domingo, 13 de octubre de 2019

Dos maneras de ver el mundo

Claro que hay dos maneras de ver el mundo y una es la normal y la otra la inesperada o por lo menos la que el otro no acepta. ¿Quien no va a amar a los animales? ¿Si no amarlos es síntoma de perversión y extremo egoísmo, incluso podría revelar un asesino en serie? Pues venga, yo odio los animales, no me parecen tiernos, no me gusta acariciarlos y me choca sobremanera que me olisqueen o me toquen con sus narices frías, eso sí, me gusta la carne frita y asada y en esa forma adoro los animales. ¿Qué ser en su sano juicio duda de su patria, su gobierno y su bandera? Si eso es apatridismo y anarquismo y a mí me da un asco la bandera, el himno y los gobiernos como sus leyes, sus robos y sus clientelismos, es más, no me interesa esta tierra miserable que algunos son capaces de besar y dar la vida por ella. No pertenezco a la ralea Boyar ni soy un lord Draculia que requiera dormir sobre tierra natal, cualesquier cuchitril de piedra y arcilla puede recibir mis huesos y muerto no me pesará en qué se conviertan mis cenizas. ¿Puede alguien vivir sin un dios o una idea de él? Si no aceptar que este mundo lo hizo alguien superior es el mayor ejemplo de narcisismo. Todos hacen las paces con algún ser superior por miedo a que este los aplaste o a la burla de los creyentes o a aquella manía de los teístas de adjudicar mala suerte y accidentes a quienes menosprecian las creencias. ¿A mí? Me limpio el trasero con los creyentes y con los ateos tibios que creen en una energía superior. No es que no tenga miedo a morir, es que sé que debo hacerlo, pero no por ello rogaré a seres imaginarios que me lleven a cielos imaginarios para calmar tal miedo tan real. Ahh si, a todo el mundo le gustan los bebés y mienten hipócritamente sobre su belleza, van a velorios y mienten hipócritamente sobre sus sentimientos hacia el finado, van a restaurantes y tabernas donde mienten  sobre sus gustos y comen vegetales transgénicos mientras mienten sobre una naturaleza muerta por exceso de producción industrial. Escuchamos mil quejas y hay una manera de aceptar a todos y de ser tolerante y comprensivo con la gente que tiene problemas, trastornos y déficits de aprendizaje y de atención y hay otra que le importa un pepino las dificultades ajenas y los sinsabores lejanos. Yo soy una de ellas, creo firmemente que todos estamos de manicomio y que no existen familias funcionales, todas son disfuncionales y no existe ninguno de nosotros que no tenga problemas de aprendizaje y un sin fin de trastornos obsesivos compulsivos, casos de doble personalidad y manías, como fobias y ansiedades, fetichismos y aberrantes gustos sexuales, cuando señalamos a otro es para evitar que se centre la atención en nosotros y catalogarnos como "sanos" pero no existe tal hombre sano, en ninguna parte. Hay una ética y moral que se debe promover y proclamar aunque en el fuero interno no se le rinda pleitesía, es decir, de dientes para afuera. Vemos sólo una cara hipócrita de simios imitadores por dilemas de aceptación. HashtagSoyNatural. HashtagSoyUnicoYdiferente. Hay quien ve el mundo como un campo de juego y simplemente juega las cartas que se le brindan y venden su voto por un pan y su alma por un cielo de ilusión, otros sólo cambian sus ideales por un poco de dinero y aprovechan cuando el león sale a cazar para disfrutar de sus mujeres. Pero hay otros que observamos desde las sombras, seguros de que nuestros métodos y tácticas no serán del agrado de nadie, los que renegamos de dios y le retamos a que nos parta con un rayo ─que lo haga hoy no tiene gracia luego de 50 años de reírmele en la cara─ los que odiamos la democracia y el reino, el imperio y cualquiera forma de gobierno, los que no aspiramos a mantener relaciones sanas o a acostarnos con quien podamos mantener una conversación de halagos y mentiras y que hemos agotado la provisión de paciencia y no nos queda más que odio y desprecio a montones. Claro que hay dos maneras de ver el mundo, la normal y típica en la que comunidades humanas se auto proyectan como "gente de paz y trabajadora", creyentes en una forma de deidad o en un algo supremo, esos que besan la tierra que los vio nacer y la defienden con amor en himno y bandera y estamos nosotros, los otros, los defraudados de sociedad, dioses y patria; los que no tragamos entero ni a palos; quienes odiamos órdenes, prohibiciones y obligaciones, nosotros, vosotros, los repudiados por dios y la suerte que hacemos parte de la inmensa mayoría, pero que hacemos repulsa contra toda forma de control.

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