Padezco de alzaimer

Óiganme, a mí ni me gusta burlarme, lo juró, aunque eso de jurar sea tan ridículo. Lo juró por la vida de mi suegra. Además me toca volver sobre el lenguaje y la norma establecida y es que me imaginé un cartel de búsqueda con despampanantes letras, letras pidiendo piedad y ayuda para buscar a un anciano que sufre de "alceimer" y no es de burlarse del pariente que no sabe como se escribe la enfermedad, porque estoy seguro que el mismo paciente no sabe la grafía correcta y si la sabía, lo más seguro es que la olvidó y bueno, a él no se le puede acusar más que de padecer "alsaimer" aunque se hayan equivocado y sea "Parquinson": "El señor en la foto desapareció el 12 del presente mes. Para más señales sufre de alzamer". Es claro que el miedo, el estrés y la desesperación no necesitan de un corrector ortográfico ni caer en cuenta lo difícil que es reconocer a una persona que sufre de "alzahmer" sobre todo si uno se encuentra al señor y le pregunta que si sufre de ahlzaimer, pues la respuesta debe ser que no se acuerda y si se acuerda pues no sabe que rara enfermedad es esa. Resulta más fácil reconocer a una persona que padezca el mal de san vito. Eso nos compromete de nuevo a retomar las normas de escritura y hasta las pronunciaciones y preguntarnos que tan importantes son las tildes y las grafías. Seguro que puede deducirse bastante del contexto y entenderlo sin hacer bromas sobre ello, pero yo empiezo con una que vi en red, una señora hermosa lleva una camiseta que reza orgullosamente: "Mama con corazón" y en otra un anuncio de un automóvil rezaba "Bebe a bordo". Todos estamos claros que por contexto, un hijo orgulloso le regaló una camiseta a su madre para que se enorgulleciera y que un padre orgulloso de ser un macho de crianza, publica que en el auto viaja el fruto de su simiente. Dudo que un señor agente de tránsito le imponga un comparendo al hombre que anuncia descaradamente que su carro es bar o que sea motivo de informe la imbecilidad del impresor al hacer publicidad y la del publicista mismo. Pero no dudo que la bella madre sea carne de cañón de cuanto peripato se considere defensor de la lengua y le pida demostrar sus habilidades. Yo no sé los demás, pero yo prefiero ir donde "se arreglan llantas" porque la disculpa del otro que arregla yantas es que me convirtió una en la otra y aunque ambos sean dos macheteros sin trabajo. Es, aunque sea una comparación burda para muchos, como cuando un mecánico entrenado ve que la llave de combate en un taller es la llave de expansión, conocida como "la llave del bobo". Si uno sabe que es una tuerca de 10 mm o de 3/8, debe usar tal llave, la ignorancia en tales aspectos de medidas, se resuelve usando una llave que toma una determinada franja de aberturas, con las consecuencias de la destrucción del perfil de la tuerca y una pésima aplicación de palanca, lo que puede dar como resultado un tornillo roto. Para el común de la gente no es importante la ortografía y los profesores nos encargamos de que los chicos la manejen lo mejor posible y, a veces, de pasarles nuestros horrores ortográficos o nuestros vicios y traumas, pero fuera de la academia las disculpas sobran: "¿me entendió o no?" "mayúsculas no necesitan tildes" "los nombres propios no tienen ortografía" "eso es lo mismo" y la que esgrimió nuestro Nobel: "la lectura del contexto nos aclara todo" y la que yo esgrimo hoy: "es que padezco de alzhaimer". Mal de muchos consuelo de tontos. Escrivan como kieran, agan lo que se les venga en ghana, buelvasen mas sinples ke el agua, aserquesen mas a la vestia, que mientras menos le exigamos a nuestro serevro, mas simple se bolbera y con seguridad su ebolusion asia un momento mas elebado cera inevitavle.

PS: Da igual si usan un alicate de presión o una llave para tubos en una tuerca o una llave hexagonal milimétrica en una cabeza allen en pulgadas. Ah y no siempre una mala escritura revela un mal trabajador, pero una buena escritura empieza por hablar bien del trabajo.

PS 2: Existen ejercicios mentales que consisten en memorizar la correcta grafía de una palabra, puede parecer tonto, pero ayuda a retrasar los efectos del Alzheimer.