viernes, 14 de septiembre de 2018

Igualdad

No sé quien dijo que no hay nada más igualitario que la muerte, pero es un pensamiento tan fino que pudo ser cualesquiera, Vargas Vila, Diderot o Nietzsche... No importa, fue pensando en ella y en aquella de Diógenes cuando sopesaba un cráneo o unos huesos y aseveró que no se diferenciaban en nada de los de un mendigo o de un tirano o de un rey. Perdón por ser tan apócrifo, pero esta cosa no se trata de precisión y la memoria comienza a fallarme. Resulta que la pregunta de mi conciencia es ¿que otra cosa es tan igualitaria como la muerte? Debería empezar por pelear conmigo mismo, porque muerto uno, que importa lo que le pase al cadáver, pero fíjense bien en los entierros de Lady Di, Jhon Lennon o el del capo Pablo. Compárense con las exequias fúnebres de Pedro Páramo o de Rudesindo Cristancho... Nada que ver. Hasta la muerte inmunda es especial con los que tienen dinero o se han forjado imágenes sagradas o el pueblo imbécil les rinde homenaje por alguna tímida razón a la que hoy, no me interesa llegar. El punto más o menos clave es que no existe nadie que pueda escaparse de la muerte y a todos nos toca por lo menos una, aunque no sea tan alabada como la de ciertos cantantes de vallenatos y cumbias o rockeros y salseros o estrellas de la farándula. Hablando de esa igualdad todos podemos respirar, a todos nos llega el aire y con la misma concentración, unos más contaminados que otros, pero la respiración, mientras nuestros pulmones puedan, es otro síntoma de igualdad; Y mal que bien todos somos libres de caminar, aunque existan sitios prohibidos, barrios y calles inaccesibles, nadie nos niega el derecho a movernos y aunque las secretarias de movilidad impongan comparendos y partes, aún podemos movernos con una cierta libertad -No olviden que yo predije en el DIES IRAE que algún día deberíamos llevar chaleco y casco para beber en la calle y pagaríamos impuestos por respirar y sigo en ese sostenido- por diversos espacios; Leer es igualitario, aunque hay libros prohibidos, ya no existe el Index librorum prohibitorum et derogatorum, no falta la mamá o el cura que nieguen la posibilidad u ofrezcan la excomunión por leer a Vargas Vila o a Darwin por ser contrarios a la biblia, primero hay que saber leer y acceder al texto, pero leer es libre e igualitario, que unos se queden en las aventuras del capitán Tomate y otros puedan leer la teoría del caos -el entendimiento no es igualitario ni universal- y absorberla y hasta explicarla en términos más sencillos no es de mi incumbencia; todos son libres de expresar el amor y de hacer el ridículo, no hacerlo por trauma o confusión no cuenta en mis igualdades, en general podemos hablar de nacer parejos: cabeza, tronco y extremidades; puntos de más, un pie de menos, extremidades más cortas y otras taras nos proponen un desafío especial, pero dentro de lo normal, con un equipamento estándar alcanzado al nacer podemos hacer cuantos ridículos nos parezcan, claro es que si sabemos que vamos a hacerlo no lo haríamos, pero libres somos para decir cuanta bobada se nos ocurra. Viéndolo bien todos somos libres de matarnos como y cuando nos plazca, mientras no estemos pensando en usar una bomba atómica; a todos, mal que bien, dejando de lado amenazas y excomuniones, se nos permite, queriéndolo, cesar nuestra vida; no es legal, pero la justicia si lo desea, puede meter el cadáver a la cárcel. Todos tenemos un puesto en la "pirámide social" que es un triángulo social. Hasta el más pobre y harapiento puede acceder a ella y hacer parte de un país. Todos nacemos en algún lado así que la nacionalidad es igualitaria, aunque uno no quiera tenerla, es decir y se vale porque no creo en los seres extraterrenos, todos somos terrícolas -por el momento- y es más todos somos solarianos, brazoarguianos y vialactéanos e incluso todos somos y podemos portar un carné que nos acredite haber nacido en este universo. Creo firmemente que cada uno es libre de elegir sus dioses, así que allí hay una igualdad sin tacha; que conservemos los dioses de nuestros padres o que haya culturas con inquisiciones que impongan tal o cual no me cuenta porque existe la hipocresía y la mentira...
Si, es difícil encontrar cosas en las que somos iguales. La cacareada igualdad es un fiasco, la desigualdad es la norma y tal desigualdad está impuesta por la pirámide social, mientras más arriba menos igual.

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