumiso y chocante. Podría hacer un homo con un cerebro más desarrollado o tipos de animales no imaginados nunca por especie de algún universo. A todo esto no es que yo hubiera querido que Harari me garantizara el cielo o la dominación absoluta del universo por parte de la especie humana, no. Lo que ocurre es que me doy cuenta, que pertenezco a esa especie indigna que domina el planeta con mentiras y promesas; con la "caja tonta" y el sacerdote "cuyo trabajo es equivalente al de cien soldados y más eficaz" en términos ideológicos; Con la idea de "homo sapiens uníos bajo un sólo régimen"; con el, creed, no importa el dios o la patria a la que le derrames tú sangre, pero creed; con la consiguiente corrección sobre la "dominación", de que es sólo de oídas, porque quienes hacen la historia ─son palabras de Harari─ son muy pocos, la mayoría de nosotros sólo "tarriamos" y llevamos agua para hacer mezcla. Es decir, confirmo mis temores de lo insignificantes que somos. Aclaro algo que he dicho por montones: No tenemos un fin preciso porque la evolución no tiene un fin y somos como cualquier otro animal y por ello cielos e infiernos y filosóficas preguntas de ¿para dónde voy? ¿quién soy? ¿cuál es mi propósito? no tienen sentido más que al avalar al homo en alguna de sus religiones. ¿Con qué cara me levanto a mentirles a mis alumnos sobre una sociedad justa y libre? ¿De qué me pego para mentirme a mí mismo sobre la patria y el estado? ¿Tendré que hacer lo mismo que hace el homo y tratar de engañar a algunos para empezar a producir ganancias que pueda gastar en mis nuevas necesidades? Lo dicho, terrible mal sabor de boca.
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