Yo escribo sobre lo bueno y lo malo, más sobre lo malo porque me encanta recalcar lo imbéciles que somos cuando seguimos normas y principios de otros sin pasarlos por el cedazo de la razón. ¿A quién se obliga a someter sus pensamientos a la razón? A nadie. Es más un destello de locura, un afán de entender lo que nos hace mover y también de desechar lo inútil para evitar la vergüenza de repetir a la humanidad misma. ¡¡¡Misión imposible!!! Yo he visto cosas, no tantas como quisiera, pero si me lo permiten y aunque no lo hagan, debo decir que estuve en el reciente evento de una banda extranjera, que tocó en tierra extranjera como si fuera propia y fue alabada y vilipendiada. Los asistentes veían, por vez primera en escenario, la música de dos muertos cantada por tres vivos y se regocijaban de "escuchar en vivo las canciones con las que crecimos". El fanatismo es una enfermedad que gangrena, qué emoción, qué emoción, qué pena. "cordón de seguridad" "foto" "Ya llegó "la banda", ya llegó el sonido, Ay qué felicidad..." Un niño de 15 años se abrazó a la antigüedad y publicó en su página, sin ironías: "Somos los mismos que cuando empezamos". En 1992 desaparecieron los que no usufructuaron y en 2016, ellos, deben andar comprobando que no existe otra vida, ni el infierno ni el cielo, que de así serlo, de allí se habrían escapado para venir a las américas a protestar contra la malversación de sus nombres. Más allá, la banda de "covers" no dejó de ser "buena" pero no pasó de ser una banda de "covers" sin más renombre ni más virtud que haber venido de las europas mismas. Se publicó en redes, se filmó en directo, todo aquel que pudo publicó en su estado: "en el concierto con..." y unas cuantas "selfies" para comprobar. Ya el evento es una leyenda, para el organizador, para los asistentes y para los protagonistas, mañana se dirá: "yo estuve en tal" y pasó así y asa y se convertirá en leyenda lo que fue un desastre -alguien quiere recordar Ancón o su remix Ancón II de 2005". El evento fue un desastre en todos los sentidos, los invitados, las bandas de otros sitios, los "Tours" que llegaron luego del desastre que sólo permitía a la banda internacional tocar y desalojar el espacio, los que fueron de Barranquilla, de Medellín, de Bogotá, de Tunja... Nada pasó. Hoy es otro día y ya pasamos a la historia por haber estado allí. Mi gran orgullo y de lo que podré hablar hasta el día de mi muerte. ¡Oh que insulso y banal es el ser humano!
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