Canijos y caniches, que absurda estupidez que el otro elija por mí lo que quiero y lo que él desea más en su vida. Es definitivo, no me gusta ser mandado y me importa un pito ser obedecido. Tengo algún viso de anarquismo. Estamos tres días obligados a permanecer secuestrados en nuestras casas y no hay voces contra nadie. Autoreclusión le llaman y yo no me recluyo por mí cuando lo manda por decreto otro. Contención le dice otro que no entiende que esa carta se perdió hace rato. Aislamiento domiciliario obligatorio, como si las cosas obligatorias fueran tan fáciles de tragar y no fueran una demagogia para tratar de lavar las manos de quienes se han convertido en asesinos por omisión y por los años de constante desfalco a la salud y al presupuesto. Si la cosa fuera de común acuerdo yo no tendría problema, pero no, es el fascismo quien ordena que para vivir yo, me someta a sus pretensiones y ahora sí, los tres o cuatro que algo tienen, van a por las provisiones y se largan, convirtiendo sus fincas de recreo en almacenes para preppers y a los demás nos someten a prisión domiciliaria, espere que vuelvan la otra semana de diferentes lugares del país y contagiados para poder ver los resultados de esta invasión a la privacidad y a la libertad. ¿Qué harán con los 4000 indigentes cerca a la plaza? ¿Qué harán con el abuelo que paga su pieza vendiendo conos o paletas y qué como trabajador informal es parte del 45% de la población colombiana? ¿Qué harán con las 100.000 prostitutas que niegan tener? ¿Qué harán en los barrios extremos donde su falsa ley no se aproxima a norma y donde sus uniformados no representan sino a otro tipo de vacunador? Cerrar la ciudad por tres días es inapetente, descuidado y controlador y de seguro pondrán en un manifiesto la garantía de que aquel que se subleve contra la ley del más fuerte le impondrán comparendos por arriesgar la vida de los demás. ¿A quién se le ocurre que la mejor manera de evitar los muertos es provocándolos? ─Suena igual que aumentar la movilidad del país cerrando vías y aumentando el parque automotor e igual que parar la polución solamente con pico y placas─ A los gobernantes de esta cochinada de país que no usan del cerebro sino cuando de idear una forma de estafar al pueblo se trata. Supongo yo que los cristianos a ultranza y de todas las religiones están felices porque se cierra la ciudad. Supongo yo que los histéricos del fin del mundo están felices porque su teoría queda clara: "llegó el final". Supongo yo que los gobernantes están felices porque según las redes sociales salvarán esta cochinada de humanidad. Me imagino que los estudiosos de la república saben a lo que se atienen y entienden que el virus incuba en un período más largo, que aunque la multitud aumenta el contagio, la vía debió ser otra: por ejemplo, clarificar la manera de detectarlo y hacer viral tal manera aprovechando los laboratorios a la mano ─lo que no hicieron─ tener la infraestructura para librar la batalla, que en Colombia no existe porque la corrupción se comió el sistema de salud. Salvar vidas requería aislar el país, no mandar por los cercados en Wuhan. Salvar vidas requería no propagar la histeria y los medios nacionales sólo hablan del maldito virus. Yo no creo que sea completamente absurdo, simplemente es ridículo el pañito de agua tibia, la enfermedad resultante posee un período más largo de incubación, requeriríamos unos 13 a 14 días de cuarentena y no tenemos cómo sobrevivir a ellos y hay otros que no pueden sobrevivir a los tres días encerrados o que no tienen siquiera donde encerrarse. Los borregos se darán la gran vida y dudo que alguna vez comprendan la necesidad del pájaro de sentirse libre porque siempre han estado enjaulados. Yo me niego a ver esta sarta de sometidos y a seguir compartiendo con todo el mundo por redes, como si me mantuviera en línea. Casi aseguro que lo que más se compró en esta absurdidad, fue planes de conexión, minutos y datos. El absurdo temor de la muerte por una enfermedad que no debería matar a nadie si se hubiese hecho lo correcto desde un principio. ¿Usted teme contagiarse? allá está su maldita virgen y sus santos de apoyo. Rece hasta que se le sequen las rodillas. ¿Usted cree vulnerado su derecho porque el otro sale a la calle a respirar esta porquería de aire? Quédese en casa llorando con sus mandatarios la muerte que se aproxima. No coma, ayune. No trabaje, suplique el pan. No viva, muérase de miedo encerrado. No proteste, sométase. Lo que es yo, me voy al campo, claro, a mi campo con dos velas y algunos libros, un poco de vodka y cigarrillos, pero sin tanta maldita histeria, miedo e hipocresía, abandono a la humanidad... poneros a llorar, moriros de ilusión... ¿La cogiste bien llorona desgraciado?
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