Seguro alguno de ustedes habrá leído o visto alguna de las películas que trataron de meterle a los niños, al igual que alguna de la serie Potter o Percy o Torres o... Pues me dediqué una semana a leer todas las crónicas narnianas para tener de quien despotricar y hoy es el día de la quema. Mentiras, solamente tuve la oportunidad y la aproveché, que yo que he despotricado de las bibliotecas, ese título no me interesa para la mía. La escribió Clive Staples Lewis y es un andanada de incoherencias y procesos mágicos, allí ocurren muchas aventuras y son de una celeridad pasmosa ─cosa que me encanta más y que es opuesta a lo que ocurre en otros textos como en "Sanctuary" de Faulkner donde le dan vueltas a un huevo en cuatro páginas─ y volador hecho, volador quemado, cada problema trae su solución en pocas páginas como los anillos con los que viajan los dos personajes del libro primero, sencillo, uno verde para ir y otro amarillo para volver, pero nadie te va a explicar como hizo el tio del mago para manipular la sustancia con la que hizo los anillos sin ir a recónditos lugares narnianos. Segundo viaje explicado con un ropero que se hace con el árbol en el que se sepultaron los anillos y en el que aparecen los cuatro protagonistas, que irán apareciendo de una u otra forma hasta el final de las crónicas. Qué me debe parecer importante y porqué ando haciendo crítica de un cuento infantil, hombre porque ese cuento infantil debió partir de un niño y no de un adulto que se creía niño y que a los niños escribía ─misma cosa que me pasa con las películas infantiles donde un hombre adulto guiona y produce una película donde otro hombre adulto con capa, incita a hombre adultos a no dejar de ser infantiles─ se me vino a la cabeza aquella fotografía de la revista "Cuadriculados" que circuló con una foto de Lewis Carrol donde se insinuaba que tal era seguidor acérrimo de las niñas, para saltarme ese nombre tan horrible que le han puesto a tan noble y común labor de amar a los niños. El autor le dedica los libros a niños, a mi parecer son niños y despúes los condena desde sus páginas "Estás demasiado mayor para volver a Narnia" o "piensa como adulto y ya no puede creer más en Narnia". Las analogías son sencillas, pero ese león me huele a puro dios creador, metido en todos los designios y sin capacidad de aparecer más que a mentalidades pueriles como pasa con Lucy, donde recalcan que es necesario creer en él ¿Por qué un león? supongo yo que es un trauma del autor inglés que ve así la figura de autoridad. El león, lo recalca, está en todas partes y viene de allende el mar, incluso le dice a alguno que en la tierra fuera de Narnia basta buscarlo por otro nombre, tal cual una clase de catecismo y sí, ese demonio Tash debe ser el Baal de la biblia y al final de la serie lo muestran desagradable y de olor a azufre ─santas analogías Batman─ y ponen en boca del soldado que le adora, que adorar a un dios malo también es bueno. Al final del relato se destruye Narnia, el león acaba su obra y no se puede dudar que los lleva a todos a ese cielo ideal que el autor reclama para sí. El Ragnarock y el Valhala juntos. No quiere decir este relator que Inglaterra es de blanquitos y que los niños negritos son calormenos, pero el escritor recalca que los habitantes de Narnia hablan y son blancos y rubios y de las ciudades desde donde reciben amenazas sólo habitan morenos o más oscuros de turbante y adoradores de un dios "pagano". Menudas conclusiones debe sacar un niño con estas lecturas. Si hubo un par de personajes encantadores en sus inicios, el enano Trumpkin que maldice y le da todo lo mismo, reyes reinas, leones y buitres y al meneo de la marisma Charcosombrío que me lo pinté como una rana flaca y larguirucha cuyas palabras de aliento eran siempre de desaliento... me recordaron a alguien pero no pude adivinar a quién... En el libro hay bastantes asesinatos, Edmund y Eustace, esgrimen espadas para matar infieles, al igual que Lucy se adueña de un arco ¿Cómo se les explica a los niños tal sangrerío? fácil, no se les muestra y se justifica en la defensa personal de un dios leonino, que al igual que el dios bíblico desata tempestades y acaba con justos e injustos al tiempo. Recordé un sacerdote mono que engañaba a los narnianos con un burro disfrazado de león y al que la población nunca le vio las orejas como en el cuento esópico y me queda claro que un sacerdote con la túnica de los fariseos solamente vende leones falsos y cobra por la fe. ¿De qué países habla? pues claro que son países inventados, pero a mí se me pega que esos de turbante eran Indios o Árabes que se instalan en las afueras de la civilizada Narnia que, obvio, es la ciudad de los Gentlemens. Siempre hay alguien desaparecido, un hijo perdido, una princesa en apuros, un rey depuesto, una exigencia estúpida y alguna cláusula sin sentido. Yo no puedo negar que los niños merecen soñar e imaginar y leer, pero definitivamente es ahí donde reniego del estilo facilista de los cuentos de hadas y propongo que hay que enseñar a leer la biblia desde Caín o desde las mujeres despotizadas por Salomón, desde las ideas que le bullían a Eva al aceptar la manzana o desde la necesidad de Dalila de pelucas de israelitas, pero con libros para niños no se puede enseñar a pensar o a hacer crítica que es la única misión respetable en esta vida.
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