Son palabras sinónimas, quien se adapta se resigna y no quiero contar la historia de la zorra y las uvas de Esopo, que la zorra se adapta a que las uvas son para ella, pero se resigna a no poder comérselas y se adapta asegurándose que "están verdes". Es fácil si no le damos demasiadas vueltas mi querida cucaracha de biblioteca. La filosofía se encarga de hacer aparecer imbéciles adulterados por el conocimiento que le encuentran piojos y magnetos hasta al difunto Kojak. ¿Es verdad que mirar y observar son funciones tan distintas? o ¿Será que oír y escuchar difieren en algo? A mí se me hace que un académico quiso vender un texto con estas apariencias y se sentó a encontrar las diferencias entre una y otra y a plantearlas y darles vuelta hasta que expulsión y suspensión resultaron siendo distintas. Asómate al derecho y encontrarás la cantidad diversa de asesinatos y sus definiciones o lo que se llega a concluir sobre ofensas a la moral o injuria. El abogado debe tener claro si el asesinato fue preterintencional o culposo. Para nosotros, simples mortales, asesinato es asesinato y desde el punto de vista de Poirot solamente necesitamos resolver el medio, el motivo y la oportunidad. Similarmente podríamos rastrear a tres o cuatro filósofos que le encuentren greñas y liendres a un par de sinónimos y terminen alejándolos el uno del otro: Quisiera volver a la zorra y las uvas pero desde la mentalidad de academia mal pensada, mal vista, sosa y tonta. Habla pues un filósofo que habita en mí. Es necesario por tanto entender la intención de la zorra al tratar de alcanzar las uvas, su sola decisión volitiva es por sí una fuerza arrasadora capaz de cambiar el mundo y de adaptarse al veganismo vacuno. La uva pues, representa el ideal tómico que puede confundir por la distancia a la que se encuentra, pero no vemos , de ninguna manera, desdén frente a ellas, son apetecibles, deseables. ¿Qué habrá de pensar la zorra frente a un racimo de uvas apetitosas? Eso compete a la razón y "quien piensa pierde" dijo un gamín en la carrera Carabobo y el otro le espetó "Sin mente como el presidente". Ambas frases reducen a nuestra zorra al proceso intrínseco de la alimentación y nunca a un proceso mental planificado o a una dieta saludable como puede leerse en los anales clínicos del doctor Oz y en la sabiduría antigua que concede a las manzanas poderes mentales, de allí "man sana in corpore sano." Obvio que la zorra no está simplemente siguiendo su instinto, un instinto que al principio supusimos provenía de sí, de su voluntad, de la voluntad de atragantarse con uvas, proviene del instinto que es una fuerza comparativamente hablando mucho más inmensa que la simple decisión porque está avalada por siglos de evolución, de prueba error, de ensayo. Es ahí donde vemos la adaptación en pleno porque las malditas zorras no comen uvas, son carnívoras y ésta de Esopo se adapta a las uvas como ideal. Diríamos que se resigna cuando ve sus infructuosos intentos de alcanzar el racimo y se aleja alegando que "están verdes". Pero no hay tal. La resignación es más clara si entendemos que el pajaruco preguntón sirvió de comida a la zorra y que no era más que un bocado poco sano, pura pluma y pico y eso es la resignación. No habiendo Un Pavo o un Avestruz, bueno es un Mirlo. La zorra se adaptó a las uvas y se resignó con el Piolín. Creo yo, mi querido saltamontes que puedo intuir aquello del amor fati, pero de nuevo quedaría expuesto a los sabios de la auto ayuda. El eterno retorno de Nietzsche no es resignación, es deseo. Él quería permanecer en ese ciclo del destino con su vida en él. ¿Difiere en algo con el deseo cristiano de un cielo eterno? ¿Aceptamos nuestro destino? o es decir, nos resignamos al destino propuesto o tratamos de cambiarlo y nos adaptamos a ese intermedio que no es el propuesto. A todo esto, el interesado en hacer la diferencia se me va hasta el tuétano con el cuento aquel de: aquí están los publicanos y los fariseos. Cuando un desprevenido pregunta cómo distinguir a los unos de los otros, un peripatético responde: los fariseos son los que establecen la diferencia.
PS: La teoría del eterno retorno, no deja de ser teoría, volvió la bota campana y el peinado de los 80's, seguro regresará el vinilo y hasta el CD pero jamás en retorno cíclico como el esperado en un óvalo o en una elipse. La tierra gira sobre sobre su eje pero en el espacio no describe un círculo porque el sol también se mueve. El eterno retorno de Nietzsche era un tirabuzón con un eje en el tiempo.
PS 2: Podríamos pues, catalogar la resignación como el modelo más simple de aceptar lo pequeño por lo grande que esperábamos y la adaptación como el cambio abrupto que nos obliga a no permanecer resignados sino a cambiar completamente de status. Pobre el carnívoro que debe adaptar su organismo a las coles y el repollo y, resignado, si en vez del jabalí del cuento de Malba Tahan, le tocó únicamente el reparto. Ese es el resignado.
PS 3: Los expertos en la materia son capaces de distinguir el cedazo del tamiz y del colador, el frasco de la botella y el lápiz labial del pintalabios.