Soy un ser humano simple, algunos preguntan que tan simple y yo no me atrevo sino a explicarme a mí mismo, que es la razón por la cual dejo estas memorias editadas en red y de seguro hasta publicadas piratamente como ha sido nuestra vida: pirata. Soy simple, no distingo más allá de tres colores básicos junto con el blanco y el negro; toda la demás gama me sobra: el azul perlado y el rojo Góngora, como el lila claro y el amarillo pardo; todos ellos me son indiferentes tanto en mi vestir como en mi trajinar. Puedo decir pues, que la pintura, si no es en modo alguno rebelde o interpretativa me deja sin pulso; los colores, las acuarelas, retratos y autorretratos, pintas y bodegones me parecen la cosa más simple del planeta: un artista de pintura no es más que un elemento que sabe pintar como otro sabe cantar u orar. Ningún artista ha provocado en mí más que la baba de aquel que por gracia desconoce el arte de la pintura y escultura y, el respeto por lo que hace; nunca un desmayo franquista por haber visto el grito, las demoiselles, las meninas o el discóbolo. Mi sentido del gusto es aún más simple: o las cosas están comestibles o no lo están; amargas, ácidas, dulces y cualesquier combinación me es inocua: buena o mala comida. Mi gusto no es muy exigente al igual que mi olfato que huele lo que le digan: ve salchicha y a eso le huele; mi cerebro tiene una plantilla de olores que ve y decide que olor asignarle, no es estricto, pero es útil, incluso tiende bastante a equivocarse y he confundido un jugo de guayaba con uno de mango. En mi caso es totalmente indiferente que líquido consuma mientras no sufra de sed. En cuanto a vestimenta si que soy simple, un pantalón grueso y una camisa o buzo de colores simples -por favor- las combinaciones, ajuares, adornos, orlas, manillas, decoraciones, estampados y demás me son indiferentes al nivel geométrico. Me basta con que tengan bolsillos para guardar lo que encuentre a mi paso. No necesito televisión, radio, celular, teléfono fijo o planes de minutos y datos; puedo vivir desconectado siempre, o de vez en cuando una conexión -pirata- me sirve para enterarme de una que otra cosa importante. Aseguro que puedo vivir alumbrado con velas, mientras el agua fluya hasta mis aposentos, no me hace falta nada más. -Por cierto que me encantaría dejar de aportarle a EPM y jamás tener que ver más con ellos, pero mi mundo aislado aún es un sueño- En cuanto a sentimientos soy igual de simple: el amor, el odio, el cariño, se viven mientras se tiene, si alguien se va, que le vaya muy bien; de seguro la tierra no se detendrá, aún dormiré, aún respiraré y aún la pasaré bien. Así que adiós mi amor que te vaya muy bien; los dramas humanos me son ajenos, no me arrodillo ante el dolor del mundo, miro desde una posición alta en la que la supervivencia manda y expreso que todos debemos morir, ya de hambre o asesinados; ya de orgullo o de humillación; juntos o revueltos, solos o acompañados...
En cuanto al sexo tampoco soy exigente o rencoroso, trato de dar y recibir placer y no ostentar títulos de propiedad sobre nadie ni imponerlos, ni solicitarlos, ni exponerlos, ni prender banderitas sobre tal o cual... cada uno se pertenece y ni siquiera los animales que han cohabitado conmigo han sido míos: "tengo un perro...tengo un zapato..." por ahí hay una tortuga que se cuida sola y a veces compartimos la comida como amigos. En música me basta con que no exista la estridencia, creo firmemente que si alguien puede repetir varias veces la misma sucesión de ruidos, está haciendo música. A mí me gusta la música que diga, con sentido, crítica, que taladre cerebros, que explique, que exija. Si son tres acordes o dos no me importa. El 99% de la humanidad no es capaz de realizar los vertiginosos acordes, quintas o punteos del metal y mucho menos entenderlos, así que no me cautivan -estoy en ese 99%- No concluyo, me queda tela por cortar.
No hay comentarios:
Publicar un comentario