Manolita me preguntaba que si era necesario ser inteligente para reirse y las respuestas no podían haber sido mejor pensadas, ni la pregunta más a propósito. Bueno, aclaremos que ni la pregunta fue mejor pensada porque trato en este momento de elucidar una clara y suficiente respuesta para mi altura que, aclaremos, tampoco es mucha, ni estuvo a propósito de la clase porque iniciaba una clase de cálculo infinitesimal. Puede que tales cosas le den risa a la señorita en cuestión, pero igual no fue a propósito de la clase. La cuestión más simple podría ser investigar lo que es la risa y hace años encontré en mis deducciones que la risa es una alteración de la respiración compuesta de expiraciones cortas similares a las que produce la decepción o el deseo en el suspiro, que es otra alteración y que indica otra cosa, aunque aquella sea más alargada a veces. Debí concluir que la risa era una serie de suspiros de decepción que reflejan ironía y seguramente en alguna parte ya hablé también de las terminaciones con las diferentes vocales, así que esta definición no es la más apropiada para hoy. La risa es el remedio infalible según el Reader's Digest y cura para el alma según algunos, lo que explica que los programas de humor se intensifiquen en tiempo y espacio. No puedo hablar del mal humor o del buen humor, pero sí sabemos que hay un humor fácil: el pedo, la insinuación, el desnudo, la caída, los golpes, las heces, la orina y un humor que requiere inteligencia y capacidad de comprensión. Incluso existe humor que requiere de conocimiento en el tema tratado y hasta un humor de referentes que se emplea bastante: la calvicie, el enanismo, la gordura, la altura... Las situaciones que provocan risa pueden ser muy variadas, pero ¿Se necesita de la inteligencia para reirse? He conocido seres muy inteligentes que no se ríen de la mayoría de las cosas planteadas acá y he conocido estúpidos que no se ríen de nada. Seamos claros, miren a los niños que se ríen de un sonido, de una palmada de una cara que cree ser chistosa, de una mueca y de "on ta bebé" y podemos sacar en claro la pregunta. ¿Los bebés son inteligentes? Claro, son bebés humanos y hay explicaciones para que un bebé trate de atraer contactos con su sonrisa, no es nada raro que los bebés humanos inteligentes, pero sin demasiado desarrollo, se rían. A más experiencia con las situaciones que causan risa, el efecto se desintensifica y pierde gracia, por lo tanto acá la pregunta es ¿por qué gente adulta, bien desarrollados mentalmente, se ríen de una caída o de un pedo? La ironía resulta cuando estas personas sufren el traspié y entienden lo ilógico de reirse de tal. Conclusión temprana: se necesita experiencia para dejar de reirse de banalidades, no inteligencia, aunque la inteligencia es suma de experiencia y por tanto la gente más estúpida se rie de las cosas más tontas y pongamos como ejemplo a los niños de nuevo. Hay situaciones chistosas explotadas por el cine y la televisión y los comediantes de a pie que raya en el clisé y que aún arranca risas, por lo general, de gente cuyas experiencias son escasas o por lo menos el recuerdo de tales experiencias. Y volvemos a la pregunta y a la persona que pregunta para responderle que no hace falta la inteligencia para reirse porque si fuese así, los humoristas, en su mayoría, habrían fracasado. Colombia no es un país de cerebros fugados, la inteligencia no es muy común y, como corolario, muchos humoristas colombianos se creen el cuento de que son buenos. Sábados Felices ha sido la puerta de muchos, pero el humor allí es tan infantil y fácil que aterra, recuerdo un Spin off surgido de allí, "Chispazos" búsquenlo y me entenderán, tenía más gracia una patada en las turmas que debe ser gracioso para quienes la vean y no para el que la sufra, si sirve de algo la aclaración. Habráse visto que toda connotación sexual hace sonreír a los jóvenes, incluso se rien de la función Seno y de la letra Theta... inmadurez puede llamarse y falta de experiencia, no falta de inteligencia. Ahora puedo responder con claridad: a mayor experiencia más difícil lograr una sonrisa. Las experiencias pueden variar y recuerdan el chiste viejo o conocido que ya no es gracioso porque se quemó y de allí que yo prefiera la sorna y la ironía que requieren de algo más que un cerebro sin estrenar.
PS: En una fiesta de ceros llega un ocho y al recibir las miradas de los demás ceros dice: "¿es que una no puede ponerse un cinturón?". Cuando le piden a un número de Euler que se integre, al verlo apartado en una fiesta, responde "Para qué si da lo mismo". Esos son ejemplos de chistes que requieren nivel intelectual. Yo sé porque no se rieron. Y ese último es una hermosa ironía.
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