Esconderse de la humanidad

Cuanto podemos dar por irnos a un sitio donde podamos sobrevivir, leer y no volver a saber nada de la humanidad. Yo, la verdad, me apunto a ese viaje. Una colonia de unas 10 personas o 20. aisladas en un Falansterio, produciendo lo que cada uno necesita, pastoreo simple, siembra y recolección, cerca a una playa o a un río limpio y lejos del ruido, cada uno en su propio vivac a kilómetros de distancia el uno del otro, con la interacción mínima del sustento y voilá -sé que es el otro acento pero nunca lo encuentro- el mundo libre. Adiós policías, leyes o represiones, impuestos o el tenerse que aguantar al otro porque sí. Yo incluso pensaría en un lugar tan apartado que las únicas leyes a cumplir sean las de la física y las del recato mismo, es decir, me baño si me da la gana, arreglo el vivac si me apetece y así.... ¿Que maravilla! Se puede hacer, yo por ejemplo vivo en zona apartada, pero debo tratar con seres humanos pues mi trabajo consiste en ello y lo hago; interacción mínima, mínimo de tiempo y el resto es para mí solo, en una cabaña apartada donde no llega el mundanal ruido, ni las penas del mundo. Claro, salgo, bajo a Medellín, tomo con mis amigos -los pocos que me quedan- voy a las presentaciones del grupo, aprovecho para escribir y enviar estos documentos en línea para todos los que se apuntan y trato de verme con mis hijos o nietos (ese caso casi nunca se da porque todos viven muy ocupados en sus asuntos). Bueno el caso es que las interacciones se dan porque vivimos en un mundo de interacciones: la familia, los compañeros de trabajo, las continuas transportaciones por diferentes medios: el bus, el taxi, la escalera; la compra de los víveres, los vecinos en fin. Todo eso es molesto y la soledad es bella. Pues alguno dirá: ¡Váyase maldita sea, aléjese de todos! y debo responder que me es difícil por mis ocupaciones y labores de las cuales subsisto y vivo; pero, he encontrado maneras de pasar desapercibido o de evitar las interacciones sin ser demasiado grosero. hace unos días me regalaron un reproductor mp3 y cargue en él la música de mis acústicos, de GP y la de Punkies, algo del Kennedys antiguo y lo de la Polla, un poco de Marea y el Show no mercy de Slayer como el The Wall de Pink Floyd. En resumen me hice una banda sonora y me fui escuchando música hasta Málaga. La interacción fue mínima, aunque nada tengo contra mis muchachos, lo maravilloso fue cuando entré al trabajo y el llevar audífonos evitó que la interacción durara más que lo suficiente. Ante una pregunta me quitaba un audífono y pedía que se me repitiera la pregunta, contestaba con un  sí o un no y listo. Llevé un libro y le dediqué más tiempo a la lectura del que normalmente puedo. Supongo que algunos me hablaron y al ver que no obtenían respuesta, se daban por vencidos y me dejaban en paz. Supongo que en la calle alguien me saludó o me insultó y, gratamente, yo no lo escuché, ni me importó. Aislarse es posible!!!. Sin querer hallé en mi bolsillo una cámara de respiración Respro y me la puse y me llevé otra grata sorpresa, también evita las interacciones innecesarias. Seguí buscando métodos y encontré las bufandas y las balaclavas, las gafas oscuras y el adoptar una cara de perro pitbull dispuesto a atacar. Sentarse en la banca independiente en las busetas, la que va sola, aunque está el incoveniente de que no todas la traen. Hallé unos tapones de oídos que equivalen a la desaparición de ese sentido y es maravillosos no tener que escuchar conversaciones o gritos o cantos ajenos, sobre todo en la época en la que todos oyen "jarretón" o rap. El desaparecer por completo de las redes sociales, e incluso el no contestar el teléfono sino a contadas ocasiones -mis amigos dicen: "mejor diga que no tiene teléfono que usted nunca contesta esa porquería"- Las respuestas secas: Sí. O no y ya. Evitar los saludos más allá de un pequeño levantamiento de la cabeza o una seña con la mano. No preguntar por parientes o amigos o fiestas o vacaciones por cortesía. No se olviden que la gente es social por naturaleza y les dice uno ¿Cómo estás? y se sientan y te cuentan su vida entera. Tal vez hayan más formas de esconderse de la humanidad. Morirse es una muy buena, pero por el momento, si alguien se entera de otra, avísenme.