domingo, 5 de mayo de 2024

La vitamina está en la cáscara

 Obvio que todos nos hemos encontrado con gente que piensa de esta manera: Comase la cáscara que ahí están las vitaminas. Es lo que dicen todos. ¿Qué tiene de cierto esa pendejada? Pues casi nada porque no vemos gente comiéndose la cáscara del coco o del banano, del melón, patilla o papaya. Puede haber algo de cierto en que la cáscara contenga algo más de fibra e incluso algunos nutrientes o vitaminas, pero mi mente se niega a pensar que al pesar la cáscara y enfrentarla a la parte verdaderamente comestible, sea la cáscara quien se lleve el premio de ser más saludable. Yo creo firmemente en propagar la verdad, la ciencia tras este insermo parece no acordar conmigo, según muchos artículos consultados los nutrientes y vitaminas descienden en valor desde la cáscara hasta el centro del alimento. Me queda muy difícil creer que la cáscara del mango tenga más fibra que el mango y más vitaminas que la pulpa y pueden cambiar estas palabras en la papaya, en la piña y en el melón. Esperen, mientras la piel sea fácil de digerir me parece raro ver a alguien pelando una manzana o una pera, pero si la cáscara del mango no es dulce, simple, lo pelamos y nos saltamos el mal sabor. Más raro que alguien muerda una mandarina, un limón o una naranja sin pelarlos. No es el punto. Si saben bien no importa, se comen con cáscara para aprovechar la fibra, pero si saben mal no es posible que te abatan con el comentario del principio. Dudo in extremis que la cáscara de la papa sea más nutritiva que la papa, aunque la papa por sí misma es almidón, puros carbohidratos, muy necesarios en las dietas balanceadas pero peligrosos en exceso como todo. La yuca, el coco, el plátano, la sandía, el melón... pueden tener todas las virtudes del mundo pero se las dejamos a los chamanes para que extraigan en productos naturales los secretos que definitivamente no quiero comerme. Las uvas, fresas, mangos de piel dulce, zanahorias, arracachas, betabeles y demás, yo les hago el favor, bien lavados por supuesto. Las demás cosas que quieran decirme sobre la piel del tomate o del pimentón, guárdenselas que no me interesan viniendo de parte tan aseada como ustedes. Venga, que me falta un ítem. ¿Sabían ustedes que muchos de los esfuerzos que hacemos para ablandar los comestibles degradan los nutrientes? Fíjate, fíjate, fíjate. Aunque dicen las mismas páginas: "Cualquier método en el que no se sumerja el alimento en agua tendrá menos pérdidas de nutrientes y agrega: los procesos mecánicos como cortar y pelar pueden influir en el aporte de fibra, pero estas técnicas también pueden aumentar su biodisponibilidad, por lo que la pérdida de nutrientes se vuelve una cuestión sin importancia comparada con el beneficio que aportan dichas técnicas. Dicho esto repito mi retahíla: si les gusta mucho la cáscara cómansela y dejen de repetir como loros lo que la abuela nos enseñó, que es de donde saco mi versión para no creer en ella y aunque la ciencia afile sus colmillos y me maldiga por ello, por despreciar la piel y la cáscara de muchos alimentos que tienen cáscara amarga y dura, me quedo con la idea básica. Si es dulce me la como si no, la pelo y se las empaco en bolsas para que la aprovechen ustedes tan de buena familia.

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