Alguien que pasaba ayer por mi casa me dijo que se había muerto Madona, yo no le presté mucha atención hasta que dijo que jugaba mucho y claro, al llegar a Medellín me encuentro con que, aparte de nuestro presidente a la hora habitual, diciendo las burradas habituales ─Yo no he podido saber si ese programa tiene rating o es puro vicio─ las noticias se dedicaron a hablar sobre el "Pelusa" y sus hazañas. Yo no tengo nada contra "Dieguito" y la sociedad debe llorar a sus muertos, lo que me da una rabia sentida es que sean tan inmensamente ciegos que no se paren ni a pensar para salir a llorar a un hombre que vivió como quiso y en las condiciones más pudientes, que fue más nato en adicciones y controversias y cuya pedancia ─creo que a eso se debe que pareciera grosero a toda hora─ superó con creces sus hazañas y obvio, nada hay que llorarle más que envidiarle, por lo menos en sus excesos. "En su mansión había no menos de diez ambulancias" mientras que en un accidente allí en la 65 me tocó esperar una hora y veinte a que llegara una ambulancia con una sola camilla, teniendo dos accidentados, deberé hacer énfasis en "mansión". Yo nunca seguí al astro argentino y la verdad todos conocen mi aversión al fanatismo y a cualquiera de las modalidades de "ver" o "seguir" monigotes. A todos se les olvidaron sus escándalos y se los perdonaron. Yo así a vuelo de pájaro recuerdo "la mano de dios" un gol que metió con la mano pero que el umpire no cantó, según él porque no lo vio y no sé, no me interesa, ni me importa quienes andaban implicados o quienes se vieron perjudicados con la tal mano; recuerdo las reclusiones en la isla de los Castro para tratar su adicción a las drogas y de paso dejar ver y escuchar su imponente discurso político que puede verse y olerse en sus gurús personales, que ni de fundas quiero mencionar; su prueba de dopaje positiva en algún mundial, que dudo sea la primera o que haya sido la última y por último, que ya es bastante, recuerdo que alguna vez en su "mansión" salido de quicio, le disparó a los presentes con una escopeta de perdigones. Supongo que la cárcel no la conoció y alguien hasta me dijo que en Argentina le tenían una iglesia y que se consideraba capitán de "Don Francisco", no el presentador, el papa atorrante ese, de más señas argentino. Yo no quiero quitarles su celebración inversa con respecto al "héroe" de sus entrañas ni desvirtuarla diciendo que hace parte del circo, aunque lo sea y lo peor es que viene sin pan. Sólo llamo la atención en cuanto a la ceguera, en cuanto a la amnesia y en cuanto al fanatismo, verbi gratia la hipocresía surgida como fruto de la pólvora hecha noticia que obliga a cada icono de pueblo o de talla mundial a dar su sentido pésame y a recordar o a poner las fotos que se tomaron con él, a comentar lo grande que era y lo hábil y buena gente. Lo dicho, hipocresía de la buena. He de suponer que el día del autocese de Hitler, la voz apagada de la radio sufrió la pérdida y lamentó el insuceso, igual que ha pasado y que pasará en este siglo de exacerbamiento mediático con cualquier figurilla de medio pelo o de ningún pelo. Yo no tengo que guardar recato, ni soltar hipocresias, me quedó con una foto aérea que puso mi amigo Adrián en la red mostrando como estaba "Medellín sin Maradona" qué, he de suponer, fue su manera de mostrar y contar "De nada me sirvió a mí el hijo del hombre, guarde el infierno lo que tiene", me vale a mí, ese capitanejo, terrible entrenador y peor ser humano nunca me inspiró ni me movio la vena revolucionaria, nada tengo que agradecerle y que lloren por él sus deudos y aquellos que sienten que el mundo perdió una gran persona, ojalá no molesten mucho con sus lloriqueos y sus mocos. Por el momento supongo que sus fieles esperarán tres días a que resurreccione y yo, pongo de manifiesto que no hay nada mejor que un muerto para vislumbrar el mal de la humanidad que me atrevo a repetir: el olvido, aderezado con montones de hipocresía y esta maldita fuerza mediática que no es consuelo sino para los chismes.
PS: Oiga, difícil transformar ese acto divino en verbo general: yo resucito, tú resucitas... ellos rezan. Me quedo con la forma resurreccionar, aunque no falte el policía de la RAE que me impute un mal mayor por mis licencias.
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