Yo aquí siempre me he sentado -es la posición en la que les escribo- a despotricar de todos y de todo, nunca me he sentado a defender a nadie ni a nada y no es que vaya a empezar ahora, es más, mi propósito siempre es ofender a alguien o caerle a alguien en la crisma para asentarle una impronta, pero hoy vengo es a poner al mismo nivel a todos los gustos y los placeres. He defendido el acto puro de pensar y analizar bajo la luz de la razón todas las cosas, pero también creo que podemos defender las cosas que no tienen razón ni sentido común, el "pero" tiene un baile y la razón no tiene sentido común. He defendido el rock y atacado el reguetton -que me disculpen si no se escribe así- pero ¿que diferencia hay entre dos sonidos atronadores? Los malditos humanos todos quieren imponer su estilo musical y como los costeños llegan con sus aparatos de sonido a todo taco y eso no salva a ninguno, porque hasta los que se ponen audífonos o tienen amplificadores personales, quieren mostrarle al mundo lo que oyen, imponerle al mundo lo que oyen y enseñarle, al otro de la tribu, lo que deben oír si quieren ser aceptados en la tribu que los aceptó a ellos. ¿Las canciones de reguetton son ridículas y torpemente sexuales? ¿dónde me deja las ridículas y torpes canciones sexuales del rock, las infantiles letras satánicas del metal y las pueriles amenazas del punk? No me hagan traducir la letra de "Black Betty" de Ram Jam, "The antichrist" de Slayer o "Black leather monster" de Plasmatics. Las letras de Nirvana o las del "Cacique de la junta" no parecen tener tal profundidad como quisiera o simplemente son sonsonetes repetitivos como "ponle a tu cuerpo alegría Macarena" y "estás pegao" o "mesa que más aplauda". La verdad es que más parecen consignas que nos quieren hacer aprender para hacer más patente la manipulación mental de la, torpemente mal llamada PNL. Mi placer por una buena letra, coherente y consecuente sólo ha sido llenada por Jello Biafra y Evaristo Páramos y claro, una que otra buena letra de rock como "el viento del poniente", "hijos de Caín", "Desde mi tumba"... En fin, con las cuales me siento representado. Pero, que a mí me guste así y a usted asa, no cambia nada. Si yo colecciono conocimientos y usted estampitas de la virgen ¿Cuál es la diferencia? Si usted oye Vallenatos y yo Corridos ¿qué afán de decir que somos de tribus diferentes? No cambia nada que a usted le guste jugar tragamonedas o juegos de video a que a mí me guste perder mi tiempo leyendo. No es diferente que usted lea literatura de misterio, mística y religiosa y yo prefiera las lectura de historia y de ciencia. No cambia nada que mi trabajo sea enseñar y el suyo apretar tuercas -los dos vivimos con unos preceptos y de ellos nos aprovechamos- o que en el mismo trabajo cada cual asuma su tarea de manera diferente: Siempre he visto mal al profesor que mantiene a sus alumnos en películas, porque ese profesor está desquitando su salario con una derivación, por así decirlo, de su deber y no dudo que hayan películas que enseñen más que ciertos profesores. Que yo lo vea mal no es problema, estoy en mi derecho y ellos pueden ver mal mi actitud frente a otras cosas. Yo por ejemplo, hablo demasiado y comparto muchas historias y cuentos y a veces, por estar haciendo mi labor de profesor, olvido enseñar los temas del pensum. En fin, si a usted le gusta creer en un palito "cagao" o en un crucifijo o en una estampa y a mí me da por atacarlos a todos: ¿Qué? mi religión es no tener ninguna ni aceptar ninguna, pero eso no cambia mi postura fanática, ni mi creencia en que soy yo quien está en lo correcto. Cada uno de nosotros está en lo correcto o eso pensamos y por eso nos podemos soportar y soportamos al otro que creemos en un escalón más bajo que el nuestro. A mí me da una risa cuando oigo en la calle al seguidor de Maluma: "Oiga que letrota" igualito hacemos nosotros con "We're not gonna take it" o con "Lunacy" y lo mismo hacen los reguettoneros con... Bueno, con lo de ellos. Espero que me hayan entendido y sobre todo espero haberme entendido a mi mismo: Somos seres humanos, peor cosa no podríamos ser y lo que hagamos, oigamos, digamos, coleccionemos o deseemos tiene sin cuidado al universo y lo peor es que, a veces, nos agarramos a discutir por algo tan nimio como el gusto musical o la forma de pronunciar una palabra.
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