sábado, 17 de febrero de 2024

Anne

 Murió alguien que conocí en mi juventud, salimos juntos, vivimos juntos en algunas partes del país, nos intercambiábamos cartas cuando ella estaba muy alejada o allí mismo en los llanos orientales, en Japón, en Suiza, en España... Si, ella viajaba mucho. Hace dos años dejó su residencia en Suiza y se volvió a Colombia a buscar el campo. Aún nos vimos hace 10 días que viajó desde el pueblo donde se había refugiado y almorzamos bandeja paisa mientras recordábamos de que iba lo que hacíamos y como planeaba aparecer en el Búnker con sus dos hijos. Siempre recordaba las bromas que le hice: cuando deambulábamos por los parques de Bogotá yo fingiéndome extranjero y ella traductora o cuando golpeábamos paraguas con la mano y nos mandábamos la mano a un ojo para que el dueño del mismo ofreciera disculpas. Ella no soportaba la presión y se reía antes y había que reírse de ella misma por su interpretación de transeúnte herido. Recordaba bastante aquella en que nos escondimos de la aya de sus hijos y al aparecer yo de repente tras una puerta, ella se orinó en la ropa. Jamás dejó de contar la vez que me envió 500 dólares cuando recién estaba aterrizada en Lugano, pidiéndome que le enviara por un correo ems ─un tipo caro y raro de correo que se llamaba express mail service─ lo más dulce que encontrara que allá no habían dulces buenos. A la mañana siguiente le llegó por correo expreso de 70 dólares, una libra de panela de 5 centavos de dólar. Lloré de la risa, contaba mientras se repasaba los labios con el carmín encendido. No es de extrañar que cargara aún, después de tantos viajes, en su maleta, un cofre con cartas y un par de bolas de peluche con una banda que rezaba "Nada más tierno". Su frase favorita era "nada más tierno que unas güevas de peluche" y aprendí lo básico de la peluchería para darle el regalo más tierno de su vida. Bromas, chistes flojos, escarnios, ironías incisivas y disertaciones menores, días malos, restaurantes sin fin y ciudades bastantes. Hace 15 años me pidió que me casara con ella. Ya tenía nacionalidad Suiza y ya se había llevado a sus hijos y ahora con un certificado de matrimonio que garantizaría mi ingreso a la unión europea y una visita al CERN todo pago, me seducía para que me quedara a vivir con ella. Desaparecí por un tiempo largo, le tengo miedo a las relaciones con certificado. Ella igual seguía llamando desde Europa y conversábamos hasta 40 minutos en los que me hablaba de sus hijos, de sus logros, de sus dolores, de sus muchos matrimonios. Se casó con un francés de apellido Duty y con un suizo alemán de apellido Barcellandi. Con un policía austriaco y otros más que no recuerdo porque nunca seguí su lista completa. Cuando hizo el intento de regresarse a vivir en Colombia, vinieron dos de sus maridos Christian y Marcelo y yo trataba de entenderme con ellos en un inglés espurio, que ellos aceptaban para mediar y no chistaban mucho. Tras un accidente de uno de sus hijos y un par de robos, volvió a Suiza con el rabo entre las patas y no regresó a Colombia sino hasta hace un par de años que uno de esos hijos fue deportado por posesión y ella se volvió a acompañarlo y a buscar campo. Cuando nos vimos se quejó de un dolor en el bajo vientre pero sin darle mayor importancia. En la mañana del día siguiente me comunicó que debió ir a un hospital por ello y por un dolor de cabeza. Jamás supe más de ella misma. El sábado me buscaban por redes, lo que yo no uso y cuando me dieron el mensaje: "mi mamá fairso para que avises Jaime." Comprendí y busqué como comunicarme con el hijo en cuestión que aún le costaba bastante hablar español claro. Cáncer fue el diagnóstico, fase cuatro. ¿Qué agrego? Es aquí donde no soy bueno, no me pesa la muerte del otro, me pesa la mía que la de ella me recuerda más cercana. No soy bueno en dar adioses y en ofrecer consuelo donde yo no lo tengo. ¿Quisiera que hubiera podido despedirme de ella? ¿Se puede uno despedir de un cadáver? ¿Esperaría uno que le escuchara desde algún otro lado? Sé que no. La magia no existe, todos son trucos baratos y caros y, los muertos, como ya he dicho, muertos están.


sábado, 10 de febrero de 2024

El chip de humano

 Conversaba con Alexa, y no la autómata artificial de Microsoft o de Apple y me recalcaba que le faltaban unos chips, para referirse a ciertas cosas que ella no asumía como las demás hembras de la especie homo, en parte el celo o el malestar que sienten las hembras humanas por practicar sexo extramarital o el sentir celos porque la pareja no le escribe o porque se pierde unas semanas con algunas divas. ─Ahora me pueden entender lo del "chip"─ y hasta yo, lento para eso de la tecnología, entendí a la perfección. La cosa es si no es al revés, es decir, en vez de que le falte el chip, el chip que ella trae es el que originalmente deberían llevar todos o todas. O sea, no hay ausencia de chip, simplemente se tiene un chip más primitivo, el original que debimos tener. La cosa es que si estamos compuestos por chips, cosas esas como subrutinas que llamamos a cada paso. Chip de caminar por ejemplo, lo llamamos, lo ponemos en ejecución y nos desentendemos de caminar. Caminamos con la app en segundo plano ejecutándose automáticamente y sabemos que manejar es chip de rutina y a veces olvidamos que vamos conduciendo, o sea conducimos aunque corriendo en segundo plano puedan ir algunas memorias o una canción de la radio o algo así. Se me va este insermo por otro lado porque siempre he pensado que así funciona el ser humano, simplemente llamamos subrutinas que conocemos y las ejecutamos con gracia o sin ella porque a veces se brincan, se apagan o funcionan mal y pasa lo que sabemos todos que pasa, nos caemos, nos estrellamos, divagamos o balbuceamos... la subrutina, la app, el programa o el chip fallan. Volvamos pues a los inicios de este apartado donde ella plantea que no le remuerde la conciencia tener sexo con otro que no sea su marido. Volvamos a las praderas africanas hace 150.000 años. En serio, ¿había alguna hembra empujada por el imperativo de reproducción que sintiera remordimiento de aparearse? machos homo eran escasos e inmediatamente la hembra se hacía fértil, era imperativo biológico que quedara grávida, cosa que no sabíamos cuando ocurría hasta no ver las redondas formas que pronosticaban embarazo, algunas ausencias inexplicadas, comportamientos erráticos de deseos y gustos, en fin. Dudo bastante, no siendo yo un investigador social, me atrevo a afirmar que las hembras de la mayoría de los animales no tienen problema en copular con diferentes machos hasta quedar encinta sin remordimiento alguno. La hembra humana no debió ser una excepción hasta que la "cultura" la religión y la "norma establecida" le asignaron que no podía aparearse con diferentes hombres sin sentirse "sucia". El "amor eterno" fue un chip insertado en la edad media sobre la condición esencial del amor y la idealización terminó rematando el pastel con una cereza ¿A quién diablos se le ocurre que para que exista la reproducción primero debe haber "empatía"? ¿A qué organismo se le ocurre que dos células para reproducirse deban cumplir el rito del matrimonio? y peor, ¿A qué sociedad se le ocurrió que los padres son responsables de los hijos por saecula saeculorum? Total el chip que debía estar insertado es el del imperativo evolutivo no el del represivo macho que considera suya a la hembra y le enseña moral y "buena conducta" para retenerla. De ahí al celo como patología no hace falta mucho. El complejo de Brunhilda termina explicando más de lo que debería si hubiera escasez de machos. Volvamos al chip, ¿Quién se beneficia de una mujer casera, moralmente rígida y sumisa? ¿Explica esto porqué madre sólo hay una? Yo que creo que si.

PS: Yo sé cómo se reproducen las células, por eso es tan gracioso que deban casarse para tener descendencia.

sábado, 3 de febrero de 2024

Mitología en ciernes

 Leía esta semana un compendio mitológico bastante interesante con cientos de imágenes espectaculares explicadas desde los mitos y las creencias ─cuando digo imágenes me refiero a fotografías muy bien tomadas y editadas de obras que retoman o retratan la mitología─ y lo primero que destaco es lo que ataco, que el autor o autores revelan un apego a la cristiandad, a la religión y al mito aduciendo que mito no es mentira y que es parte fundamental de toda cultura. Mito es mito y fue la manera como una sociedad creciente, a veces pacata y muy interesada en dar explicaciones y en conocer esa tríada existencial, que ha desvelado a una humanidad segura de que es más importante que el resto de las criaturas existentes, ha resuelto sus preguntas: ¿Quiénes somos? ¿De dónde venimos? y ¿Cuál es nuestro propósito? Nuestra cultura debe ser, pues, diferente del mito porque la ciencia es la única con el poder de no quedar enredada en los dogmas y tabúes. Recoger por partes las mitologías es un acierto nimio porque de todo lo que se lee queda menos y más enredado, ya no sé cuales de los dioses leídos eran Aztecas, Germanos o Indios, lo que no quita un mérito impresionante de poder hacer síntesis y resumen de un tema en concreto. Animales Divinos: no es raro que los dioses hayan rivalizado con la manía ejecutora del amaestramiento: Odín tenía dos cuervos amaestrados que le llevaban chismes de todo Ygdrassil: Hugin y Munin, mientras que Thor tenía dos cabras Tanngnjostar y Tanngrisnir; Horus de la mitología egipcia es asociado al halcón y en el inframundo está el perro Cerbero de tres cabezas que huele almas para que no se le pase ningún vivo, como en la Egipcia tenemos a Ammyt un perro peculiar dotado de león, cocodrilo e hipopótamo. Los dioses indios, si no son animales como Hanuman y Ganesha, se atribuyen los morlacos de Krisna y las serpientes de Shiva... Era un ejemplo pero mi ignorancia no me lleva a ninguna parte. Recomiendo leer "La Teogonía" de Hesíodo o "Mitología Egipcia" de Max Müller, las "Edda" directamente o el manuscrito Babilónico que quedó de Marduk, el "Enuma Elish" de las tablillas y hasta esa sarta de mentiras arregladas del "Popol Vuh" con conciencia y tratando de organizar las ideas. Bien es cierto que según el estudioso le da nombres diversos a los dioses o los padres o madres de algún héroe o que existen diferentes versiones de la misma historia contadas por diferentes historiadores. Incluso al transformar un idioma en otro para hacerlo más asequible se puede cometer el error de cambiar un nombre, "los Aesir" usando la letra latina ash con nuestros ya conocidos Ases y Vanes habitantes del Ygdrassil, Ashgard y Vangard, pero cambiar el nombre del lobezno Fenrir por Ragnarir me fue un golpe bajo y ni que decir que he escuchado Hecatónquiros tantas veces, aquellos gigantes de cien brazos que pululan en la mitología griega y en este me los apodan Centimanos y quedé devastado, equivale a traducir Jason como hijoejaime o a editar los nombres de los ríos del inframundo griego como Odio, Pena y Llanto en vez de usar esos bellos nombres Estigia, Flegetón y Cócito, sin contar que al otro río lo llama Aqueronte, donde parece que confunde el nombre del barquero Caronte, con el río Aquerón y que, según él autor o autores de este texto, el barquero de la muerte trabajaba en el Estigia. A la serpiente maligna Apophis o Apop de la mitología egipcia le ha llamado Apep, que puede ser problema de transliteración como también puede ser error de transliteración el usar Ameratsu para la diosa japonesa Amaterasu. Sí observo el error de confundir al padre con el hijo y atribuir a Dédalo el derretimiento de las alas que le tocó en suerte a Ícaro y de nombrar Azteca al dios Inca Viracocha y cuenta que Amaltea la nodriza de Zeus le regaló el cuerno de la abundancia a éste cuando la historia aparece como que en la juventud Zeus jugando le partió un cuerno a aquella, uno solo, y éste la obsequió, al convertirse en dios de dioses, el atributo de ser "de la abundancia" por habérselo aguantado de chico. Si mal no ando, fue Sekhmet, el equivalente a Némesis que quiso devorar a la humanidad y fue emborrachada con cerveza color rojo, lo que se le atribuye en el texto a su hermana, la también diosa leona Bastet. No niego que amplié mi mitología de dioses solares con Shamash y Huitzilopochtli porque siempre cito a Amón, Ra, Inti y Xué y recordé esos bellos nombres de los Dióscuros, el lucero matutino y el vespertino: Fósforo y Héspero, como esa sarta de diosas Penia la humildad, Aporía, la dificultad, Amecania, el desamparo y Ptokenia la mendicidad que viajan siempre juntas y alejadas de Pluto la riqueza, Poro la oportunidad y de Eutenea la prosperidad y aprendí que el prado Asfódelos es el purgatorio griego, que no sabía que tenían un émulo de esa invención cristiana para acaparar diezmos. Nergal y Ereshkigal no me sorprendieron pero me confirmaron en buscar más literatura Sumeria y aprendí el "lignum crucis" que debí buscar para confirmar mis teorías de conspiración y curanderismo surgidas de él. Buscaré a Rostam y sus siete trabajos, mitología persa que nunca he emprendido, como buscaré el Mabinogion Galés y ahondaré sobre las sustancias Eitr y Amrita y sobre la vaca Audumla que lamiendo un bloque de sal crea a los hombres... Adiciono a mis criaturas favoritas el perro del inframundo egipcio Ammyt cruce de león, hipopótamo y cocodrilo y para terminar instalo en mi diccionario esas bellas palabras de derrelicto y morlaco. Así pues que nada es tan malo, pero que confusión me han creado.