Cuentan leyendas que el brazo secular de la iglesia condenó a muchísima gente, alguna vez leí un libro donde aparecían los nombres de las víctimas y apartes de sus juicios, bastante amenazadores y con muchas torturas e injurias. Se les acusaba de herejía y de alabanzas al maligno, de brujería, de seducir a los hombres ─debo decir que por mucho el porcentaje femenino acusado fue absurdo─ de reunirse en un prado, de volar por las noches, de comer niños y realizar orgías. Yo como escritor subjetivo no requiero demostrar lo que aparece en los libros, pero todas las religiones han vivido y patrocinado los baños de sangre. Como curiosidad muchos eran interrogados sobre el aceptar el cuerpo y la sangre de cristo como tales y, responder que no, no significaba más que la muerte. En esas "audiciones" se arrancaban confesiones al compás del potro, la flagelación, las pulgaderas y el látigo, ni los más arduos atletas interrogadores de las agencias de inteligencia han sido tan imaginativos en sus castigos transitorios; en aquellos juicios se desposeía al condenado, bienes que pasaban a la iglesia y a los acusadores e inquisidores y al mismo infame brazo secular a quien se adjudicaba la difícil tarea de actuar como verdugos ejecutores de la pena capital en forma del fuego divino. Tras el garrote vil ─una maquineta de ahogamiento que terminaba ahorcándote o separándote la columna vertebral─ los confesos arrepentidos aceptaban sus culpas antes de ser pasados al papayo por tan elocuente aparato ejecutor y, vivitos, muchas veces amordazados, eran exhibidos en todo su dolor los inconfesos que tras la tortura no abjuraron de sus pecados; igual eran despojados de sus bienes e igual eran exhibidos, aunque algunos no soportaban la tortura y, dichosamente morían antes del juicio de ejecución. Se habla después que la ciencia es monotemática y estereotipada, difícil e incluso arrogante y no es por más que muchos científicos aseguran buscar a dios en sus fórmulas y experimentos ─tratar de entenderlo─ Albertico juraba que al final de su copa de ciencia estaba escrito dios ─siempre juré que era una copa made in china y que estaba llena de mierda─ y Sagan aceptaba la espiritualidad como una dualidad aceptable y desdeñaba que se opusiera la frase "Dios o la ciencia" porque era una frase que no ayudaba a nadie. ¿Han pasado los años de la inquisición y del "brazo secular"? Ciertamente ya no hay un desaforado clímax de condenación, pero tanto ese insignificante detalle como el de la esclavitud están vigentes. Por más tratados, firmas, luchas contra el apartheid, Rosas Parks, Malcolms Xs y mentiras que nos digamos... ¿Que tal les vendría la lección de imitar a Enrique y a Jakob, escribiendo un manual científico para castigar a los herejes impíos que abusando de la tecnología, denigran de ella y de la ciencia, que en resumen es la que ha provocado la expansión y empuje de la modernidad? Si claro, adoleceríamos del mismo mal fanático imbuído en esas masas viles pero déjenme yo me convierto en este texto en inquisidor de la ciencia. Acuso que existe la herejía contra la ciencia de los apocados que la emplean para llamar a dios y emular páginas de "actos divinos" y conseguir adeptos, llamar "in situ" y publicar porquerías sobre la fe y la unión. Llamaremos al brazo no científico encargado de ejecutar los castigos mayores el "brazo intelectual" para que se salvaguarde que no son los científicos los que están derramando sangre y escribiremos un martillo de los ignorantes para asegurar que aquellos que no aportan nada a la ciencia y denigran de ella son perjudiciales ─y vaya si lo son─ al descubrimiento y el desarrollo el cual empezaremos con una bula del santo Einstein sobre la teoría general de la relatividad y pasaremos a enumerar el cómo reconocer al ignorante. Facilito, todos aquellos que hablen de terraplanismo, abducciones, fantasmas, ovnis, PES, psiquísmo y religiones en general deberían ser llevados a juicio por herejía contra la ciencia. Si es incapaz de entender los principios básicos científicos: la ley de los gases ideales, el modelo estándar de la física, las leyes de la genética, la física Newtoniana, la tabla periódica... Se entiende. Aquel que no se sepa de memoria mi "Credo de la ciencia" muere por impío. Imagino apretando el potro mientras pregunto por el valor de la constante de Cavendish y ejerciendo una infinitésima diferencial por cada error en la respuesta. Explique en términos simples las variables involucradas en la forma clásica del cálculo de la gravitación o, realmente odiando al acusado se le puede pedir que explique la ecuación de onda de Schrodinger sin pasar por alto el colapso ante la manera de observación... Ahí en esa inquisición derrocariamos a los templarios y acabaríamos con una gran parte de la humanidad y lograríamos que el vulgo y al amsa creyera por miedo... logro inmenso pero pírrico y dejo mi escrito como ejemplo de rabia, aunque en esa condenación y hoguera infame también debieran estar los millones de creyentes de las religiones ─todas infames─ y quienes promueven rezos, lectores del tarot, adivinos, rezadores de esguinces, homeopatas y mucxhos periodistas...
PS: Enriquito Kramer y Jakobino Sprenger fueron los genios tras el tratado conocido como Malleus Maleficarum que traducen como "Martillo de las brujas", un auténtico manual de brujería y desencanto que nos embarca en las creencias pueriles del medioevo.
PS: En resumen aplique el escrito para vengarme de mis enemigos... Tal cuál lo hizo y hace la iglesia, aunque hoy más hipocritamente que antes, con su poder tras el poder y con la "congregación para la doctrina de la fe" que ahora se llama "dicasterio para la doctrina de la fe" que hace lo mismo que la inquisición pero más solapadamente.
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