Yo abogo por no ponerle etiquetas a los animales, ellos no son amistosos, ni amigables, ni iracundos, ni fieles, ni nada, son instintivos y a su instinto se deben. Un animal puede causar lástima y producir ternura, pero esas versiones le pertenecen a un único animal que se peina y usa papel higiénico y servilletas, se maquilla y se lava las manos, es el único animal que realiza tales tareas y otras muchas, pero esas me causan sensación. Yo dudo que un grupo de hienas envidien la caza del león y por ello van tras de él para hacerlo huir y robarle la presa. Se me hace innecesario pensar que el perro que gruñe cuando come, sienta "celos" del otro perro que se ganó el gruñido al acercarse. Me niego a aceptar que una jirafa envidie las manchas de su rival o sus osiconos y que un tigre de bengala al ver pasar a un tigre albino añore tener esa cualidad albina. Es para mí completamente definitivo que la envidia es carcoma humana y que de ninguna manera existe eso que llaman "envidia de la buena". Ahora, la envidia no es mala tampoco, si te permite la competencia, si te anima a igualar y a superar a tu rival, si es un trampolín para lograr metas, si al imitarlo le superas y dejas tu sello bien claro. Imitar a un icono exitoso no es malo para nada, te lleva a querer hacer lo mismo o a superarlo. Expresar la envidia tampoco es un problema, el fan quiere ser como su ídolo, sentirse único por ser el seguidor 2'353.420 de la artista "Anabelle". Decirle al otro que te gusta su forma de vestir, su etiqueta o su perfume, no tienen nada de malo, puedes acceder a ellos con algo de esfuerzo, dinero y preguntándole cómo lo hace o dónde los compra. Envidiar el poderoso es casi tan común como una llovizna. ¿Quién no quiere tener el dinero para acceder a lujos, casas, autos, joyas, mujeres... poder. Yo vendería mi alma por el palacio de Capri de Tiberio, el imperio de Trump, las riquezas eróticas de Salomón o la capacidad monetaria de Elon Musk. ¿Les envidio? como cualesquiera que esté cuerdo sobre todas las ventajas que ofrecen el dinero y el poder mismo que está representado en ese dinero. Yo siempre he dicho que no poseo la capacidad de venta porque no quiero engañar a nadie, lo que implica que no cobro por mis trabajos, no vendo mis ideas, soy incapaz de participar en concursos, me aterra la idea de arrodillarme ante un editor o una casa disquera y por eso soy un obrero. Yo soy capaz de tocar por una botella de licor y si no la hay, la llevo yo y hasta pago los pasajes con tal de que me dejen expresar. Eso sí, tampoco me gusta que me pisoteen y se aprovechen de mí y le tengo envidia al que es capaz de vender un abrigo en el desierto o una paleta en el monte Everest. No admiro sus engaños, que es lo que me aleja de ser un negociante. Dudo que mis ideas sean vendibles, aunque viendo esos programas de tiburones, ve uno a unos "vivos" haciendo plata con unas ideas tan estúpidas que dan hasta risa, pero la gente es tan estúpida ─aún más─ que las compran. El otro lado de la envidia es el ego. Si yo tengo mi casa y la creo mejor que el palacio de Versalles, si pienso que mi pulgoso perro es más inteligente que Rin Tin Tin y Lassie juntos. Si estoy convencido que la mujer que sale conmigo es no princesa, sino diosa y que todos la voltean a mirar porque me envidian a mí, estoy satisfecho conmigo y lo que he hecho de mi vida y no tengo más deseos que seguir así... la envidia no es un problema para estos seres, han traspasado un sistema filosófico y se sienten bien en él. Como dije, la envidia puede ser un motor importante, pero, viene mi pero, Cuando esa envidia que te carcome por dentro, no la expresas ni aún fingiendo que "es de la buena" y malgastas tú vida en un ridículo intento de imitar a tus héroes, o peor, te ves imposibilitado de poder hacerlo ─definitivamente yo no puedo poner en órbita un Tesla, porque no tengo ni riesgos de algún día comprarme uno─ por defecto o por exceso o por falta de dedicación, ahí es donde la envidia se vuelve un problema, cuando no resistes que pase esa que se ve mejor que tú y la imprecas y le inventas una historia de prostitución o de que lo que tiene lo consiguió mal conseguido. Cuando lo del otro es robado y lo tuyo pura virtud. Cuando nadie es suficiente, ni tiene el nivel para estar a tú lado o dirigirte la palabra y de tú conversación no sale sino el desprecio por lo que te rodea y por los que te rodean sin que hayas hecho algo valioso para ti o tu entorno. Cuando difamas, inventas o le buscas la caída a alguien cayendo en esa desafortunada pero innoble manía del otro de la difamación, ese es el nivel de envidia que merece reproche y en el que se haya la humanidad... como dijo el cristo, el que esté libre de pecado que tire la primera piedra... triste, pero cierto.
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