Desde hace un año nos han "obligado" a instruirnos en temas de un accesorio digital cuyo nombre me reservo por pudor establecido. Es un ayudante de profesor que llama a lista y genera una red interna para que los chicos puedan seguir la clase desde sus dispositivos, presentar pruebas, obtener sus asistencias y hasta puedan seguir sus notas y digresiones. La "maestra" es una caranga aparecida que se cree profesora pero limita en concurso cualquier posible aparición de detractores o arribistas. Casi habla sola y comete errores ortográficos y de lenguaje que dan pena ajena. Su dequeísmo es proverbial y su halo de pedantería sublime, sin contar que como experta en "computación" desconoce las dos palabrejas carácter y caracter o hace uso indistinto de ellas. Acusó en una clase a quienes por fortuidad o falta de apetencia le rehuimos a sus increíbles y maduras clases donde repite para niños cómo se accede a una cuenta o cómo se valida una contraseña y en su aspereza promueve que nadie le hable porque lo que enseña es definitivamente para niños de escuela. Sin alegar que existen profesores tan extremadamente mediocres que sus conocimientos en el área de la ciudadanía digital es nula. A duras penas manejan un teléfono aunque tengan la marca de la manzana mordida y lo griten a voz en cuello y se preguntan las cosas más triviales y sin sentido que se puedan preguntar. ¿Dónde pongo mi contraseña? ¿Cuál es mi contraseña? ¿Cómo accedo a una cuenta premium? ¿Dónde están las tareas? y que cómo así, que no entendí. Qué el video no abre, que la contraseña no aparece, que la tarea es muy difícil, que el mundo es complejo y que definitivamente no sobre escribe. La digna profesora repite como maestro viejo que si no le preguntan ella no puede responder y que si no hablamos, ella no responde y que ella ya enseñó, pero repite que para poder escribir hay que "habilitar edición" y seleccionar en insertar, cuadro de texto y baja ella misma las imágenes de power point o las bases de datos y las envía con regularidad a una red social que se construyó el grupo en la ya ignominiosa red. Desde el inicio de la tortura impuesta. Aseguro que existen docentes que no manejan tales cuestiones nimias que un cerebro simple y con tres dedos de frente, con el sólo don de la lectura, puede hallar y ejecutar y es a ellos a quienes debería dirigirse tal diplomado excelso con tan bellas aplicaciones y comodidades de siglo XXI. Para colmo cree que estar sentado dos horas es poco y reclama atención y estadía por tiempo completo sin pestañeo en la pantalla y no pasa la dichosa asistencia hasta que el tiempo no ha sufrido el mal de acabarse y jura, como metiendo miedo a niños pequeños, que ella sabe cómo detectar a los transgresores de la obligación de estar acompañándola por larguísimos 120 minutos, donde aparte de no decir más que niñerías de Nacho digital, se encarga de apabullar mentes creativas que pretendan dárselas de marisabidillas presentando las tareas sin haber asistido a la reunión obligatoria. Debe haber algún aparte en el DSM que incluya un síndrome de dios, pero no tengo la paciencia para buscarlo y apelo a que es una déspota hitleriana con el mismo mal que todo dictador: megalomanía. Ayer mismo un profesor se atrevió a pedirle un descanso y ella le repitió que había dado 10 minutos al inicio de la clase y que la cansada en verdad era ella que llevaba toda la mañana en las mismas, regañando profesores a punto de jubilación que no entienden ni jota de clicks y enters. Pobrecito el profesor que no sabe que basta levantarse de la silla o poner el amplificador y apagar la cámara y el micrófono para que ella asuma que todos estamos atentos a sus berrinches e ínfulas de "maestra" con conocimiento. Ayer mismo dijo que quería hacer parte del magisterio "si paso el examen" advirtió y, líbrannos señor de todos los males y los pedantescos consejos y las almas que corromperá con tamañas ideas de campo de concentración. Por fortuna todo en esta vida termina y le restan sólo dos sesiones., Yo me complazco en indicar que entro a la reunión, la pongo pasito en el altavoz y me dedico al arte menor de la diatriba y el líbelo y esas horas me han sido bastante productivas. Gracias siempre he dado a mis enemigos y a la estupidez ajena. Gracias profesora mala y atrabiliaria que piensa que trata con escolares o con niños con retraso mental. Gracias. Por seres humanos como usted es que soy misántropo declarado.
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