Ni en el sueño más profundo descansa usted de sus berrinches y no ha de faltar un solo día en el que no emita usted su opinión sincera y sin censura. A usted que tanto le debemos porque usted ha puesto en alto nuestro nombre y nos ha defendido de los ataques de la chusma que piensa mal de nosotros. Usted que ha estado en este proceso de formarnos y cambiarnos la cabeza para que hagamos lo bueno ─lo que a usted le parece que es bueno─ para que nuestra dirección se haya mantenido con el tiempo sobre el mismo rubro y sobre las mismas certezas. Usted que ha vigilado nuestros deslices y conoce nuestras debilidades y las ha corregido a tiempo. Discúlpenos si hemos hecho salidas en falso y hemos hecho presentaciones para ignorantes que no entienden tales presentaciones. Debería volver sobre aquello de su "opinión sincera" que seguro es lo que su vuecencia piensa y no lo que un malhadado dijo por pica y condescendencia con la mismísima masa o las ideas preconcebidas de alguien que nunca las tuvo. Sacra bondad y realeza que despedaza el honor de los demás con una simple frase, con un simple comentario o con una sátira que después alegará fue una broma. No es difícil reconocerle entre la multitud porque usted visita todas las plazas para poder tener algo de que hablar y que comentar en su resumen de fin de semana de sus redes sociales. Sí. Allí está esperando que alguien se resbale para enviar el video a "Risas con Pacheco" o que alguien diga algo apropiado que usted considera inapropiado para ventilarlo como ventila sus almuercitos y sus besos con la querida en impecables selfies familiares, incluso tomando instantáneas del mundo para interpretarlas a su manera y poner a bailar al que estaba demostrando un principio matemático o borracho perdido al que estaba recuperando el equilibrio. Allá está escondida en la santidad de su hogar en el balcón o en la puerta señalando con su moral lo bueno y lo malo, lo apto y lo prohibido. Bien sabido tenemos que usted no se equivoca, que sus designios son infalibles, que profesa usted la religión cristiana y se hace llamar con orgullo hija de dios, devota de la virgen de Fátima y seguidora acérrima de la virgen del Carmen, asistente en cada misa y cada procesión de barrio donde no deja de ejercer su talento de observación y su misión evangelizadora de tanto ateo o creyente tibio. Usted que tanto criticó las redes sociales y que hoy las usa para propagar su fe, su moral y su ética desviada, al igual que su cinismo frente a la ciencia que insulta y que le sirve de canal. Ya teníamos claro que no éramos de su agrado y es por eso que venimos a agradecerle porque sin usted, hace tiempo seríamos terraplanistas, creyentes, fanáticos y faranduleros. Camanduleros, rezanderos, hipócritas... Sus opiniones nos importan porque nos dicen hacía donde no debemos mirar y a quienes debemos confianza. Si usted lo rechaza es apto para nuestros estándares, si usted habla mal de él es porque le atacó de alguna manera y ya nos cae bien. Si usted señala un camino, ese es el que hay que marcar como intransitable para no caer en sus garras. Lo que usted bendice nosotros lo maldecimos, lo que usted abraza nosotros lo estrujamos, lo que usted ama nosotros lo odiamos, lo que usted considera sagrado nosotros lo profanamos. No es gratis que la ética y la moral nos parezcan un asco, usted las profesa, aunque de dientes para afuera porque nadie es más perversa, criticona y solapada que usted. No es raro que nos den asco las fiestas programadas por su majestad para cada ítem que usted subraya y que no queramos hacer parte de sus caramelos ningún día de ninguna especie. Sus creencias las conocemos y nos parecen muy de su estilo por ello no nos apegamos a un dios judío, acadio, romano o indio, de ninguna parte o de ninguna imaginación porque los dioses son elucubraciones para explicar lo que hoy no necesitamos y usted es creyente. ¿Quiere más razones para nuestro ateísmo, nuestra amoralidad y nuestros vicios? Somos su antítesis.
viernes, 29 de noviembre de 2024
viernes, 22 de noviembre de 2024
Lecciones pesimistas para la crisis de la edad
Recordar es vivir dice el adagio popular y el que recuerda algo es porque en el acto se volvió viejo. ¿Cuándo se ha visto un mozuelo que recuerde siquiera donde vive o con quien se levanta? La primera cosa que hace el adulto promedio es recordar. El joven no quiere volverse adulto y el adulto no quiere volverse mayor y envejecer. El viejo no quiere morirse. ¿Qué nos hace viejos? ¿La edad o la memoria? Pues ambas pero la que confirma nuestra adultez, es nuestra responsabilidad que es el summum de la memoria. Me acuerdo que debo cumplir una cita, que debo llegar temprano por cortesía, que el licor me hace daño, que no puedo comer sal ni demasiada azúcar, que está muy tarde y trasnochar me hace daño, que tengo "responsabilidades" que el dinero no alcanza, que hay que pagar la renta, los servicios, el plan de datos, que tener sexo implica. ¿Han visto a la juventud preocuparse por eso? A las niñas no les salen arrugas y pueden comer por tres y no se inmuta su metabolismo activo. A los chicos no les importa mojarse bajo la lluvia o tener sexo en el corredor de la discoteca, ni el monkey pox, ni la guerra en Ucrania, ni el calentamiento global, ni el examen de matemáticas. La crisis de la edad se ve superada por la certeza de que la tierra ha dado bastantes vueltas al derredor del sol y por las preocupaciones que la sociedad impone: ¿Eres adulto? Trabaja, cómprate un coche y una casa, cásate, lábrate un porvenir. Búscate un trabajo digno, con futuro. Encuentra un macho que te domine, aprende las labores propias de tu sexo. ¿Tienes 25 y no te has casado? estás pasada. ¿Tienes 30 y aún vives con tus padres? eres una esponjilla, un bebé inmaduro. Cuando aceptamos estás verdades impuestas por la sociedad nos hemos vuelto maduros y nos embarcamos en el deber de cumplirlas y hacerlas cumplir a quienes nos rodean. He dicho, lo que nos hace viejos es la memoria y la responsabilidad que ésta nos impone. ¿Te pasa en este momento? Afrontas la crisis de la edad, la de los 20's, la de los 30's, la de los 40's, la de los 50's... ¿Cómo debemos afrontarla? El seguidor acérrimo de la superación personal y la programación neurolingüística pedirá que te pares frente al espejo y te digas "no estoy viejo" aunque el espejo te devuelva una arruga pasa y tu cuerpo muestre los signos de la decadencia: papada, barriga, patas de gallina, canas, ojeras, piel flácida. Los ascetas seguidores de la verdad te pedirán que te serenes, que adoptes los modos de tu edad y que aceptes los pormenores de tu edad. La sociedad te reclamará cordura y responsabilidad acordes a tu edad. ¿Yo? ¿Qué podría decir si ya estoy viejo y muy pronto senecto? tranquila mi bella Laura. sabes que lo escribí para ti y no pretendo borrar mi pesimismo de un brochazo. Estás vieja. ¿Quieres aceptarlo? adelante, no es tu obligación tanto como la necesidad de entender el proceso de envejecimiento. Olvídate de lo que pueda hacerte daño y cae en el abismo de la adicción: bebe hasta hartarte y luego pasa la borrachera con un Black Label, fornica hasta perderte y levántate con ganas de más, no llegues al trabajo, no cumplas tus obligaciones mensuales, vive bajo un puente, al día, por demanda y comprobarás que el tedio de enfrentarte a la crisis de la edad desaparecerá. ¿Por cuánto tiempo? Hasta que debas volver a la realidad y recuperar lo que la sociedad te indica se perdió por tus niñerías de hacer lo que te pluguiera o que mueras de haber llevado tu cuerpo al extremo. Ninguna de las perspectivas es buena y no debes ni tienes que tomar un camino que inevitablemente ha de cumplirse. Espera a volverte vieja o encuentra una vía de escape. Inexorablemente ambas terminan en el mismo punto.
lunes, 11 de noviembre de 2024
No es fácil ser dios
Para entender a dios he decidido ponerme en su armadura o en su peplo o túnica y salir a dar un paseo por el mundo. Primero nada de visitas al medio oriente que por allá la mayoría de la gente cree en otro viejo diferente que se hace llamar Alá y ni por el chiras visitar la península indostánica en la que abundan otros creyentes politeístas que no me hacen ninguna gracia. A los romanos y su imperio habré de perdonarlos porque ellos me impusieron como deidad única y eso no tiene precio. Pero la verdad mejor me voy a dar una vuelta por América como en la canción de mi hijo predilecto, más concretamente por Medellín y el barrio Jesús Nazareno que me recuerda a mí mismo que soy yo mismo en todas partes. No se asusten ni les moleste que un poco más de la mitad de los barrios del mundo se llamen como mis fieles o como yo mismo: Santa Teresa, San Francisco, San Jorge, San Bartolomé, San Fernando, María Inmaculada, Santa Cruz, San Fermín, El Carmen, Santa Ana... Eso se nota a leguas como me quieren que hasta a sus hijos los bautizan con apelativos míos y Jesuses y Marías puedo contar en el mundo con una buena tajada. No puedo salir a la calle como yo mismo, así que me disfrazo de lo que más repudian los cristianos: un metalero, pero me niego a llevar símbolos que me perviertan así sean parte de la indumentaria. Empiezo por Cundinamarca y lo que me encuentro es a un gran número de cristianos en la calle, consumidos por los vicios, en medio de la basura, sucios, desharrapados y hediondos. Por mi gracia divina y mi poder sobre las cosas les descargo un rayo que los fulmina a todos en un instante, aunque no paro de hallármelos en cada esquina ofreciendo con voz tétrica: Ruedas, perico, blones: rayos para todos. Me subo a Carabobo al empezar a llegar al centro y me encuentro con un montón de autos mal estacionados sobre el andén, en doble fila y hasta en triple y con mis excelsos poderes, no como en aquella vez del templo que fue a látigo limpio, elimino a cada pazguato con todo y su andamiaje para que quede el paso a los transeúntes. No he pasado dos calles y me topo con que la acera la ocupan los talleres y los mecánicos ambulantes que desarman trastos inservibles y las prueban en la ciclovía y por donde pasar no hay, así que decido borrar a cada uno de esos mecánicos con sus grasientas pintas y a sus estorbos y la calle queda como en las épocas de Belén, limpias de lo desiertas. Pasan taxistas y motociclistas con amplificadores a taco y a todo pulmón que no me dejan disfrutar del sonido de los pájaros y decido borrarlos, a todos, los que tengan que llevar bafle o móvil a todo taco se mueren hoy con un rayo poderoso y envío al mundo miles más de rayos poderosos que vayan cayendo mientras suena el baile: Todo el que prenda un amplificador para molestar la vida ajena que le llueva del cielo uno de estos. Me atravieso Juanambú y aquí los vendedores ambulantes han burlado el paso peatonal, que la calle es peatonal pero los quioscos de ventas han ocupado más de lo que se les asignó y por ello descargo mi furia contra todo usurpador del canal del camino, todo el que tenga una caja de más, un plástico, un colgandejo o una carpa, le fulmino con el rayo divino así como a sus cosas estorbosas, tal cual en el templo de Jerusalén, pero hoy es con rayos fulminantes. No falta el motociclista que me pita detrás, pero a esos no les dejo pitar dos veces porque ahí mismito caen fulminados con sus bellacas invenciones. No me lo creerán pero al final de la calle, ya al salir al parque Botero me pillo un taxista estacionado bajo las escaleras de emergencia del Miguel de Aguinaga y otro que ya se va saliendo de prisa a La Playa por la peatonal y a ambos los fulmino con sus cachivaches. La Playa no es mejor y antes de entrar al Botero me doy una vuelta por Cundinamarca donde los bares tienen su música a pleno volumen y las prostitutas feas y lindas enseñan más de lo que yo alguna vez les puse de una costilla de Adán. Rayos y centellas descargué para desaparecerlos a todos y a todas: putas, putitos, borrachines, raspachines, alcohólicos, gamines, repartidores, vendedores, sacoleros, travestis y cabrones. Todos por igual recibieron el rayo fulminante que los redimió o los envió al infierno. Me devuelvo por la calle lateral del Museo de Antioquia y ahí si me da furia y reparto rayos a diestra y siniestra: al vendedor de antenas que coge todos los canales, al que me ofrece un celular chileno o una cámara fotográfica o al que me ofrece un recordatorio de gordas o una foto de 20.000 como recuerdo, al que estafa con "dónde está la bolita" a las otras 200 prostitutas, a los travestis que se bambolean impunemente, al que se me arrima a ofrecerme bluyines de bodega y almuerzos baratos "con todo respeto", al que me pone en la cara un menú, a los policías que no hacen nada, al rapador que se le ve en la cara, a los 14.000 mendigos y a los que, al lado de sus hijos piden una caridad. Yo no mandé a mi creación a envilecerse. Me regreso a mi cielo por que una sola caminata por Medellín me dieron ganas de desaparecerlos a todos con un diluvio o con una lluvia de fuego. Allá tengo que escuchar cuanta barbaridad me piden, cuanta estupidez aducen y la plañidera es día y noche. Fortuna me da que hace tiempo cerré el consultorio y mi trabajo lo hacen los santos y las advocaciones porque qué mamera ser dios. Cerré el diálogo y ya había dicho yo que si fuese Zeus Tonante o Thor, mi camino quedaría marcado por gente y cosas chamuscadas todo el día, todos los días. ¿Han pensado en ese dios del que hablan ustedes, todo el día recibiendo peticiones de salud, de riqueza, de ayuda, de pésame, de consuelo, de cambio de rostro, de aumento de senos, de marido, de novia, de amante, de un falso positivo? En verdad que no es fácil ser dios.
sábado, 9 de noviembre de 2024
Hater por amor
Se me ocurre decir que el fútbol, la religión, el escándalo y la "mala vibra" son cosas que no tolero y a Camilo se le ocurre decir que cada perro se junta con su manada. Alude el dicho a que si me junto con gente que habla de lectura, de ciencia y de "buena vibra" estaré en la manada que me corresponde, incluso dijo mi amigo que debería hacer una manada con ciertos personajes a los que yo he seguido y que pretendía, él en su sano juicio, el juntarme con ellos. Yo no quiero defenderme. Justo de eso se trata la opinión y el gusto, aunque yo mismo haya repetido en mil ocasiones que simplemente es lo que nos marcó en el momento de la carga de archivos, en la juventud, en la adolescencia, en lo que nos metieron en el disco duro. Quisiera agregar y puede parecer defensa, que yo no puedo tolerarme a esos que mencionó. Me caen bien, son pensadores hasta lo que puedo interpretar y dicen lo suyo sin esperar que otro los atienda, apáticos la mayoría, cínicos, intolerantes ¡casi como yo! ¿Qué haría yo a su lado sino parecerme a la masa que ataco y critico? Yo no sigo a la masa porque me aburre. No soy religioso porque me molesta el control que esta ejerce sobre la voluntad y sobre el albedrío del que soy dueño y toda creencia es puerilidad expuesta. Me gusta el baloncesto pero no estoy pegado de los partidos de la NBA ni de los jugadores más sobresalientes según la farándula deportiva. Me encantan las artes de guerra pero sé lo que son y no me interesa pagar una suscripción al canal SPN de las artes marciales mixtas. No me venga con la comparación con los fanáticos del fútbol o del deporte que sea, aunque los más molestos son los del fútbol. Parados frente a una pantalla de televisión gritando y sufriendo por la anotación en cada esquina y con toda la banda de transmisión ocupada, la calle inundada de fanáticos gritando o con camisas del mismo equipo me pone de mal genio. Pero tengo que aclarar que lo que me molesta de esas cosas es la idea de masa, el control que se ejerce sobre esa parvada inocente ¿Deben existir pensadores y lectores que gustan del deporte reina? No lo dudo. Igual me molestan. Por poco no acepto las ideas de Evaristo porque es hincha del fútbol, aunque su ceguera no llega hasta allá y por lo menos compuso "gol en el campo y paz en la tierra" que es el summum de lo que la política logra con las federaciones de fútbol. Camüs fue acérrimo deportista y arquero antes de "El extranjero" y hasta después supongo, y por poco no le tolero esa indiscreción, ese relente de masa. Entiéndaseme: lo que me molesta de lo que hace la gente en conjunto es ese vaho pútrido de rebaño, ese miasma que me parece impuro. ¿Cómo puede el gran Víctor hugo haber tenido tiempo para escribir si andaba en la cochera pública? ¿De que manera andaba libre de pensamiento Feynman para sus teorías si su tiempo lo dedicaba a emocionarse frente a una pantalla gritando oles a su equipo? No me cuadra. En lo que a mí respecta los gustos impuestos por el redil que los siga el que desee. Yo no puedo más que apartarme y ofrecer mi desprecio que poco vale. Tomo lo que me alimenta la rabia y desecho conocer cualquiera que otro diga que piensa como yo. No soportaría a Mauricio Schwarz ni a Lorenzo Morales ni a Daniel F... Y los que se siguen. Las masas se buscan, los pensadores se apartan, sobre todo los pensadores como yo que no tenemos más profundidad mental que la arrogancia, el desprecio de lo cotidiano y la desconfianza de todo lo que huela a grey. Alguna vez lo dije y voy a repetirlo, lo aplico en mi vida, lo aplico en lo que oigo, lo aplico en lo que leo, lo aplico en lo que escribo y en lo que compongo, he de suponer que el día en que la masa estúpida abandone la religión o el fútbol sea un deportucho como el curling, yo, para no seguir la masa de ojos abiertos me haré creyente y seguidor del deportivo Tapitas y el Atlético Inodoro. Cuando voy por una calle me fijo muy bien, si todos van en mi dirección, el que está equivocado soy yo.
PS: Eso de "mala vibra" está entre comillas porque alguien lo dijo y me parece estúpido el creer y pregonar que hay malas vibras, son como el ki de las artes marciales y el Prana del hinduismo, es decir, como el alma de los cristianos... cosas inexistentes e improbables.
PS 2: Ahh claro, yo no coleccioné el álbum de Panini, Tampoco tengo a todos los superhéroes en una lista con sus identidades secretas, sus debilidades y fortalezas, menos tengo figuritas de las estrellas de la MMA o de a WWF. Tampoco colecciono libros de pensadores, ni el Panini de los escritores. ¿Hasta donde soy fanático de Vargas Vila o de Cioran, de Evaristo o de Jello? No caigo en el juego, pero es mi maldita humilde opinión.
PS 3: Por estos días recorriendo tierra cafetera nos encontramos con alguien que conocía de mano a Daniel F. Los comentarios sobre el hombre fueron duros: apático, antipático, soberbio, engañabobos... No hay problema, casi lo mismo piensa de mí un montón de gente que nunca he conocido.
domingo, 3 de noviembre de 2024
La Tolerancia. Un análisis sin tolerancia
Primero hay que definir la tolerancia para poder empezar con algo que yo entienda y aparecen dos definiciones sencillas, descartando aquella de "capacidad de un organismo para resistir ciertas sustancias, alimentos o medicamentos" o drogas. "Respeto a las ideas, creencias o prácticas de los demás cuando son diferentes o contrarias a las propias". "Permitir algo que no se tiene por lícito sin aprobarlo expresamente". ¡Ay! ¿Para donde irá este insermo? ¿Por qué hay que ser tolerante? Porque sin la tolerancia aplicada y entendida aquí, que aún la que quise excluir se aplica, ésta raza de homínidos se habría arrancado la cabeza los unos a los otros ¿Por qué me tengo que aguantar un vecino escandaloso, un robo flagrante o el voto democrático? Por qué el que no aguanta esas cosas, el que no las soporta y habla muy duro y se rebela contra el ruido y denuncia, lo más seguro es que no viva demasiado y ahí les dejo el ejemplo de Prigozhin, Jesús de Belén y M. L. K. No todos con la misma importancia y no necesariamente tienen que ser buenas personas, que eso de "buenas personas" es un término relativo que toca tolerar. Sí. Hay que ser tolerante con la religión donde abundan los tarugos que repiten cuanto amó dios al mundo que le dio al hijo de sus entrañas y con la que piensa que la trinidad tiene un dios destructor y con la que asegura que el verdadero dios de los justos es el suyo y con toda absurda creencia islamojudeocristiana y cualquiera sectilla paralela o transversal. Si usted no se confiesa ateo lo acaban a reconvenciones e invitaciones a las sesiones de adoración de sus dioses y siéntase privilegiado si no lo aíslan porque las religiones que piden tolerancia, son, per se, intolerantes. Entiéndase que la declaración de ateo fácilmente es para para evitar que lo reconvencionen. Todos los seguidores de Alá, Dios O Jehová, están acostumbrado a tales vilezas que toca tolerar y a agachar la cabeza y a temer, que son consecuencias de dicha tolerancia, también dizque hay que tolerarlos. Entendamos que los mismos que realizan tremendos carnavales en las calles, que se provechan de la capacidad de los amplificadores y de sus licencias para vender licor son, principalmente, cristianos y creyentes cuyas ideas sobre reguetón, tango, vallenato y chucu chucu son que existen para el regocijo humano y que todos quieren quedarse sordos oyendo tales esperpentos auditivos y escuchando semejantes bodrios que toca tolerar. Y le apunto al tema que no es central, los votantes son creyentes, de todos los tipos, se creen las mentiras de sus dioses y las mentiras de sus candidatos y su inocencia es tal que cada cuatro años hacen campaña junto a sus candidatos para oír de nuevo como se habrán de sacrificar por la paz, cómo aman a los mismos dioses que ellos y como son mártires de su causa y adalides de la virtud y... toca tolerarlos. La tolerancia es recomendada por las religiones, por las ONG's y por los gobernantes. ¿Por qué entonces algunos no somos tolerantes? Justo por eso, por que quienes recomiendan la tolerancia son los mismos a los que hay que tolerar. Son los mismos que piden tolerancia los que son escandalosos a más no poder porque ya descubrieron la fórmula que les evita caer como moscas. Ser tolerante es dejar que te pisen sin emitir un sonido, ser tolerante es abrazar al que te persigue y poner la otra mejilla al bofetón. Ninguna de esas las recomiendo. Quienes son tolerantes son los pobres ingenuos que les prometieron que por tal tolerancia ocuparían el reino de los cielos. ¿Qué tengo yo que ver con cielos o promesas baladíes? Los tolerantes son los que hacen la fila, los que pagan impuestos, los que prenden el televisor en las noticias nacionales, los que saben quien se enriquece y no lo gritan, los que ven el asalto o la violación y toman la calle opuesta, los que reconocen a los asesinos y callan. No, no quiero ser tolerante y no comparto la tolerancia. Ser tolerante es aguantarse en la calle 32 pordioseros por hora: uno pide por la herida, otro por la patria, otro para alimentar cuatro mastines que te miran con deseo, otro solamente pide porque sí, otra por que tiene un hijo en brazos, otro porque tiene una discapacidad, otro porque canta bonito y otros 20 te venden diferentes utilidades y tentempiés como bolsas para la basura, bolsas para el mercado, filtros de lavabo y confites. Ser tolerante es soportar los 32 bares de la calle Tejelo cada uno al taco y con música diferente o si alguno sabe de "cuadra picha" en Bogotá queda ejemplificado. Ser tolerante es recibir en cada conversación, colaboración, deuda y trabajo el "dios se lo pague" cuando ese señor no tiene cuentas conmigo y la inevitable muletilla "gracias a dios" que todo maldito cristiano esgrime para no cargar con responsabilidades. Ya bastante tolerante soy cuando me tengo que aguantar esos presidentes ─que a decir de Vallejo son primeras damas─ que eligen justo los más tolerantes. Bastante les tengo que aguantar los tres mil inventos de impuestos, seguros obligatorios, cuatros por mil y peajitos sociales, con prediales, pases, permisos, pasaportes y demás inventos para hacer más engorrosa la vida en este valle de lágrimas y claro, para robar parejo que es lo que hace la democracia. Bastante tengo con tolerar a mis vecinos: creyentes, cristianos y demócratas, escuchadores compulsivos de reguetón y vallenatos a todo taco como lo manda la ley del más abusivo. Tolero al abusivo que estaciona en la acera o cierra una calle, incluido el andén y al que le tira el vehículo al peatón con el semáforo del viandante en verde. Tolero al imbécil que defiende la policía y les dice "Qué bonita labor realizan" y al que defiende a ultranza al hombre del corazón grande que no tiene la culpa de nada. Tolero al vallenatero hablando pestes del género que escucho No, nunca tolere, grite su descontento.
PS: Comentario aparte ¿Qué les parece la cerrada del centro de Medellín con vallas? ayer que pasaba tenían cercadas a todas las vendedoras de placer, a los machos proactivos y a los ladrones de corbata. Una treintena de policías charlaba amistosamente con los mismos ladrones. Las cafeterías y tiendas, desoladas y el tremendo impacto: hay que salir y entrar por donde mande la justicia. También toca aguantárselos. Tolerancia dios mío, ¡Qué aberración!
PS 2: La paradoja de la tolerancia dice que la tolerancia absoluta es base de la intolerancia pues tolera a esta última y la alienta.
PS 3: Ayer en la noche pasábamos por un sitio donde nos encontramos con unos metaleros de raca mandaca, o por lo menos eso es lo que ellos afirman. Uno se quejo: Vea a mí el punk no me gusta y nunca me va a gustar esa basura. Yo no me sentí aludido y hasta estuve de acuerdo, no porque sea muy tolerante, es que estoy de acuerdo que el punk es una basura y el metal, sobre todo el oscuro y pesado negro, el vallenato, el chucuchucu...
PS 4: ¿Será que si dejamos de lado la tolerancia mañana nos estamos matando por cualquier cosa? Ya lo estamos haciendo y aun así ya tenemos que tolerar a los más intolerantes de todos: los creyentes.